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Los antiguos humanos consumían leche mucho antes de poder digerirla

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Un estudio de Nature pone en duda si el consumo de leche fue un factor clave en la persistencia de la lactasa, una mutación genética que evita que los adultos sufran complicaciones al beber este producto. Este cambio evolutivo, que se detectó por primera vez hace 5.000 años, se ha hecho cada vez más frecuente gracias a un acusado proceso de selección natural del que todavía se debaten las causas.

Actualmente, dos tercios de los adultos del mundo pueden tener problemas leves si beben demasiada leche, pero estas complicaciones eran mucho más frecuentes en nuestros antepasados.

Nuestros antepasados europeos habrían empezado a consumir leche de animales domésticos miles de años antes de que desarrollara el gen para poder digerirla, según apunta un estudio publicado en la revista Nature. La investigación analiza los patrones prehistóricos de su uso en los últimos 9.000 años y ofrece nueva información sobre su consumo y cómo ha evolucionado la tolerancia a la lactosa.

Hasta ahora, se pensaba que dicha resistencia surgió porque permitía a las personas consumir más leche y productos derivados sin tener efectos adversos, pero el nuevo trabajo afirma que la hambruna y la exposición a enfermedades infecciosas justifican mejor este cambio evolutivo.

Hasta ahora, se pensaba la tolerancia a la lactosa surgió porque permitía a las personas consumir más leche y productos derivados sin tener efectos adversos, pero el estudio afirma que la hambruna y la exposición a enfermedades infecciosas justifican mejor este cambio evolutivo

“Probablemente, las complicaciones que pueden sufrir las personas al beber grandes cantidades de leche no diferirían demasiado entre nuestros antepasados o nosotros, ya que nuestra genética no es tan distinta. Sin embargo, la dieta y la microbiota intestinal sí que podrían suponer una diferencia, ya que influyen en la gravedad de los síntomas de la intolerancia a la lactosa”, explica a SINC Mark Thomas, profesor de genética evolutiva y coautor del estudio.

Una mutación inusual que ahora es común

Actualmente, dos tercios de los adultos del mundo pueden tener problemas leves si beben demasiada leche, pero estas complicaciones eran mucho más frecuentes en nuestros antepasados, según los autores. La causante de dichos problemas es la lactosa, un azúcar que, si no se digiere correctamente, puede causar calambres, diarrea y flatulencias.

George Davey Smith, investigador de la Universidad de Bristol y coautor del estudio, comenta que “para digerir la lactosa necesitamos producir la enzima lactasa en nuestro intestino. Esto lo hacen casi todos los bebés, pero la producción de la enzima disminuye rápidamente entre el destete y la adolescencia”.

La mutación responsable de la persistencia de la lactasa se hizo común entre las personas hace 4.000 años, gracias a un marcado proceso de selección natural

Sin embargo, alrededor de un tercio de los adultos siguen produciendo lactasa gracias a una mutación en su ADN, lo que les permite digerir la lactosa sin complicación alguna.

La evidencia científica sugiere que esta alteración genética, conocida como persistencia de la lactasa, se hizo común entre las personas hace 4.000 años, gracias a un marcado proceso de selección natural.

Las claves: hambre y enfermedades

Aunque la mutación fue ganando presencia entre los europeos de hace miles de años, todavía hay que conocer más detalles de este cambio para determinar qué fue lo que realmente nos hizo aptos para consumir leche. Esta tarea es difícil porque el uso de este producto ha ido aumentando y disminuyendo en diferentes regiones a lo largo de la historia.

No obstante, los autores se muestran convencidos de que detrás de este cambio se aducen dos razones: el hambre y la circulación de patógenos. “Cuando las cosechas se perdían o se dañaban, los campesinos aumentaban el consumo de productos lácteos. Al no tener lactasa persistente, podían sufrir algunas complicaciones leves de forma más frecuente”, comenta Thomas.

Todavía hay que conocer más detalles de este cambio para determinar qué fue lo que realmente nos hizo aptos para consumir leche

Y añade: “El problema realmente serio viene cuando estas personas estaban severamente desnutridas y padecían enfermedades diarreicas, que pueden privar al organismo del agua y las sales necesarias para la supervivencia”.

La teoría de Thomas de la hambruna se complementa con la de Smith, quién considera que la desnutrición y la diarrea podían agravarse en ambientes que favorecían la aparición de enfermedades zoonóticas, como los asentamientos del Neolítico.

Con poblaciones más densas y urbanizadas, los desplazamientos de estas personas y su contacto frecuente con animales era el caldo de cultivo perfecto para contraer dichas patologías. En consecuencia, la selección natural proveyó una protección genética a nuestros antepasados para que fuesen menos vulnerables a virus, bacterias, parásitos y hongos.

