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Mortalidad en Ganado Bovino Venezolano fue Causada por Diarrea Viral Bovina Tipo II

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A finales del año 2010, comenzó a “correrse la bola”, como se dice por la región del Zulia en Venezuela, entre los productores agropecuarios: “los animales están muriendo en el Guaco”, una muerte súbita asociada a enfermedad aguda sin explicación alguna.

Cuando el número de animales muertos sobrepasó la centena, la alarma general llevó a alertar a organismos oficiales (INSAI) y especialistas de instituciones educativas (Facultad de Ciencias Veterinarias – LUZ).

Luego de estudios y descartes de posibles agentes causales, que fueron desde el consumo de un helecho tóxico por parte de los animales hasta bacilos letales, se llegó a la determinación del principal sospechoso y presuntamente culpable: el Virus de la Diarrea Viral Bovina (VDVB).

Los hallazgos clínicos reportados por los profesores de la Universidad del Zulia fueron: fiebre (40 a 40,8°C), depresión marcada, anorexia, secreciones nasales, hemorragias por picaduras y puntos de inyección, hemorragias petequiales en la conjuntiva, parálisis ruminal, mucosas pálidas ictéricas y muerte. Presencia de enfermedad hemorrágica aguda grave y aparición de animales con muerte súbita.

Como resultados de los análisis clínicopatológicos se establecen: anemia grave, leucopenia con linfocitosis relativa y trombocitopenia, quedando por descartar la ausencia de aplasia medular. Incremento en los tiempos de sangría, de protrombina y parcial de tromboplastina en los pacientes evaluados.

Al diagnóstico patológico (necropsia) se encuentran: hemorragia sistémica multifocal severa; enteritis muco-hemorrágica aguda multifocal severa; laringitis mucosa polipoide aguda difusa moderada; abomasitis (gastritis) erosiva y hemorrágica aguda multifocal moderada; endocarditis y epicarditis linfocítica y hemorrágica aguda multifocal moderada; meningitis serosa aguda difusa leve (compatible con infección viral); rumenitis necrótica aguda multifocal leve; degeneración y necrosis hepática paracentral multifocal moderada; enteritis abscedada focal leve bacteriana (íleon); nefrosis y nefrocalcinosis aguda multifocal leve; linfadenitis serosa subaguda difusa leve; sarcocistosis cardíaca moderada. Y como conclusión:

“Lesiones compatibles con infección viral sistémica, particularmente con Diarrea Viral Bovina (DVB) (laringe, intestino, rumen, abomaso); meningitis de tipo viral, probablemente asociada a la infección sistémica por DVB.”

Este diagnóstico fue corroborado serológicamente por la prueba de ELISA en animales afectados que no habían sido vacunados previamente. Se cree que el causante es el VDVB tipo II, un serovar más agresivo, que no se reportaba en Venezuela desde hace muchos años.

Ahora, hablemos de la enfermedad. LA DIARREA VIRAL BOVINA (DVD) es una enfermedad de distribución mundial, que como su nombre indica, afecta a la población bovina. Ocasiona un amplio rango de manifestaciones clínicas y lesiones, destacándose los trastornos reproductivos como los de mayor impacto económico, a pesar de que su nombre llevaría a pensar solamente en un cuadro diarreico. Es causada por un virus perteneciente al género Pestivirus de la familia Flaviviridae, posee una gran variabilidad genética y antigénica y una estrecha relación con otros miembros del género Pestivirus (virus de la peste porcina clásica y virus de la enfermedad de la frontera del ovino).

La principal fuente de infección y reservorio del virus en la naturaleza son los bovinos infectados crónicos (IC), los cuales eliminan continuamente durante toda su vida grandes cantidades del virus en secreción nasal, saliva, orina, materia fecal, lágrimas, semen y leche. Los animales con infección aguda también son fuente de infección; aunque menos eficiente, ya que eliminan el virus en cantidades más bajas y por cortos períodos.

La transmisión puede ser vertical u horizontal, por contacto directo y/o indirecto.

