Los investigadores han realizado una evaluación cuantitativa del riesgo de introducción de BVDV y BoHV-1 a través de contactos indirectos basados en las medidas de bioseguridad implementadas en granjas lecheras de España.
Las infecciones por el virus de la diarrea viral bovina (BVDV) y el herpesvirus bovino-1 (BoHV-1) son endémicas y causan enfermedades de gran importancia económica y comercial en las granjas lecheras de todo el mundo. Tanto el BVDV como el BoHV-1 se transmiten horizontalmente por contacto directo y fómites contaminados.
Un grupo de científicos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), IRTA-CReSA y la Universidad de Santiago de Compostela (USC) han propuesto un modelo de evaluación de riesgos cuantitativo para estimar la probabilidad anual de introducción del virus de la diarrea viral bovina y del herpesvirus bovino 1, en 127 granjas lecheras españolas a través de contactos indirectos.
En el modelo, se consideraron los vehículos que transportaban terneros, ganado al matadero, animales muertos y mezcla de pienso, así como visitas de veterinarios y recortadores de cascos, trabajadores agrícolas y contactos con vecinos.
Para estimar los valores de los parámetros de entrada se utilizaron datos de cuestionarios de bioseguridad de cada granja, literatura científica y opinión de veterinarios de campo, conductores de vehículos de animales, cortadores de cascos y personal de empresas de transporte de reciclaje, según recoge el estudio publicado.
Los resultados mostraron que la probabilidad anual de introducir BVDV o BoHV-1 a través de contactos indirectos era muy heterogénea. La distribución general de los valores medios para cada granja varió de 0.5 a 14.6 % y de 1.0 a 24.9 % para BVDV y BoHV-1, respectivamente.
El modelo identificó que proporcionar ropa protectora y botas a las visitas, no permitir que el conductor del vehículo animal establezca contacto con los animales presentes en la granja y asegurar que los vehículos para terneros llegaran vacíos, fueron las medidas con mayor impacto en la probabilidad de sufrir una infección para la mayoría de las granjas.
“Este modelo podría ser una herramienta útil para mostrar el impacto de las medidas de prevención a los agricultores y veterinarios, aumentando así su conciencia sobre la bioseguridad. Además, podría apoyar la toma de decisiones sobre qué medidas deben priorizarse en los rebaños de ganado lechero para reducir la probabilidad de introducción de enfermedades”, comentan los autores.