Mapas y genética para conocer el consumo de leche

Las conclusiones del estudio se basan en un mapa del consumo prehistórico de leche, que analiza 6.899 residuos de grasa animal de 554 enclaves arqueológicos durante los últimos 9.000 años. La metodología combina ADN antiguo, radiocarbono y datos arqueológicos con nuevas técnicas de modelado por ordenador.

Las conclusiones del estudio se basan en un mapa del consumo prehistórico de leche, que analiza 6.899 residuos de grasa animal de 554 enclaves arqueológicos durante los últimos 9.000 años

Los investigadores también examinaron la frecuencia de la variante principal del gen de persistencia de la lactasa entre 1.786 individuos euroasiáticos de la prehistoria.

Juntos, estos hallazgos indican que en Europa el uso de la leche estaba muy extendido, mientras que en Asia los pueblos todavía eran mayoritariamente intolerantes a la lactosa, lo que pone en duda si su consumo es un factor clave para la persistencia de la lactasa, como sostienen algunas hipótesis.

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Plan Caprino: Chile apoya a su sector productor de leche de cabra

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Durante los pasados 15 y 16 de abril 2024, el subdirector nacional de Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario de Chile (INDAP), César Rodríguez, estuvo en la región de Coquimbo para visitar a productores caprinos y al Centro Experimental Las Cardas de la Universidad de Chile, y también para participar en reuniones con autoridades locales, todo esto en compañía del jefe nacional de la División de Fomento, Sebastián Acosta, y el director regional del servicio, Víctor Illanes.

Fue así como recorrió el predio de Fabiola Flores, del sector Las Cardas de la comuna de Coquimbo, y posteriormente el de David Pastén, en el sector Altovalsol de la comuna de La Serena.

Fabiola Flores elabora queso de cabra tradicional y con especias, y a pedido de sus clientes produce manjar y ricota de leche de cabra. Posee cerca de 70 cabras, en su mayoría de la raza Saanen. Su sistema de manejo del ganado es 100% estabulado. Durante la visita manifestó que “es bonito que vengan a ver que los recursos que se invierten en uno se ocupan bien. El apoyo de INDAP significa mucho para mis producciones, porque de esto vivo”.

Por su parte, David Pastén posee cerca de 100 cabras alimentadas mayoritariamente con la alfalfa que produce en su predio bajo prácticas sustentables. Su sistema de manejo del ganado también es completamente estabulado. Durante la instancia, mostró su trabajo de elaboración de queso de cabra tradicional (maduro y fresco) y manjar. Además, dio a conocer un queso de cabra untable, indicando que esta idea surgió tras participar en una gira a México realizada el 2023 y financiada por el Plan Caprino, ocasión en la que vio la importancia de desarrollar productos novedosos.

“Estoy agradecido por el apoyo de INDAP. Ha sido excelente, ya que he podido tener inversiones y también el conocimiento que nos transfieren, y eso es muy importante, ya que el conocimiento es la base para toda acción. Es muy bueno tener el apoyo concreto, en este caso, del subdirector. Vamos a seguir luchando por los sueños que tenemos”, detalló el productor caprino.

César Rodríguez también llegó hasta el Centro Experimental Las Cardas de la Universidad de Chile, donde conoció el trabajo que se ha llevado a cabo en ese lugar en el marco del Plan Caprino.

Sobre sus actividades, el subdirector nacional de INDAP dijo que “hacemos un reconocimiento al esfuerzo por mitigar una situación compleja que está viviendo la región de Coquimbo por la crisis hídrica. Eso determina el accionar del gobierno y en especial del Ministerio de Agricultura y sus servicios, como es el caso de INDAP, y por eso estamos acá, afinando distintas iniciativas enfocadas en manteniendo el sector silvoagropecuario para que sea más resiliente al cambio climático y se adapte a las condiciones de estrés hídrico”.

El director regional del servicio, Víctor Illanes, dijo que desde el nivel central “hay un gran interés y preocupación por lo que está pasando en la región a causa de la escasez hídrica y esta visita del subdirector se suma a la que hace unas semanas realizó el director nacional, Santiago Rojas. Todo esto permite ir fortaleciendo cada vez más nuestro trabajo para atender la situación que nos afecta y, en paralelo, continuar con nuestros programas regulares”.

“Estamos ejecutando diversas medidas que permitan a la Agricultura Familiar Campesina e Indígena salir adelante pese a las adversidades, tal como nos mandató el Presidente Boric”, agregó.

