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Cultivo del Maíz para la Ganadería

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El cultivo del maíz es uno de los más diversificados en el mundo y ocupado tanto para la alimentación humana como en la alimentación de animales de todo tipo desde aves hasta vacunos de carne o leche se encuentra a nivel mundial después del trigo y el arroz que cobra gran importancia en la alimentación tanto humana como animal. Incluso se ha cultivado desde antiguas culturas centroamericanas es conocido el uso que le dieron los mayas a terrenos boscosos que transformaron en cultivables para sembrar maíz que era su principal fuente de alimentación.

El cultivo del maíz en Chile cuenta con una superficie aproximada de 100 mil hectáreas. En Chile existen gran variedad de suelos pero en general todos los suelos denominados chacareros son aptos para la siembra del maíz estos responden a características como buena profundidad y buen drenaje, en general suelos de buena calidad y que no tengan problemas de agua puesto que el maíz es exigente en el recurso hídrico, los campos chilenos disponen además de gran biodiversidad, instituciones como el INIA tienen programas de mejoramiento genético para obtener variedades e híbridos más adecuados a las características de cada zona del país.

Actualmente por los requerimientos internos y superficies sembradas es posible autoabastecer al mercado nacional en gran parte , rebajando así la importación de éste grano a la mínima cantidad según diversas expectativas con el incremento en la producción con el uso de técnicas nuevas y uso de variedades más aptas a la zona en cuestión ,recordando finalmente que el CIMYT en México en los últimos años han contribuido a mejorar el potencial del cultivo en todo el mundo (revolución verde).

El informe posee una estructura de orden correlativo en la medida de lo posible así se trata de ir por etapa desde la preparación del suelo hasta la comercialización final.

Preparación y requisitos del suelo :

En los primeros estados de desarrollo el maíz es muy sensible a la falta de agua en el sistema suelo, su desarrollo en las primeras etapas dependen de esto, una deficiente preparación de suelo lograría que las semillas (granos) que quedan sobre la superficie no germinen es de suma importancia que al momento de la siembra el suelo donde se establecerá el cultivo debe estar bien mullido y con una correcta micronivelación para evitar problemas de drenaje debido a la necesidad de agua que tiene, además la máquina sembradora distribuya la semilla a una profundidad uniforme asegurando así una emergencia pareja y una densidad uniforme sobre el área sembrada.

El suelo debe ser profundo con unos 100cm de profundidad, buen drenaje y texturas no extremas que permitan un buen laboreo en el predio.

Para determinar las labores que se deben realizar, se debe considerar la rotación adecuada del predio , para el caso daremos a conocer las condiciones más comunes:

  • Cultivo anterior : pradera, en este caso se aconseja detener el pastoreo en agosto, luego incorporar el rastrojo con trabajo realizado por aradura con rastras del tipo offset, tambien puede ser rastra en tándem pero los resultados son inferiores (incorporar rastrojo) . Lo recomendable es un arado de punta, de disco o de cincel y finalmente realizar rastrajes sucesivos de manera que se mantenga la superficie del suelo libre de malezas y con una mullición adecuada para la cama de siembra.
  • Cultivo anterior : chacras, hortaliza u otro de similares características, es fácil sólo bastara con una pasada pues estos cultivos sembrados con anterioridad tienen por lo general un acabado control de malezas.
  • Cultivo anterior con la presencia de malezas con tejidos rizomatosos como el maicillo y otros: no es recomendable usar el arado de disco debido a que por el corte que realiza el disco aumenta la población de este tipo de malezas. Como solución se puede recomendar labores con pasadas de vibrocultivadores, los cuales arrancan las plantas desde la raíz.
  • Cultivos que dejan un abundante rastrojo: Incorporar rastrojo suena ideal pero muchas veces esto es inviable por costos económicos o por motivos técnicos de sanidad de sanidad del predio, para esto la solución puede ser retirar los rastrojos del terreno o poner animales a talaje y por último la quema de los rastrojos. De incorporar rastrojo esta debe ser lo más cercano a la cosecha del producto para acelerar al máximo este proceso así todo el material tendrá tiempo suficiente para descomponerse luego sigue el manejo y preparación tradicional ,una de las ventajas es la disminución de insumos en fertilización esto sólo da resultados al tercer o cuarto año de incorporación de los residuos.

