Desde un modelo matemático se busca hacer un manejo racional de la mastitis en la vaca y reducir costos. El doctor Hernán Solari, docente del Departamento de Física de la UBA e investigador del Conicet colabora en el Proyecto de Desarrollo Tecnológico y Social (PDST) de la FAV, en Argentina, que trabaja en un sistema de valoración del impacto productivo-económico de la mastitis bovina para rodeos lecheros en Argentina.
La mastitis es una enfermedad infecto-contagiosa de la glándula mamaria de la vaca, en la que la inflamación se produce como respuesta a la invasión, a través del canal del pezón, de diferentes tipos de bacterias. La patología constituye un gran inconveniente para la economía del sector lechero en general, ya que es capaz de ocasionar pérdidas de aproximadamente 600 millones de pesos por año en rodeos con dos millones de cabezas de ganado.
“Este es un tema que me planteó desde hace más de un año el profesor Alejandro Larriestra. Había un interés en modelar epidemias o procesos epidémicos en rodeos lecheros. A partir de eso empezamos a plantear el problema, a generar un modelo, que en primer lugar tiene como objetivo que tenga una dinámica, que muestre los eventos que ocurren en un proceso epidémico en un rodeo lechero en el caso de la mastitis de la vaca lechera y, en una segunda etapa, que permita a partir de modificar factores causales, estudiar la posibilidad de alternativas para el control, para bajar la incidencia en términos económicos de la enfermedad. Ese es el punto de partida y que venimos trabajando”, indicó el especialista a Argentina Investiga.
En este sentido, Solari dijo que el proyecto ha avanzado bastante. El objetivo de este modelo es hacer un manejo racional de la mastitis en la vaca y reducir costos económicos. “Es un proceso que uno empieza por cambiar de lenguaje, en general el lenguaje que usa la mayoría de las ciencias y casi todas las profesiones es el hablado. Nosotros traducimos las cosas a un lenguaje matemático, que implica tener más precisión, pero también aclarar lo que estamos diciendo. Hace que uno deba entender con más profundidad”.
En cuanto al uso del modelo destacó: “Por ahora nos está haciendo pensar sobre la enfermedad, no tenemos resultados como para pensar en prevención todavía. Nos está haciendo pensar mucho en términos de manejo del proceso de ordeñe, de cómo segregar los grupos entre los animales sanos y los no sanos, si ordeñarlos de una manera específica, si es conveniente sincronizar los partos desde el punto de vista de la enfermedad, cuál es el manejo que uno va a querer hacer. En realidad uno no tiene respuestas, se plantea lo que se quiere preguntar y por eso tengo que diseñar un modelo que sea capaz de abordar estas preguntas”.
Acerca de sus estudios comentó que es la primera vez que trabaja en veterinaria, pero en biología sus investigaciones cuentan con más de quince años de experiencia. “Empezamos haciendo mixomatosis en el conejo europeo, fue el primer problema biológico que estudiamos a fines de los años noventa. Después trabajamos con el tema del mosquito y la relación con el Aedes aegypti y también estamos trabajando con problemas de enfermedades del maíz”, comentó.
Para el investigador Solari, especialista en dengue, “con la enfermedad estamos en problemas. Si uno mira el panorama general de los arbovirus –virus transmitidos por los artrópodos, en particular por los mosquitos– por hacer una lista corta de los que más nos asustan: el dengue, la zica, la fiebre amarilla o la fiebre chikunguya, estamos muy complicados. Hay mucha circulación de estos arbovirus y el vector está por todos lados”.
Solari consideró que la solución no es la vacuna, como algunos plantean, dado que es una vacuna para cada virus y la lista de los virus que van a venir es muy grande. Entonces no se puede hacer una vacuna para aplicarle a una persona que sea para veinte virus. El problema está siempre en la presencia del vector.