Sobre la visita del subdirector nacional de INDAP a la zona, el seremi de Agricultura, Christian Álvarez, sostuvo que permite “que desde el nivel central de INDAP conozcan de primera fuente el amplio despliegue que la institución hace día a día por el mundo rural, tanto desde su dirección regional como desde sus agencias de área. Además, el hecho de estar en los predios de usuarios del rubro caprino le permite ver los apoyos entregados y de qué manera han servido para optimizar el trabajo y hacer frente a la escasez hídrica que se vive”.

Las reuniones de César Rodríguez en su visita fueron con las jefaturas de unidades y agencias de área de INDAP, y con el seremi de Agricultura y los directores regionales de INIA Intihuasi y Corfo, entre otros personeros.

 

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Detectaron el virus de la Gripe Aviar en la leche de supermecados Estadounidenses

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Lechería inteligente: aplicar tecnologías para transformar el negocio lechero

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La automatización y la robótica, junto con las tecnologías de la comunicación y de la información, son herramientas que ganan terreno e impulsan la transformación de los sistemas productivos. Con información estratégica, los productores de leche en Argentina pueden tomar decisiones precisas y mejorar los factores económicos y ambientales. 

En la Argentina hay más de 300 robots instalados en los sistemas productivos de leche y más del 20 % del rodeo nacional cuenta con algún tipo de tecnología incorporada. “La automatización, los sensores y la robótica son herramientas cada vez más adoptadas por los tamberos y que ganan terreno en la lechería, a pesar del contexto macro”, aseguró Miguel Taverna, coordinador nacional de lechería del Instituto Nacional de Tecnologías Agropecuaria (INTA).

De acuerdo con el especialista, “aplicar la inteligencia artificial a la lechería permite contar con información estratégica para la toma de decisiones correctas con un mínimo margen de error. Así, es posible gestionar de un modo mucho más preciso el sistema de producción y eficiente de los recursos, lo que mejora los factores económicos y ambientales del tambo”.

Un tambo inteligente requiere del uso de sensores que permiten monitorear prácticamente todos los aspectos que involucra el sistema productivo: desde el comportamiento del animal, la ingesta, su salud y hasta aspectos hormonales. Además, es necesario incorporar las tecnologías de la comunicación y de la información, así como la automatización y la robótica que permiten transformar los sistemas.

Para Taverna, “producir de manera inteligente nos permite ser eficientes en el uso de los recursos, al tiempo que las tecnologías nos permitirán trazar, mostrar y generar información objetiva sobre las condiciones en las que estamos produciendo leche en la Argentina”. Y en este punto, no dudó en asegurar que “esta información permite dar respuestas a las demandas de los consumidores y mercados internacionales que quieren saber con cierta precisión las condiciones en las que producimos los alimentos”.

“Si somos inteligentes y comunicamos los datos, podremos lograr un reposicionamiento del sector frente a la sociedad como una actividad productiva no contaminante, alineada a las demandas internacionales ambientales de emisiones y del uso de los recursos escasos como el agua, entre otras buenas prácticas”, subrayó Taverna.

Con inteligencia, se multiplican los beneficios

Entre las ventajas de la incorporación de estas tecnologías a los tambos, Taverna destacó que “son tecnologías que pueden ser adoptadas independientemente de la escala del tambo” y, si bien es cierto que los tambos de mayor escala tienen mayores posibilidades, también son accesibles a producciones familiares. Además -señaló el especialista del INTA- “se pueden incorporar de manera progresiva”.

A su vez, “puntualmente la robótica y la automatización permiten mejorar la calidad de vida de los trabajadores, al simplificar las tareas del tambo, lo que, además, impulsa el arraigo territorial de las familias tamberas y las nuevas generaciones de productores”, subrayó Taverna.

Un curso virtual en ocho módulos

Con la colaboración de 20 empresas privadas, el INTA organizó el Curso de Tecnologías Inteligentes que comenzará el 26 de abril de 2024. Diseñado en un formato accesible y virtual, el curso cuenta con ocho módulos. Las temáticas que se abordarán van desde la identificación electrónica de los animales hasta la gestión estratégica de la información para la toma de decisiones.

El curso, que en este caso está dirigido a profesionales, propone ocho módulos impartidos en siete clases virtuales de tres horas cada una, los viernes por la mañana. Habrá un módulo adicional de visita a tambos inteligentes, organizado según la procedencia de los participantes.

Contará con más de 30 disertantes de empresas líderes, académicos nacionales e internacionales, y productores que compartirán su valiosa experiencia. Además, está previsto un intercambio entre participantes y acceso a una plataforma con materiales utilizados en las clases. Posibilidad de obtener un certificado al completar el curso.

Se trata de una oportunidad para adquirir conocimientos científicos y empresariales de vanguardia, y conectarte con una red de profesionales apasionados por el futuro de la lechería.

 

 

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