Christian Gonzales
Médico Veterinario
Director Perulactea
(Opinión)
El 2017 ya había comenzado con muchas calamidades para el Perú, luego de una campaña electoral bastante polarizada, llegaron los escándalos de corrupción «Made in Brasil» y luego comenzaron los huaycos a arrasar todo el país y el sector ganadero no estuvo exento de sus graves consecuencias.
La gran industria peruana de la leche, el Grupo Gloria que abastece más del 50% de productos lácteos al país y exporta leche evaporada a 40 países, tuvo alguna vez la idea de colocar su principal planta industrial en Huachipa (este de Lima), una zona alejada de sus grandes proveedores (algo que nunca comprendí) y que lamentablemente se encuentra en un sector que ha sido devastado por el Río Rímac, que ha causado inundaciones y desabastecimiento de agua en la zona y con ello el fin del acopio a nivel nacional al cerrarse la mencionada planta.
Esto ocasionó que el sábado 18 de marzo ocurriera un terremoto en el sector lechero (Gloria dejó de acopiar) por su denominada “Gloriadependencia”, ya que la producción lechera es un negocio de 365 días al año y no se puede dejar de acopiar ni un solo día porque la leche en un alimento perecible y si no se procesa hay que botarla, lo que genera consecuencias económicas fatales para el productor.
Esta planta de Gloria recibía siempre leche de diversas zonas productoras como: Arequipa, Cajamarca, Trujillo, Huacho, Cañete, etc., pero ante el impredecible evento se tomó esta difícil decisión que dejó en evidencia que no existen planes de contingencia para seguir operando en caso de desastres y seguir abasteciendo el mercado, lo cual es preocupante porque estamos hablando de una de las industrias más grandes del país.
Esto no deja de ser criticable porque se esperaría una respuesta diferente de parte de un grupo tan grande para afrontar la emergencia, pero lo que más ha dolido a los ganaderos no es solo que no les hayan comprado la leche, sino que tampoco hayan querido colaborar prestando sus camiones cisternas para realizar la donación del producto, de acuerdo al reporte de los ganaderos de La Libertad. En otros países he sido testigo en casos similares como las industrias se “compran el problema” y llegan a un acuerdo con los ganaderos y compran una parte de la leche para regalarla, ese escenario pareciera una utopía en el Perú, y aquella actitud hace que los productores se pregunten desde hace varios días en redes sociales: ¿este es el socio comercial que necesitamos para el futuro?, aunque eso seguro no preocupa a los industriales.
Siento a la Industria Láctea en su “zona de confort”, porque tienen todo a favor y sienten que tienen el “sartén por el mango”, pero los únicos que pueden iniciar una transformación de esta situación de extrema dependencia son los propios ganaderos. En estos años, aquellos han sido muy ineficientes para aglutinar con éxito a todo el país lechero en un solo gremio fuerte que con “Brazo de Hierro” defienda sus derechos, pero no con politiqueros, ni gerentes que nunca lograron nada, sino con técnicos bien capacitados y más visionarios dispuestos a plantear la generación de nuevos modelos empresariales, como generar cooperativas donde todos los ganaderos sean dueños de la empresa u otros que consideren que le favorecen más.
El atraso que enfrenta la ganadería peruana y la sociedad en general, es porque siempre existen personas que no hacen bien su trabajo, en entidades públicas y/o privadas, nunca buscan armar equipos técnicos o están llenos de “sabelotodos” que no les gusta consultar nada y que quieren inventar la pólvora una y otra vez. Ya se cuenta con una Dirección General de Ganadería, pero esta nunca va ser efectiva si los ganaderos siempre van a seguir atomizados, disgregados, peleando por causas diferentes y sin ser capaces de organizarse para presentar propuestas técnicas y solicitar los recursos al Estado para corregir aspectos como:
- Aranceles razonables para la leche importada
- Tasas de interés más bajas con el Agrobanco
- Desarrollo de planes de negocio para participar de fondos no reembolsables
- Estrategias forrajeras y nuevos sistemas para bajar costos de producción
- Mayor penetración de la inseminación artificial y el ordeño mecánico
- Acceso a comprar equipamiento para construir plantas de leche en todo el territorio
- Implementación de laboratorios certificados de leche que faciliten el justiprecio
- Implementación de un manual nacional de buenas prácticas ganaderas
No le puedes pedir al Estado que te ayude, si no eres primero capaz de demostrar que eres un agente serio y que no solo eres capaz de generar confianza con un proyecto sólido, sino que también te proyectas hacia los próximos 20 años como cadena productiva, planteando no solo ganar dinero y generar puestos de trabajo, sino también incorporar preocupación por el medio ambiente, que cuando castiga lo hace de forma devastadora.
Algo que quiero resaltar en estos momentos, es el compromiso de algunas empresas que justamente buscan trabajar de una forma diferente y responsable, con verdadera visión empresarial, como Láctea S.A, uno de los hatos más grandes del país y que produce alrededor de 50 TM de leche/día, quienes desde el viernes vienen donando hasta el momento 170,000 litros leche a los damnificados de diferentes zonas de La Libertad, sin el apoyo de los industriales y usando únicamente su propio camión isotérmico, pero sobre todo pintados de algo que se ha perdido mucho: AMOR POR EL PERÚ, ojalá los industriales me demuestren que estoy equivocado y de verdad regalen leche a los cientos de damnificados en todo el país.
La “LECHE SE HA EMBARRADO” en estos días por la falta de acopio en los establos, la indiferencia de los industriales y el silencio del MINAGRI, pero esta nube negra que viene cubriendo nuestros campos ganaderos y ciudades, se irá pronto pero desde ya todas las organizaciones ganaderas deben comenzar a conversar. Si quieren de verdad cambiar la situación, tendrían que hacer una reunión nacional dejando de lado las antipatías personales y/ o regionales, para plantear la generación de un gremio nacional sólido que defina el futuro de su sector, tienen todo el derecho de hacerlo y el Estado tendrá que escuchar sus propuestas y planteamientos.
Los ganaderos peruanos deben decidir si le van a ayudar a Gloria en su proyecto de exportar leche evaporada a China en los próximos años, o si por el contrario van a fomentar la mayor competitividad del sector, con la aparición de nuevos actores empresariales en el sector lechero peruano, en el libre mercado hay libre competencia pero para hacerlo “real” se requiere un trabajo muy profesional y pensando en el largo plazo y en una “UNIDAD NACIONAL” que la ganadería lechera peruana hasta ahora no ha conocido.
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