Trabajos a realizar previo a la siembra:

Las primeras labores a realizar siempre serán la aradura y los rastrajes, dar una pasada con rastras niveladoras, ya que mejoran el microrelieve importante para obtener una buena micronivelación en todo el terreno, esto mejora los riegos y las condiciones de aprovechamiento de la humedad en el perfil suelo.

De no existir humedad suficiente en el perfil del suelo al momento de la siembra se recomienda regar antes de la siembra, para obtener una humedad apropiada, luego se debe preparar la cama de semilla en el terreno para esto se puede ocupar una rastra de disco acoplada una rastra de clavos y una rastra de madera.

Rotaciones adecuadas para el cultivo del maíz:

El maíz se adapta a cualquier tipo de rotación, ya que por ejemplo colocarlo después de pradera resulta muy favorable debido a que el maíz compite bien contra las malezas en praderas de dos o más años sin embargo es de alto riesgo desde el punto de vista sanitario debido a la existencia de plagas de insectos que dominan sobre todo las praderas de especies leguminosas, el problema entonces es no descuidar el ataque de larvas de gusanos cortadores que pueden representar ataques severos se deben aplicar insecticidas en las dosis recomendadas.

El uso de variedades resistentes a enfermedades radicales, ha permitido la práctica del monocultivo sin que bajen los rendimientos todo ayudado con control integrado de plagas para asegurar buenos rendimientos.

Fertilización del cultivo :

Los suelos donde se cultiva el maíz, no tienen la capacidad para proporcionar los nutrientes necesarios para el crecimiento eficiente de las plantas o no otorgarían el rendimiento adecuado , para ello se debe recurrir al empleo de fertilización. El maíz tiene gran capacidad de absorción de nutrientes y requiere de una alta fertilización, la demanda por nitrógeno es alta, además de otros como el fósforo para obtener buena producción. En general la siguiente ecuación sirve para determinar la cantidad de fertilizante a aplicar en el sistema suelo.

 

Fuente: INIA

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Un estudio revela el impacto del fuego en los suelos de los Andes peruanos

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Los suelos volcánicos de Arequipa, una de las regiones más secas del mundo, no están adaptados al fuego.

En septiembre de 2018, un incendio arrasó casi dos mil hectáreas de matorral en el volcán Pichu Pichu, una zona de alto valor ecológico en los andes peruanos. A diferencia de los ecosistemas mediterráneos, donde la vegetación ha desarrollado estrategias para resistir el fuego, los suelos volcánicos de Arequipa, una de las regiones más secas del mundo, no están adaptados al fuego. Un equipo de investigadores de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), de España, y de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, en Perú, ha recogido y analizado muestras de suelo de la zona incendiada, a 3.700 metros de altitud, para comprender cómo estos frágiles ecosistemas responden a la perturbación por incendio.

Los resultados, publicados en la revista Spanish Journal of Soil Science, indican que, cuatro años después del incendio, la combustión de la vegetación y el suelo y la erosión han causado una grave pérdida de carbono orgánico, un elemento esencial para la fertilidad del suelo. “Los Andes peruanos no están preparados para los incendios”, advierte Jorge Mataix Solera, catedrático de la UMH y experto en edafología con más de treinta años de experiencia en la recuperación de suelos quemados. Mataix recalca que, si bien el fuego es una fuerza ecológica natural, sus efectos pueden variar mucho dependiendo del ecosistema. Según se desprende del análisis realizado, el suelo del Pichu Pichu se ha degradado física y químicamente tras el incendio, por lo que la regeneración del ecosistema será más difícil. Además, la erosión producida tras el incendio ha desencadenado más procesos degradativos, reduciendo por ejemplo el contenido de arcilla, lo que debilita aún más la estructura del suelo.

