En el marco del programa de lucha contra la garrapata Rhipicephalus (Boophilus) microplus llevado a cabo por la Dirección General de Servicios Ganaderos (DGSG) en todo Uruguay, se han detectado en todas las zonas del país, predios con cepas de garrapatas multi resistentes a principios activos de productos garrapaticidas registrados por la División Laboratorios Veterinarios (DILAVE).
La DGSG resolvió facilitar a los productores interesados la realización de estudios de resistencia a principios activos de productos garrapaticidas. Para ello, deberán registrarse en la oficina del Servicio Ganadero Local o Zonal de ubicación del establecimiento, completando los datos del formulario que se les proporcionará a tales efectos.
Posteriormente, la División Sanidad Animal, previo análisis epidemiológico de la situación del establecimiento, procederá a la extracción y/o recepción de muestras para realizar el test de resistencia a la parasitosis, en los casos que, de acuerdo a criterios técnicos determinados por dicha División, amerite realizar el estudio. Las muestras serán procesadas en el Laboratorio Oficial (DILAVE), sin costo para el productor, durante el término de 2 años a partir de la entrada en vigencia de esta resolución.
Sanidad Animal determinará el nivel de riesgo del establecimiento, en base a las16 resultancias del test de resistencia y a las condiciones del predio, y dispondrá las medidas sanitarias adecuadas en acuerdo con el productor y VLEA.
Un problema que preocupa a todo el país
Si las garrapatas están generando resistencia a varios de los antiparasitarios, cuyo abuso puede provocar consecuencias ambientales y residuos en el animal, es especialmente relevante ser lo más eficaz posible a la hora de administrar los productos. Los residuos en carne, leche, cuero y lana son graves, porque el alimento deja de ser inocuo; el uso de cueros o lanas con residuos de acaricidas es grave por posibles intoxicaciones y alergias.
El trabajo de Eleonor Castro, de la Unidad de Enfermedades Parasitarias de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Uruguay y sus colegas apunta justamente a poder desarrollar un test de PCR que permita diagnosticar en forma temprana la aparición de estas mutaciones en los establecimientos.
“Con esta herramienta, uno puede ir monitoreando tempranamente y asesorar a los establecimientos qué productos se deben usar”, aclara la veterinaria. Esta estrategia molecular es más rápida que hacer pruebas aplicando directamente los antiparasitarios en las garrapatas y observando su resultado, algo que lleva varias semanas. El análisis genético permitiría saber de antemano qué aplicación es la más efectiva de los dos o tres productos que se usan más comúnmente.
“Es la primera vez que se encuentran mediante test molecular estas dos mutaciones en Uruguay. Es importante que se hayan diagnosticado porque son las más frecuentes, pero probablemente haya otras, y se produzca también resistencia metabólica, algo que aún no hemos estudiado” reflexiona Castro. Lo ya estudiado, en cambio, sí merece ser tenido en cuenta: “para los principios activos que se usan comúnmente estas dos mutaciones son relevantes”, apunta.
En este caso, claramente, menos es más. “A medida que uno aplica estos productos el residuo se va acumulando, así que mientras menos usemos mejor”, dice Castro. Si los casi dos años de pandemia no nos demostraron lo beneficioso que puede ser realizar a tiempo un test PCR, allí está la experiencia de las garrapatas para reforzar la idea.