La medida – tendiente a reducir el robo de ganado – fue anunciada la semana pasada, pero algunos productores son escépticos en cuanto a su utilización y efectividad.

La decisión de implantar chips subcutáneos en bovinos a fin de identificarlos mediante scanners, como forma de combatir el abigeato o robo de ganado, ya comenzó a despertar polémica entre los dirigentes y productores agropecuarios.

La medida fue anunciada la semana pasada, tras una reunión que el gobernador Daniel Scioli mantuvo con el presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa, Alberto Frola. Y, si bien aún no hay precisiones sobre qué tipo de tecnología se aplicará, para gran parte de los productores la medida no es de fácil aplicación y ofrece muchas dudas.

En diálogo con «La Nueva Provincia» , Alberto Frola destacó que la incorporación de chips es una de las medidas conversadas con el gobernador para comenzar a resolver el problema de la inseguridad.

«Es una opción de identificación, una posibilidad interesante y razonable en caso que se utilice correctamente. No es una novedad, porque hace unos diez años desde CARBAP impulsamos su utilización«, dijo.

Según señaló el dirigente, cada chip tendría un valor de dos dólares, cifra inferior a los 20 pesos que mencionaron fuentes del gobierno provincial.

«El chip se insertaría en un pliegue del cuello del animal para evitar que migre a otras partes del cuerpo, y ahí quedaría instalado. Hay otro sistema similar, que consiste en un bolo metálico que se introduce en el rumen (NdR: en el estómago) del animal, y se utiliza en Inglaterra», precisó.

El representante de CARBAP y ex presidente de la institución, Pedro Apaolaza, señaló que, en caso de implementarse el chip vacuno, las patrullas rurales de cada distrito deberían estar equipadas con lectores (o scanners) para interpretar la información que contienen.

«Una vez en funcionamiento, habría que ver qué tipo de información se puede cargar en el chip, como el número de caravana, su dueño y su propiedad», manifestó Apaolaza, quien reconoció que entre cuatro y cinco proveedores estarían interesados en aportar la tecnología.

El dirigente sostuvo que la idea sería implantar el chip en terneros, de manera que en cuatro años pueda tenerse todo el rodeo bonaerense identificado y bajo control.

El dirigente medanense Fernando Carrizo Fierro, titular de Agavisa, calificó ayer la implementación del chip como un hecho «muy positivo y totalmente válido, ya que hace tiempo se venía hablando de su puesta en funcionamiento y nunca se había resuelto definitivamente».

«Todavía no sabemos nada de los costos ni de cómo los vamos a soportar, pero de cualquier manera será una seguridad para el hombre de campo», indicó el dirigente rural.

«De esta manera también cumpliríamos con las exigencias del Mercado Común Europeo, que exige que los animales posean un chip que demuestre fehacientemente la trazabilidad del animal. Además, podríamos cortar la cadena de corrupción que existe con los que roban cabezas para después faenarlas y venderlas», añadió.

Dudas

La Asociación de Ganaderos y Agricultores de Bahía Blanca (Argentina), mostró ayer sus dudas en cuanto al chip de identificación de animales, y pidió avanzar en la aplicación de «un verdadero plan» de seguridad rural.

Mediante un comunicado, desde la entidad rural se señaló que «la seguridad rural no depende de medidas aisladas o de arrebatos espasmódicos».

«Es necesaria una verdadera decisión política que provea de medios y personal adecuado a las patrullas rurales, y una decisión judicial que implique investigar los hechos que se denuncien y aplicar la ley vigente a quienes incurren en hechos ilícitos, con la doble finalidad de sancionar a quienes cometen delitos y de desalentar la comisión de otros», se señaló.

En cuanto al chip vacuno, la entidad recalcó que esa medida avanzaría contra el robo de ganado en pie, pero no sería efectiva para evitar la «carneada» (tipo de abigeato a baja escala que, básicamente, consiste en el robo, muerte y desposte de animales en pleno campo).

También se señaló que el costo del sistema no está claro, debido a que, si bien se sabe a cuánto ascendería cada chip, se desconoce el valor de los scanners, entre otros elementos tecnológicos. Asimismo, no se sabe quién se haría cargo de estos costos.

Un tercer problema lo plantea el hecho de que el sistema, en principio, se aplicaría en territorio bonaerense, por lo que no sería efectivo para el robo de ganado en pie que implique el traslado de animales hacia provincias cercanas.

«La implementación de los chips suena como algo muy interesante como avance tecnológico, pero no lo veo como algo factible en un plazo corto», reflexionó Merino Amaro, presidente de la Sociedad Rural de Coronel Dorrego.

«En su momento se quiso hacer algo similar con la trazabilidad para exportación y al final no se pudo implementar. Este tipo de innovaciones todavía están en una fase experimental», recalcó.

El productor y dirigente de FAA en Stroeder, Alcides Haure, recalcó que si bien es interesante la incorporación de nuevas tecnologías al sector rural, no está de acuerdo en hacerlo justamente para combatir el abigeato.

«No creo que esa sea la solución al problema. Estoy de acuerdo en que se avance en el plano tecnológico, pero me suena raro que haya que recurrir a un chip para evitar este tipo de robos», manifestó.

«Me parece que en realidad hay que aplicar la justicia como corresponde. En Patagones tenemos una situación preocupante en cuanto al robo de animales, porque la policía captura a los responsables y a los dos días los vemos caminando por la calle», cuestionó.

Ariel Marino, protesorero de la Sociedad Rural de Adolfo Alsina, recordó que en los últimos años se han implementado varias alternativas para controlar el abigeato y la faena clandestina, pero no ha habido cambios positivos.

«No estoy en contra del chip ni digo que haya que abortar su puesta en funcionamiento desde su concepción, pero creo que es una cortina de humo para tapar las falencias que hay en el equipamiento y los fondos que se destinan para equipar a las patrullas rurales», consideró.

Fuente: «La Nueva Provincia»