En la transmisión vertical, la infección transplacentaria ocurre en hembras susceptibles infectadas durante la preñez. Hembras con IC siempre produciran terneros enfermos. La transmisión vertical también ocurre luego de la transferencia embrionaria si el recipiente es IC, o si la vaca donante lo es y no se realiza el correcto lavado del embrión

En la transmisión horizontal, el contacto directo con animales IC, especialmente contacto nariz-nariz, es el modo más eficiente de transmisión en condiciones naturales. El contacto directo con animales que cursan una infección aguda también puede transmitir el virus.

El semen crudo o criopreservado de toros IC o con infección aguda también es una importante vía de transmisión horizontal.

Se ha demostrado experimentalmente la transmisión por vía aérea a corta distancia entre bovinos IC a bovinos centinelas.

El virus puede ser introducido a un rebaño susceptible a través del ingreso de bovinos IC o hembras preñadas con fetos infectados. Se reportan como otras vías: el uso de vacunas vivas, semen contaminado, cohabitación con ovinos, transferencia embrionaria y el contacto con bovinos con infección aguda.

En su presentación aguda (Diarrea viral bovina aguda) encontramos signos variables, con mayor o menor severidad. Hablamos de una infección subclínica (con mayor prevalencia) cuando la encontramos en animales seronegativos con fiebre, descarga oculonasal, leucopenia transitoria, alta morbilidad y baja mortalidad. Se desarrollan anticuerpos neutralizantes luego de la infección a las 2 a 4 semanas y la protección contra reinfecciones del virus es de por vida.

Inicialmente se prestaba poco interés a las infecciones agudas, dada su baja mortalidad. Sin embargo, cada vez son más frecuentes los informes de infección aguda severa de elevada morbilidad y mortalidad, asociada con virus de alta patogenicidad, caracterizada por fiebre elevada, signos respiratorios, diarrea, tormenta de abortos, caída en la producción de leche y muerte súbita.

Respecto a su presentación hemorrágica (síndrome hemorrágico), está caracterizado por mucosas anémicas con hemorragias petequiales y equimóticas, hipertermia, hemorragia en múltiples sistemas orgánicos, diarrea sanguinolenta, epistaxis, sangrado constante en los sitios de inyección, anemia, leucopenia, trombocitopenia y muerte.

La DVB también es causante de inmunodepresión, enfermedades respiratorias, trastornos reproductivos, ya que en la infección aguda se altera la función ovárica y se disminuye la fertilidad, además se reportan abortos y malformaciones fetales.

La presentación mucosa (enfermedad mucosa) solo ocurre en animales IC que sufren sobreinfección con biotipos CP homólogos. Es una forma esporádica, fatal, de curso agudo o crónico y se caracteriza por severa leucopenia, diarrea profusa, erosiones y ulceraciones en el sistema gastrointestinal.

El diagnóstico definitivo debe basarse solamente en el aislamiento del virus o la detección del antígeno viral. Para ello el productor, el médico veterinario y los organismos oficiales deben ayudarse con los diagnósticos de un laboratorio especializado.

Como en todas las enfermedades virales, la prevención mediante la vacunación constituye el arma más valiosa para la erradicación de cualquier enfermedad dentro de un rebaño. Lamentablemente obtener una vacuna para el VDVB ha sido complicado debido a la variabilidad antigénica del virus. Existen controversias entre utilizar vacunas a virus vivos modificados o a virus muertos, por lo que se recomienda al productor consultar al médico veterinario que le indicará la mejor opción. Los programas de vacunación deben estar dirigidos hacia el control de la enfermedad en general dentro de la finca, así, vacunar animales jóvenes ayuda a elevar el nivel inmunológico frente al VDVB y la vacunación de animales adultos en edad reproductiva evitará la incidencia de animales IC.

Es importante destacar que vacunar en rebaños donde ya se ha presentado la enfermedad aguda no es recomendable ya que al ser animales expuestos al virus deberían poseer ya respuesta antigénica al mismo.

