Investigadores peruanos proponen incorporar trébol blanco mediante labranza mínima como una fuente de proteína para alimentación animal. Con el uso de la tecnología se logra aportar 40% de forraje adicional de excelente calidad nutritiva en pastos naturales. El trébol blanco se adapta hasta los 4 500 msnm, altitudes donde otros pastos cultivados no prosperan.
El Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), organismo del Ministerio de Agricultura, presentó una propuesta tecnológica para los pequeños productores de las zonas altoandinas del país, la cual incrementa la calidad nutritiva de las praderas nativas a través de la incorporación del trébol blanco con prácticas de labranza mínima.
La tecnología liberada por el INIA constituye un aporte a la ganadería altoandina del país, considerando que los pastos naturales tienen baja calidad nutricional.
El jefe del INIA, Dr. Juan Arturo Flórez Martínez, explicó que el trébol blanco aporta de 10 a 15 por ciento de proteína para la alimentación animal, tanto en época seca como de lluvia, mientras que los pastos nativos sólo alcanzan de 7 a 8 por ciento de proteína en época lluvia y de 1 y 2 por ciento, en época seca.
“Con el uso de esta tecnología se aporta 40% de forraje adicional de excelente calidad nutritiva a los pastos naturales. El trébol blanco es tolerante a las heladas y tiene una buena adaptación sobre los 4 000 msnm, altitudes donde otros pastos, como la alfalfa, no prosperan”, destacó el jefe del INIA.
El Dr. Flórez indicó que esta tecnología incrementa la cobertura vegetal, la biomasa forrajera y consecuentemente eleva el rendimiento de la producción de los camélidos en las praderas altoandinas. En estas condiciones la carga animal se incrementa hasta 4 alpacas por hectárea al año; mientras que en pasto natural sin mejorar, la carga animal varía de 0.3 a 1.5.
Tecnología al Alcance de los Pequeños Productores
Esta propuesta tecnológica es el resultado de los trabajos de investigación desarrollados por los especialistas y técnicos del Programa Nacional de Innovación Agraria en Pastos y Forrajes de la Estación Experimental Agraria Illpa del INIA.
“La práctica de labranza mínima y la incorporación de trébol blanco como un componente adicional del pasto nativo, constituye una tecnología sencilla, sin afectar la diversidad de las especies, adaptada a las condiciones socio-económicas del pequeño productor de la zona altoandina, en especial de las zonas alpaqueras del país”, indicó el Ing. Gregorio Argorte, especialista en Pastos y Forrajes del INIA.
La aplicación de esta propuesta tecnológica del INIA requiere de una mínima inversión por parte del pequeño productor. “Para una hectárea se utiliza dos kilogramos de semilla de trébol blanco, con un costo máximo de 596 nuevos soles. Esta tecnología genera una rentabilidad estimada de 165% para el productor”, indicó el Ing. Argote.
Fuente: Agencias
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