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EE.UU – Usan Inteligencia Artificial para Monitorear a Distancia la Salud de los Caballos en Establo

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Magic AI desarrolló algoritmos que procesan y controlan las imágenes en vídeo y ayudan a gestionar mejor a los animales.

El uso de inteligencia artificial y big data viene creciendo cada vez con más fuerza en las actividades agrícolas, y aplicaciones que hace algunos años parecían cosa de la ciencia ficción ahora se utilizan a diario.

En ese sentido, una start up de Seattle está utilizando inteligencia artificial para monitorear la salud y el estado general de los caballos en el establo, a distancia, a partir de transmisiones de video.

Magic AI desarrolló algoritmos que procesan y controlan las imágenes en vídeo y ayudan a gestionar mejor a los caballos.

«Si tienes un Lamborghini, lo tienes en un garaje con alarma», ejemplifica Alexa Anthony, fundadora y CEO de la empresa. «Los caballos suelen estar a menudo en un establo en lugares remotos sin ninguna seguridad de que estén bien cuando se está durmiendo», agrega la desarrolladora, que fue campeona estadounidense de salto ecuestre.

Magic AI utiliza aprendizaje automático para determinar si un caballo está sufriendo un cólico, si tiene algún problema de salud, e incluso si ingresó un extraño al establo.

Magic AI montó un sistema con cámaras de vigilancia que se colocan en el establo, junto con una aplicación móvil para controlar a los caballos.

A través de un complejo sistema computarizado con un GPU in situ, la app proporciona monitoreo de vídeo y alertas de emergencia en tiempo real, y puede configurarse para reconocer a los jinetes y al personal de los establos, así como para enviar notificaciones si entran extraños.

La inspiración para Magic AI surgió cuando uno de los caballos de Anthony murió de cólicos, una dolencia cuyos síntomas son bastante fáciles de detectar – rodar en el suelo, patear el estómago, patear el piso – y pueden ser identificados mediante aprendizaje automático.

Magic AI suma una creciente lista de indicadores de salud para que los usuarios están informados de la salud de los caballos a través de la app, que permite llevar un registro de la frecuencia con la que los animales comen y beben, cuánto tiempo se mantienen de pie, y si están cubiertos cuando hace frío, ofreciendo más formas de aportar a su bienestar.

La compañía también puede alertar a los dueños de los caballos sobre los signos de que un animal está a punto de dar a luz. «Podemos ver señales que son indicativas de nacimiento, y puedes ver la transmisión del parto en vivo en tu teléfono», detalló Anthony, y concluyó: «me emociona ver cómo esta tecnología puede mejorar el bienestar de los animales a nivel mundial».

Otras aplicaciones similares

Si bien Magic AI es una de las más avanzadas, no es la única herramienta que permite monitorear la salud del animal a distancia.

Existen decenas de sensores y dispositivos que incorporan distintas tecnologías para evaluar la salud de los caballos.

Una de las más conocidas es NightWatch, que funciona de manera similar a Magic AI, aunque sin analizar imágenes, sino tomando los signos vitales del caballo.

 

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La OMSA y la FAO instan a sus miembros a erradicar la Peste de los Pequeños Rumiantes

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La peste de los pequeños rumiantes (PPR), es una enfermedad devastadora que causa importantes pérdidas económicas y animales. Con tasas de morbilidad y mortalidad que pueden alcanzar el 100 % en poblaciones no expuestas previamente, esta enfermedad vírica altamente contagiosa representa una grave amenaza para ovejas, cabras y ciertas especies de rumiantes silvestres.

Más allá de su impacto en la sanidad animal, las pérdidas económicas asociadas a la PPR ascienden a unos 2.100 millones de dólares estadounidenses al año. Desde su identificación en 1942, la PPR se ha propagado a más de 70 países en África, Asia, Oriente Medio y Europa del Este, arraigándose en muchas regiones y representando una seria amenaza para los medios de vida y las economías frágiles. Esta enfermedad socava los medios de subsistencia, la seguridad alimentaria y la nutrición, especialmente en zonas donde más de 330 millones de personas, principalmente pequeños agricultores y comunidades de subsistencia, dependen de los pequeños rumiantes.