Utilizando las vacunas que se encuentran en el mercado venezolano, se recomienda para la primovacunación aplicar dos dosis a intervalo de 3 a 4 semanas y luego reforzar vacunación con una dosis anual o semestral, dependiendo de las indicaciones del médico veterinario.

La erradicación de la diarrea viral bovina a nivel de rebaño es posible aplicando las medidas sanitarias epidemiológicas generales para cualquier enfermedad infectocontagiosas: Identificación y aislamiento de animales infectados, monitoreo constante de animales no infectados, eliminación de los animales con infección crónica.

En casos de sospechas o comprobación de epizootias causadas con VDVB deben extremarse las medidas y establecer cerco sanitario.

NOTAS:

-Se agradece especialmente al M.V. Adalberto Pérez. (FCV-LUZ) por su colaboración para la realización de este artículo.

-Todas la fotos son de Policlínica Veterinaria Universitaria FCV LUZ / Prof. Alfredo Sánchez.

REFERENCIAS :

· INFORME TÉCNICO PREELIMINAR: PROBLEMÁTICA ASOCIADA A ALTA MORTALIDAD EN BOVINOS DEL ASENTAMIENTO EL GUACO, SAN JOSÉ DE PERIJÁ. Universidad del Zulia, Facultad de Ciencias Veterinarias, Policlínica Veterinaria Universitaria, Sección de Grandes Animales. Maracaibo, Zulia. Febrero, 2011.

· EL SÍNDROME HEMORRÁGICO CAUSADO POR EL VIRUS DE LA DIARREA VIRAL BOVINA TIPO II. UNA REVISIÓN. M.V. Adalberto Pérez. Maracaibo. Venezuela.

· “CONFIRMAN QUE DIARREA VIRAL MATÓ RESES EN EL GUACO”. Diario La Verdad. Yasmín Ojeda. Maracaibo, Zulia. 12/03/2011.

· DIARREA VIRAL BOVINA: ACTUALIZACIÓN. Lértora, W.J. Rev Vet. 14: 1, 2003.

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Un estudio revela el impacto del fuego en los suelos de los Andes peruanos

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Los suelos volcánicos de Arequipa, una de las regiones más secas del mundo, no están adaptados al fuego.

En septiembre de 2018, un incendio arrasó casi dos mil hectáreas de matorral en el volcán Pichu Pichu, una zona de alto valor ecológico en los andes peruanos. A diferencia de los ecosistemas mediterráneos, donde la vegetación ha desarrollado estrategias para resistir el fuego, los suelos volcánicos de Arequipa, una de las regiones más secas del mundo, no están adaptados al fuego. Un equipo de investigadores de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), de España, y de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, en Perú, ha recogido y analizado muestras de suelo de la zona incendiada, a 3.700 metros de altitud, para comprender cómo estos frágiles ecosistemas responden a la perturbación por incendio.

Los resultados, publicados en la revista Spanish Journal of Soil Science, indican que, cuatro años después del incendio, la combustión de la vegetación y el suelo y la erosión han causado una grave pérdida de carbono orgánico, un elemento esencial para la fertilidad del suelo. “Los Andes peruanos no están preparados para los incendios”, advierte Jorge Mataix Solera, catedrático de la UMH y experto en edafología con más de treinta años de experiencia en la recuperación de suelos quemados. Mataix recalca que, si bien el fuego es una fuerza ecológica natural, sus efectos pueden variar mucho dependiendo del ecosistema. Según se desprende del análisis realizado, el suelo del Pichu Pichu se ha degradado física y químicamente tras el incendio, por lo que la regeneración del ecosistema será más difícil. Además, la erosión producida tras el incendio ha desencadenado más procesos degradativos, reduciendo por ejemplo el contenido de arcilla, lo que debilita aún más la estructura del suelo.

