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Sellante Biológico que Previene Mastitis en Vacas Recibe Patente

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Al aplicarla en las ubres, esta composición orgánica protege los pezones y evita la colonización de bacterias que pueden reducir la producción de leche hasta en un 12%

La bacteria ácido láctica Weissella cibaria, que forma parte de los ingredientes del biosellante, tiene un efecto probiótico y antimicrobiano activo contra los principales patógenos, logrando el efecto preventivo. También tiene potencial para impedir otras enfermedades, como las causadas por las bacterias Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae, Streptococcus agalactiae y Staphylococcus aureus.

Así lo asegura el médico veterinario Omar Vladimir Pabón Rodríguez, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Palmira, quien, junto con la profesora Liliana Serna Cock, de la Facultad de Ingeniería y Administración, creó la composición que obtuvo patente de invención de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC).

Se estima que en la mitad de los hatos bovinos de Colombia hay incidencia de la mastitis subclínica (que no presenta síntomas), y en algunos hatos puede estar presente en el 20 o 30 % de las vacas. Es una de las enfermedades de mayor prevalencia en el sector”, asegura el investigador Pabón.

Según explica, esta enfermedad puede alterar la composición de la leche y reducir su calidad, por lo que las empresas suelen descartar entregas de este alimento. Además los antibióticos y químicos convencionales elaborados por los productores para tratar la enfermedad pueden dejar algunas trazas en la leche y deteriorar sus propiedades.

“El valor agregado de nuestro biosellante es precisamente su composición orgánica, que no contamina la leche ni es agresiva con el animal, evitando efectos secundarios. Por ello creemos que nuestro producto tiene una amplia proyección comercial, en la medida en que ya tenemos establecida una formulación con los ingredientes y procedimientos necesarios para obtenerlo”, afirma el investigador.

Agrega que el biosellante se constituye en una herramienta contra la proliferación de infecciones, si se tiene en cuenta que las bacterias están desarrollando resistencia contra los productos de síntesis química y los antibióticos. Por eso el sellante biológico resultaría atractivo para grandes empresas y laboratorios, con proyección a una amplia difusión comercial.

Potencial en el líquido ruminal

El proceso de formulación y obtención del biosellante duró alrededor de dos años y se adelantó en los laboratorios de la U.N. Sede Palmira. La fase inicial partió de investigaciones previas lideradas por la profesora Serna, en las cuales se aisló, purificó e identificó molecularmente la bacteria Weissella cibaria a partir de líquido ruminal (del estómago) bovino.

En este trabajo se determinó el potencial tecnológico de la bacteria ácido láctica, que se debía complementar con conservantes orgánicos, polisacáridos y espesantes, para llegar a un producto funcional.

Para el estudio se analizaron cuatro concentraciones diferentes de los ingredientes, empleando cuatro productos: “cada mezcla resultante se analizaba durante un mes para determinar si cumplía con las características de viscosidad específica y de conservación de la bacteria en condiciones de refrigeración. Sabíamos que solo si Weissella cibaria sobrevivía a esas circunstancias podíamos hablar de viabilidad”, explica el médico veterinario Pabón.

Para probar el producto se trabajó con siete vacas, aprovechando cada uno de los pezones de las ubres, los cuales reaccionan de forma autónoma cuando se los trata de manera diferenciada. Así, algunos se sumergieron en el biosellante líquido, a otros se les aplicaron productos convencionales y a algunos más no se les realizó ningún tratamiento.

“El biosellante se adhiere al pezón creando una película o capa protectora que evita que las bacterias patógenas colonicen. Comprobamos que nuestra composición no genera ningún efecto secundario en los bovinos y funciona exitosamente en la prevención de la mastitis y otras infecciones”, destaca.

Agrega que la mastitis tiene principal incidencia en las regiones lecheras de Colombia, como Antioquia, Nariño y los territorios cundiboyacenses. Su presencia se puede incrementar por factores climáticos como la lluvia, pero especialmente por malas prácticas de higiene en labores de ordeño y cuidado de las vacas. Se trata de una de las enfermedades que más pérdidas económicas genera en el sector lechero de todo el mundo.

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Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

El Estudio

En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

“Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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