CRÓNICA GANADERA
Por: Christian Gonzales – Perulactea
Una novedad en el “Ministerio de Agricultura” que seguro presentará en su discurso del 28 de julio el Presidente Ollanta Humala, es que la entidad está cambiando nuevamente su estructura orgánica e incluso su nombre, ahora se va llamar “Ministerio de Agricultura y Riego”, el viejo MINAG pasará a ser el nuevo MINAGRI. Más allá de los nombres que pueden o no tener las instituciones del Estado, lo que realmente temía de esta reestructuración, es que para los políticos que manejan esta entidad, la ganadería siguiera siendo un sector de segundo orden, como lo ha sido en las últimas dos décadas donde ni siquiera se ha contado con una oficina de planificación ganadera, lo cual siempre ha sido un despropósito para avanzar.
Esto ocurre en momentos donde en estas tierras aun está fresco el hecho de haber sido declarados por la OIE como “País Libre de Fiebre Aftosa Con Vacunación”, situación anhelada por cualquier país del mundo ya que es una ventaja comparativa para facilitar el negocio internacional de mercancías pecuarias. En medio de esta buena noticia, ahora llega otra aun mejor: el Perú volverá a tener una “Dirección Nacional de Ganadería”. Esto puede sonar simple para muchos hasta burdo quizás, pero para quienes hemos sido testigos de la reiterada indiferencia con la que el sector público ha visto al sector ganadero, resulta más que esperanzador.
Evidentemente hay que esperar que presupuesto se le asignará a esta oficina, porque por ahí también se puede proyectar su impacto a futuro; pero en general no deja de ser una buena nueva que debe significar para el Ministerio una vuelta a sus orígenes, volviendo al “extensionismo” a través de alianzas con Universidades que garanticen una activa presencia de profesionales Médicos Veterinarios y/o Zootecnistas en el campo, que orienten y transfieran buenas prácticas y visión empresarial a los pequeños productores de las tres regiones del país.
Algo que será fundamental, es que esta nueva entidad corrija errores del pasado, en cuanto a planificación: El sector no requiere más “Planes de Desarrollo Ganadero” (ya solo el nombre genera comezón), al menos no de la manera como se han vendo diseñando porque no han servido para nada. El mayor defecto de aquellos fue desarrollar diagnósticos enciclopédicos, con la equivocada visión de juntar a todas las cadenas al mismo tiempo (bovinos, ovinos, camélidos, etc.), ningún país planifica de esa forma.
El nuevo enfoque debe ser trabajar, ESPECIE por ESPECIE, considerando las variaciones regionales, juntando en mesas a solo actores de una misma cadena para analizar las prioridades como por ejemplo: bovinos de leche, bovinos de carne, ovinos, caprinos, cuyes, camélidos sudamericanos; en donde por favor la Alpaca debe ser especialmente tratada (el Perú posee la mayor población mundial y esto no puede ser algo menor), con objetivos verificables en el tiempo, ahora tenemos datos reales del Censo Agropecuario, ya no podemos fallar.
Por ejemplo, si de ganado bovino lechero se trata, un objetivo puede ser encaminarnos a superar las 2000 TM de leche/año al 2016, para dejar de tener la necesidad de recurrir a la leche en polvo importada y para ello se debe promover la producción en las cuencas más potenciales donde se pueda producir forrajes más baratos y donde haya mayores oportunidades de comercialización a mejores precios.
Para apoyar proyectos de este tipo, una misión especial para esta nueva Dirección General de Ganadería, debe ser facilitar el proceso de importación de tecnologías al país, por lo cual deberá ser el mediador ante el SENASA que permita agilizar los procesos de ingreso por ejemplo de genética (animales vivos, semen y embriones), que la ganadería solicita a gritos desde hace años para apuntar a la competitividad, como lo hacen otros países. Ya se debe dejar de trabajar en base a “Pánico Sanitario” en donde para el SENASA importar todo esté prohibido “per se”, se debe transitar hacia una visión más objetiva de lo que necesitamos en el país, sin dejar de ser responsables, abramos las puertas.
Los productores y agentes involucrados en la ganadería podemos estar contentos de esta nueva oportunidad llamada “Dirección General de Ganadería”, la cual se espera sea inclusiva, abierta a recibir las opiniones de los productores de todo el Perú, con personal técnico capacitado y que supere las barreras burocráticas. Ya era hora que las autoridades nacionales comiencen a darse cuenta que una ganadería fortalecida, es una vía más para garantizar el desarrollo rural del país ya que generará empleos a ese nivel y mejorará el nivel de vida de las personas, en resumen espero que esta oficina sea en esencia el principal motor de nuevas inversiones y desarrollo en el campo pecuario nacional.
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