Uno de los problemas detectados en estos suelos áridos es su tendencia natural a repeler el agua debido al tipo de materia orgánica que, junto con su alto contenido de arena, es un fenómeno que persiste tras el incendio. Sin vegetación para retener la humedad y la repelencia al agua, ésta se desliza en la superficie en lugar de infiltrarse, lo que acelera la erosión del suelo. “Mientras que los suelos bien estructurados y evolucionados como los mediterráneos poseen una elevada capacidad de retención hídrica, los suelos volcánicos andinos, muy jóvenes y arenosos, tras la pérdida de materia orgánica en el incendio pierden la capacidad de retener agua” explica la investigadora de la UMH Minerva García Carmona. “Por eso es tan importante conocer las consecuencias del fuego en este tipo de suelos jóvenes y frágiles”, declara la experta, “y un factor determinante es cómo influyen las plantas en el suelo, que son las que conforman el material combustible en el incendio”.

El estudio se centró en dos especies nativas con un papel clave en el ecosistema: Berberis lutea, conocida como ‘palo amarillo del Perú’, y Parastrephia quadrangularis, llamada ‘Tola’. Los investigadores analizaron si el fuego había afectado de manera diferente a los suelos según la vegetación predominante. Descubrieron que en las zonas dominadas por el palo amarillo la degradación fue más severa. “Es una planta más grande, con mayor biomasa, lo que seguramente intensificó los efectos de la combustión en el suelo”, aclara García.

El equipo de investigadores de la UMH conoce bien las consecuencias de un incendio en los bosques mediterráneos, más resilientes al fuego por su evolución histórica con la presencia del fuego que ha llevado a desarrollar múltiples estrategias de resistencia y resiliencia. Ahora, sus descubrimientos en el volcán Pichu Pichu reafirman la evidencia de que los suelos volcánicos de la región de Arequipa, que de forma natural retienen menos agua, se pueden ver particularmente degradados con la presencia de incendios, lo que acrecenta su vulnerabilidad a esta perturbación.

El Pichu Pichu se encuentra en la zona volcánica central de los andes. Los investigadores de la UMH recogieron muestras de suelo a unos 3.700 metros sobre el nivel del mar, donde las precipitaciones, de apenas 385 mm anuales, se concentran en tres o cuatro meses del año. De manera que la región de Arequipa se considera un ‘desierto frío’ -las temperaturas van de los 4 a los 18 grados centígrados- y la vegetación se compone principalmente de matorral muy adaptado a la sequía extrema.

Debido a las escasas precipitaciones, el cinturón volcánico de los Andes es una fuente de agua crucial para las áreas adyacentes. “Si bien Pichu Pichu está dominado por matorral, las faldas de la montaña están también cubiertas a una cierta altitud de bosque y albergan una gran diversidad de especies animales y vegetales”, señala el profesor de la UMH. A las faldas del volcán, se encuentran los bosques de queñuales (Polylepis), cuyas especies endémicas del Perú se encuentran en peligro de extinción.

El investigador de la UNSA Lunsden Coaguila explica que “no es fácil tomar muestras de suelo a tanta altitud”. En el estudio, realizado en colaboración con investigadores de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (UNSA), ha sido crucial la colaboración de la Comunidad Campesina Polobaya y la de la Comunidad Campesina Pocsi, que han permitido el acceso a las áreas de toma de muestras. “También, hemos contado con el apoyo del Servicio Forestal y de Fauna Silvestre de Arequipa”, relata el experto.

En Perú, la mayor parte de los incendios se producen de julio a octubre. El proyecto de vigilancia por satélite Queimadas registró un máximo histórico de 7.037 focos en septiembre de 2024. “En una región como Arequipa, situada en una zona desértica, comprender el papel de los suelos bajo nuevos regímenes de incendios es esencial para evaluar la resiliencia de estos ecosistemas frente al cambio climático”, afirma el investigador de la UMH.

Mataix opina que, cuanto más sepamos, más podremos ayudar a diseñar estrategias de prevención y de tratamiento postincendio que ayuden a mitigar los efectos del aumento de las temperaturas y de la sequía intensificada. “Es tan necesario en Perú como en España”, concluye el experto, “aunque el fuego es un fenómeno natural, la crisis climática está exacerbando estos fenómenos y debemos hacer todo lo posible para adaptar los ecosistemas a las nuevas circunstancias y hacerlos más resilientes”.

 

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