En México, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) viene trabajando en reducir las emisiones de gases efectos invernadero que se producen en las miles de hectáreas dedicadas a la producción de carne y leche.
Según el portal Ganadería.com, en México un poco más del 10 % de las emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI) son generadas por la ganadería. El resto es aportado por industrias como la energía eléctrica y el transporte.
Con la finalidad de reducir la emisión de GEI generados por la actividad ganadera mexicana, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional, está realizando investigaciones para aminorar la producción de metano a través de la alimentación de los animales.
Los científicos explicaron que sus experimentos han encontrado que se puede disminuir hasta en 38 % la generación de dicho gas, tomando en cuenta que por kilogramo de materia seca consumida los bovinos aportan 44 litros de metano.
Para esto, el equipo de investigadores mexicanos incluye en la alimentación de los animales un compuesto llamado lovastatina, utilizado en la medicina humana para reducir el colesterol en el cuerpo en personas que tienen los niveles de este muy alto.
El compuesto sirve, en este caso, para inhibir la actividad de microorganismos llamados arqueas metanogénicas encontradas en el rumen, con lo que se han logrado disminuir hasta 27 litros de la producción del gas.
De acuerdo con el ultimo Inventario Nacional de Emisiones de Gases y Compuestos de Efecto Invernadero publicado en 2018, en México la actividad ganadera de la carne y de la leche es responsable de 10.3 % de las emisiones de GEI.
Los miembros de Cinvestav dijeron al diario El Heraldo de Saltillo, que hasta el momento los trabajos han mantenido un carácter in vitro a través de la utilización de microorganismos denominados digestores anaerobios, a los que se les añade un cultivo a base de fluido ruminal y la lovastatina para incubarlo en condiciones similares a las del sistema digestivos de las reses.
Para convertir esta propuesta en algo viable a nivel de producción, los investigadores mexicanos aseveraron que es necesario el involucramiento de empresas de la industria del alimento balanceado que estén dispuestas a incluir la lovastatina en sus mezclas.
Finalmente, las personas encargadas de la investigación aclararon que el costo del fármaco implementado es elevado, razón por la que no suele utilizarse en la composición de los insumos. Sin embargo también están experimentando con la fermentación de residuos agrícolas para generar una opción más económica y viable para el gremio.