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Comercializarán Ensilado de Pescado para Alimentar Ganado en Nueva Zelanda

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Los residuos del procesamiento de pescado podrían aprovecharse pronto para producir un ensilado comercial para la alimentación de ganado en Nueva Zelanda.

La empresa United Fisheries lanzó recientemente dos abonos líquidos de pescado y ahora investigadores de la Universidad de Lincoln (Nueva Zelanda) trabajan en un proyecto de NZD 1,6 millones (USD 1,3 millones) para desarrollar un ensilado de pescado, como parte de una asociación igualitaria con Seafood Innovation.

Los fertilizantes líquidos biológicos y orgánicos de pescado que se comercializan bajo la marca Bio Marinus son fabricados mediante un proceso de hidrólisis enzimática en la planta de procesamiento de pescado que United Fisheries posee en Christchurch.

La compañía produce cada año unas 600.000 toneladas de desechos de pescado, generados a partir del procesamiento de un millón de toneladas de pescado. La mayor parte de los residuos se utilizan para elaborar harina de pescado, un proceso que requiere un alto consumo de energía. Pero el fundador de United Fisheries, Kypros Kotzikas, cree que estos productos pueden ser mejor utilizados mediante su transformación en fertilizantes naturales para el ganado, que sustituyan a los químicos.

Según el empresario, las ventas iniciales a los viñedos y agricultores fueron positivas y el siguiente paso es apuntar a los productores de lácteos y convencerlos de sus beneficios, informó Fairfax NZ News.

«Mi ambición es conseguir que la industria pesquera y la industria láctea trabajen juntas y se ayuden entre sí para crear un ambiente que produzca productos que la gente pueda comer sin que hagan daño», declaró Kotzikas. «Sabemos que al poner Marinus Bio en el suelo creamos un suelo sano, plantas sanas, animales sanos y, con suerte, gente sana.»

Los fertilizantes líquidos de pescado ya se están aplicando en granjas de Canterbury, la costa oeste, Otago central y Southland. Trabajan mejor y absorben la mayor parte del nitrógeno, de acuerdo con los experimentos realizados en Springston y granjas lecheras de Greenpark por la compañía de servicios independientes de investigación Land Research Services, de Lincoln.

Los estudios demuestran que los fertilizantes líquidos de pescado pueden mejorar la salud de los suelos y ayudar a reducir el contenido de nitratos, ya que con frecuencia las plantas usan más nitrógeno cuando el Bio Marinus se combina con la urea. El contenido de calcio y magnesio fue un 10% superior al de los tratamientos que emplean solo urea.

Kotzikas destaca otros posibles beneficios aún no demostrados por la investigación: las plantas afrontan mejor las enfermedades, el ganado libera menos gas metano y los productos actúan como elemento disuasorio de heladas en los viñedos. Otra ventaja es que las vacas lecheras que consumen los productos de ensilaje de pescado producen leche con un aumento significativo de los niveles de ácidos grasos omega-3.

Quedan dos años para que finalice el estudio de la Universidad de Lincoln sobre un ensilado de pescado para la alimentación de los animales. El producto se usará para vacas lecheras (sobre todo en salas de ordeño) y probablemente en combinación con semillas de palma. Los ensayos podrían llegar pronto a las granjas comerciales.

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Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

El Estudio

En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

“Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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