Uno de los problemas detectados en estos suelos áridos es su tendencia natural a repeler el agua debido al tipo de materia orgánica que, junto con su alto contenido de arena, es un fenómeno que persiste tras el incendio. Sin vegetación para retener la humedad y la repelencia al agua, ésta se desliza en la superficie en lugar de infiltrarse, lo que acelera la erosión del suelo. “Mientras que los suelos bien estructurados y evolucionados como los mediterráneos poseen una elevada capacidad de retención hídrica, los suelos volcánicos andinos, muy jóvenes y arenosos, tras la pérdida de materia orgánica en el incendio pierden la capacidad de retener agua” explica la investigadora de la UMH Minerva García Carmona. “Por eso es tan importante conocer las consecuencias del fuego en este tipo de suelos jóvenes y frágiles”, declara la experta, “y un factor determinante es cómo influyen las plantas en el suelo, que son las que conforman el material combustible en el incendio”.

El estudio se centró en dos especies nativas con un papel clave en el ecosistema: Berberis lutea, conocida como ‘palo amarillo del Perú’, y Parastrephia quadrangularis, llamada ‘Tola’. Los investigadores analizaron si el fuego había afectado de manera diferente a los suelos según la vegetación predominante. Descubrieron que en las zonas dominadas por el palo amarillo la degradación fue más severa. “Es una planta más grande, con mayor biomasa, lo que seguramente intensificó los efectos de la combustión en el suelo”, aclara García.

El equipo de investigadores de la UMH conoce bien las consecuencias de un incendio en los bosques mediterráneos, más resilientes al fuego por su evolución histórica con la presencia del fuego que ha llevado a desarrollar múltiples estrategias de resistencia y resiliencia. Ahora, sus descubrimientos en el volcán Pichu Pichu reafirman la evidencia de que los suelos volcánicos de la región de Arequipa, que de forma natural retienen menos agua, se pueden ver particularmente degradados con la presencia de incendios, lo que acrecenta su vulnerabilidad a esta perturbación.

El Pichu Pichu se encuentra en la zona volcánica central de los andes. Los investigadores de la UMH recogieron muestras de suelo a unos 3.700 metros sobre el nivel del mar, donde las precipitaciones, de apenas 385 mm anuales, se concentran en tres o cuatro meses del año. De manera que la región de Arequipa se considera un ‘desierto frío’ -las temperaturas van de los 4 a los 18 grados centígrados- y la vegetación se compone principalmente de matorral muy adaptado a la sequía extrema.

Debido a las escasas precipitaciones, el cinturón volcánico de los Andes es una fuente de agua crucial para las áreas adyacentes. “Si bien Pichu Pichu está dominado por matorral, las faldas de la montaña están también cubiertas a una cierta altitud de bosque y albergan una gran diversidad de especies animales y vegetales”, señala el profesor de la UMH. A las faldas del volcán, se encuentran los bosques de queñuales (Polylepis), cuyas especies endémicas del Perú se encuentran en peligro de extinción.

El investigador de la UNSA Lunsden Coaguila explica que “no es fácil tomar muestras de suelo a tanta altitud”. En el estudio, realizado en colaboración con investigadores de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (UNSA), ha sido crucial la colaboración de la Comunidad Campesina Polobaya y la de la Comunidad Campesina Pocsi, que han permitido el acceso a las áreas de toma de muestras. “También, hemos contado con el apoyo del Servicio Forestal y de Fauna Silvestre de Arequipa”, relata el experto.

En Perú, la mayor parte de los incendios se producen de julio a octubre. El proyecto de vigilancia por satélite Queimadas registró un máximo histórico de 7.037 focos en septiembre de 2024. “En una región como Arequipa, situada en una zona desértica, comprender el papel de los suelos bajo nuevos regímenes de incendios es esencial para evaluar la resiliencia de estos ecosistemas frente al cambio climático”, afirma el investigador de la UMH.

Mataix opina que, cuanto más sepamos, más podremos ayudar a diseñar estrategias de prevención y de tratamiento postincendio que ayuden a mitigar los efectos del aumento de las temperaturas y de la sequía intensificada. “Es tan necesario en Perú como en España”, concluye el experto, “aunque el fuego es un fenómeno natural, la crisis climática está exacerbando estos fenómenos y debemos hacer todo lo posible para adaptar los ecosistemas a las nuevas circunstancias y hacerlos más resilientes”.

 

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