Aún se requiere más trabajo para lograr la erradicación

La exitosa erradicación de la peste bovina en 2011, que demostró el poder de la colaboración y los esfuerzos concertados para proteger la sanidad animal y los medios de vida humanos, motivó a la comunidad veterinaria mundial a designar la PPR como la siguiente enfermedad prioritaria a erradicar, junto con la rabia transmitida por perros. En 2015, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lanzaron la Estrategia Global de Control y Erradicación de la PPR (PPR GCES, por sus siglas en inglés)  , con el ambicioso objetivo de erradicar la enfermedad para 2030.

Durante los 10 años transcurridos desde el lanzamiento de la estrategia PPR GCES, se han logrado avances significativos. Entre las iniciativas se incluyen la implementación del Proyecto Regional de Apoyo al Pastoralismo en el Sahel (PRAPS)  , varios proyectos financiados por la Unión Europea, proyectos de la Agencia de Reducción de Amenazas de Defensa de EE. UU. (DTRA), y el lanzamiento del Programa Panafricano para la Erradicación de la PPR y el Control de Otras Enfermedades Prioritarias de los Pequeños Rumiantes  . Sin embargo, aún queda mucho por hacer.

La propagación continua de la PPR hacia nuevas regiones y su arraigo en áreas endémicas, agravados por el acceso limitado a servicios veterinarios en comunidades marginadas, siguen siendo grandes desafíos para su eliminación. Superar estos obstáculos es esencial para lograr la erradicación de la PPR, proteger los medios de vida y reforzar la seguridad alimentaria de algunas de las poblaciones más vulnerables del mundo. Es imperativo mantener un esfuerzo global sostenido y coordinado para garantizar el éxito de la estrategia PPR GCES y fortalecer la resiliencia de las comunidades que dependen de los pequeños rumiantes.

Un compromiso con la colaboración global

Los pequeños rumiantes suelen ser el recurso más importante, y en algunos casos el único, del que dependen ciertas poblaciones vulnerables para sobrevivir. La erradicación de la PPR abriría oportunidades económicas tanto a nivel nacional como internacional, contribuyendo al crecimiento y la estabilidad. Las ovejas y las cabras desempeñan un papel esencial en la vida de muchos agricultores, especialmente mujeres y jóvenes, quienes a menudo están subrepresentados en los espacios públicos y de toma de decisiones.

Desde el inicio de la estrategia PPR GCES, ha quedado claro que los brotes pueden gestionarse y que se puede desarrollar una inmunidad colectiva mediante el establecimiento de mecanismos nacionales de financiación para actividades clave de prevención de enfermedades animales, la promulgación de políticas y normativas favorables, la inversión en la producción de vacunas y diagnósticos para la PPR, y la concienciación y formación sobre tecnologías de prevención y control.

Para tener éxito, los esfuerzos de erradicación deben seguir una estrategia bien diseñada y coordinada, respaldada por una infraestructura sólida y la inversión en el personal veterinario. Estos esfuerzos deben priorizarse y reconocerse como un bien público internacional mediante un compromiso político firme y la movilización de recursos. La OMSA y la FAO instan a sus Miembros a seguir comprometidos con la inversión en enfoques.

¿Qué es la peste se pequeños rumiantes?

La peste de pequeños rumiantes (PPR) es una enfermedad vírica causada por un morbilivirus estrechamente relacionado con el virus de la peste bovina que afecta a caprinos y ovinos y a algunos parientes silvestres de pequeños rumiantes domésticos, así como a los camellos. Se identificó por primera vez en Côte d’Ivoire en 1942.

Se caracteriza por tasas de morbilidad y mortalidad significativas, y tiene un alto impacto económico   en zonas de África, Oriente Medio y Asia, donde los pequeños rumiantes contribuyen a garantizar la subsistencia.

Los animales afectados presentan una fiebre alta y depresión, junto con secreciones en los ojos y las fosas nasales. Los animales no pueden comer, ya que la boca se cubre de dolorosas llagas erosivas y sufren de neumonía y diarrea graves, que llevan, con frecuencia, a la muerte.

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