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Wagyu – Raza Milenaria de Japón

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Una raza con más de 2.000 años de historia en Japón y que comenzó a estar en boca de todos luego de que se autorizara la importación.

En diálogo con Carlos Misuraca de Agrofy  News, Carlos Lowenstein de Cabaña Los Macabim compartió los secretos de este tipo de animal y la experiencia de producirlo en nuestro país.

“Es la raza que se cría en diferentes zonas de Japón. Es un producto interesante para aprender y para conocer otra cultura y otra manera de ver la ganadería“, destacó.

Lowenstein explicó: “Una de las particularidades de la raza es el marmoleo, la famosa grasa infiltrada en el musculo, que tiene como característica principal la predisposición genética a transmitir a su progenie mediante cruzamientos“.

Cuando hablamos de marmoleo nos referimos a la cantidad de grasa infiltrada dentro de las fibras musculares. A mayor marmoleo, la carne producida tendrá mejor sabor, será más tierna y más jugosa.

Los Macabim comenzó a gestarse en el año 2007, con la compra de embriones Wagyu importados de Estados Unidos. Actualmente, cuentan con animales en pie, pajuelas y embriones para su comercialización,​​​​​ descendientes de prestigiosas líneas genéticas Wagyu:

  • Michifuku 1615
  • Itomichi 1/2
  • Haruki II

Se llama buey de Kobe o carne de Kobe a ciertos cortes de ejemplares perteneciente a la raza negra Tajima-ushi de vacuno Wagyu, criados de acuerdo a una estricta tradición en la prefectura de Hyōgo (Japón).

“En Argentina la criamos en forma pura y también mediante cruzamientos con razas adaptadas a nuestro clima y nuestra geografía, como Angus, Brangus, Braford, Hereford”, comentó el especialista de Los Macabim. “Probamos con diferentes razas porque se adapta a diferentes ambientes“, agregó.

Se trata de una raza que se puede adaptar gradualmente a diferentes climas: “Cada cruzamiento con Wagyu tiene su encaje y su característica particular”. En Buenos Aires se realizaron cruzas con Angus, una raza tradicional argentina. En tanto, también hubo pruebas con Hereford y también con Holando.

Dependiendo del grado de cruzamiento que haya, ya sea Angus que te da precosidad y una alta tasa de crecimiento, los animales se están terminando alrededor de 580, 640 kilos.

“Va a depender de la raza madre que uno utilice y del grado de cruzamiento que haya con Wagyu“, explicó y agregó que se puede dejar esa madre como base y hacer un nuevo cruzamiento con Wagyu, lo que otorga una gran estabilidad en el marmoleo: “Vas mejorando tu handy cap como porte en el producto final”.

Lowenstein explicó que como parámetro, de más o menos kilos, “estamos hablando de animales más pesados“. Esto se debe a que la grasa intramuscular es la ultima en formarse: “Es lo que se busca”.

Esa grasa intramuscular es la característica principal: “La grasa intramuscular es la que se derrite en el fuego y te da un sabor particular al probar este tipo de carne”.

Acerca de Wagyu

El Wagyu fue introducido a Japón en el siglo II como animal de carga usado en el cultivo de arroz. La topografía montañosa de las islas japonesas proporciona pequeñas regiones de cría aisladas, resultando en reses que desarrollaron y mantuvieron las cualidades de su carne, significativamente diferenciales en comparación con otras razas vacunas.

 

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Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

El Estudio

En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

“Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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