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Ingeniería Nutritiva en Vacas Lecheras: Un Paso más Allá del Esquema Tradicional
Si bien es necesario saber qué, cuánto y cuándo comen, hoy en día se hace indispensable conocer aspectos que van más allá de los kilos diarios de oferta a los animales. Es decir, pasar de la nutrición tradicional a la gestión nutritiva del predio.
Por: Paul Escobar Bahamondes, Ing. Agr. MSc. INIA-Remehue (Chile)
Es ampliamente aceptado que de los costos totales que involucran el negocio lechero, a lo menos un 50% corresponden a la alimentación.
De la misma manera, es conocido el hecho que el forraje proveniente de praderas permanentes con una generosa producción y que son bien utilizadas, tienden a ser el alimento más barato de la ración, por lo que al incorporar cantidades de otro alimento que no sea el forraje propio, se tiene como resultado que la ración se encarece.
Entonces, ¿qué ventaja acarrea la incorporación de concentrados? En una respuesta simple, mayor producción. Sin embargo, esto es aceptable en la medida que la incorporación de alimentos más caros redunde en un beneficio económico, como lo es un mayor ingreso, o en forma indirecta, como lo es una mayor concentración de los componentes solidos de la leche, una mejora en condición corporal o un aumento en la velocidad de crecimiento de animales de reemplazo.
Sin embargo, lo anterior cobra singular dificultad ya que un problema de alimentación que puede ser muy complejo se transforma rápidamente en un problema económico nutricional al considerar los valores por kilo de materia seca que cada componente de la dieta tiene, es decir, existe un precio que hay que considerar al momento de tomar una decisión acerca de los insumos que se utilizarán. En este escenario, no existen soluciones globales, dado que cada predio tiene una estructura y proporción de gastos a la que debe responder; el agricultor se ve enfrentado a un escenario técnico económico en donde la rentabilidad positiva se traduce en la búsqueda y mantención de un equilibrio precario que un productor sostiene al conjugar correctamente el precio que obtiene del producto que vende, el precio que paga por los insumos (operativos, administrativos y financieros), el potencial de sus animales y el potencial de sus recursos forrajeros. Si se asume que todo esto ocurre a medida que transcurre el tiempo, es muy comprensible el grado de labor y preocupación que un predio lechero tiene.
Focalizándose en el punto de vista nutricional, si bien es necesario saber qué comen los animales, hoy en día se hace indispensable conocer aspectos que van más allá de los kilos diarios de oferta a las vacas. Es decir, pasar de la nutrición tradicional a la gestión nutritiva del predio.
En forma simple, se define gestión como el conjunto de acciones que se llevan a cabo para resolver un asunto; esto no sólo implica realizar gestiones para comprar más barato algún insumo, sino que además significa administrar de mejor manera el uso del recurso adquirido. Obviando el aspecto de la compra y centrándonos en el problema de la alimentación técnico-económica adecuada de los animales, debemos considerar que la complejidad de los procesos fisiológicos que significa el aspecto nutricional, además de su interacción con el factor forrajero, hace que el abordaje a esta materia sea muy complejo.
Por lo anterior, habitualmente la plani!cación de la alimentación y el desarrollo de las raciones sean contadas al juicio experto de un especialista. Un viejo refrán señala que “el buey engorda a los ojos del amo”, es decir, es necesario cautelar siempre la marcha del negocio y por ende de sus partes más importantes.
En el proceso de la alimentación, es posible que un agricultor no esté al tanto de los avances específicos de nutrición animal, pero sin embargo puede conocer e interpretar algunos indicadores de gestión nutritiva que le pueden dar una mirada general del desempeño de su rebaño.
¿De qué manera se puede lograr lo anterior? Es evidente que para informarse de lo que ocurre es necesario la recolección de datos prediales en forma ordenada. Por lo anterior, y sólo desde el punto de vista alimenticio, es necesario mantener a lo menos los siguientes registros generales:
- Disponibilidad de recursos forrajeros, de preferencia el consumo de pradera diario. Lo anterior se calcula midiendo la disponibilidad y el residuo de la pradera medida por plato forrajero, multiplicado por la superficie de pastoreo diaria (ha) y dividido por el número de vacas que realizaron tal pastoreo.
- Promedio de vaca masa y vaca ordeña diaria.
- Composición, cantidad y valor en materia seca de los componentes de la ración diaria; esto se obtiene por cálculos propios o bien por precios existentes en el comercio.
- Promedio de producción de leche diaria.
Con estos mínimos registros es posible calcular los siguientes indicadores mensuales por animal, los cuales dan un primer atisbo acerca de la marcha económico-nutricional del rebaño:
- Costo del total de la ración por día y costo del kilo de materia seca.
- Consumo aparente de materia seca por día y por vaca. Generalmente éste no debiera ser superior al 3% del peso vivo, aunque en vacas grandes de alta producción, puede estimarse hasta un 4% del peso vivo.
- Al sustraerle el costo de la ración al precio que se obtiene por litro de leche, tenemos el margen sobre costos de alimentación. En términos simples, el diferencial obtenido refleja la cantidad remanente de dinero en el cual están incluidos el restante de los costos de producción y la utilidad. Si el valor es bajo o negativo, significa que las ganancias no alcanzan a pagar el negocio.
- Litros de leche producida por día por vaca dividida por los kilos de materia seca consumida al día por vaca; este indicador apunta a la lógica económica que: “ojalá coma menos pero produzca más”. En este caso se espera que el rango debiera ser igual o mayor a 1.0, siendo mayor mientras más se usen alimentos de calidad y menor a 1 cuando la alimentación es preferentemente con forrajes con mayor presencia de fibra. En forma indirecta da cuenta de la eficiencia de conversión de alimento en producto, sin embargo al aumentar el consumo de concentrados, se encarece la ración.
- Gramos de concentrado por litro de leche; mientras más alto es el valor significa que se usa más concentrado por litro de leche producido, por tanto menor es la eficiencia de conversión. Los rangos son variables, en lecherías van desde valores menores a 100 grs hasta más de 400, dependiendo si es más pastoril o más intensiva. Un rango aceptable debiera ser del orden de los 150 a 250 grs por litro de leche.
- Relación forraje:concentrado; este indicador se refiere a la proporción de la dieta asumida por los forrajes y concentrados expresados en materia seca; en general el indicador no debiera sobrepasar el valor de 60% para los concentrados, en caso contrario deben incorporarse buffers a la ración para disminuir los riesgos de acidosis. Económicamente, estas altas proporciones de concentrado se justifican si se obtiene una conversión elevada de alimento en productos, o se otorgan en el primer tercio de lactancia en vacas con alto potencial de producción, de manera tal de alcanzar la máxima producción posible en el peak de producción.
La contingencia de hoy respecto de los cereales, al existir un alza de los granos, probablemente conlleve a un aumento del costo de la elaboración de los concentrados y por ende en su precio final. Desde un punto de vista nutricional, alternativas al reemplazo de grano o concentrados, prácticamente no existen dado que ellos permiten (dependiendo de lo que se pretenda corregir) aumentar los niveles de energía, proteína u otro componente de la dieta que los forrajes no alcanzan a suministrar. Por lo anterior, el uso de concentrados debiera ser estratégico y tal vez restringido, de manera tal de disminuir el impacto de su mayor costo.
Finalmente, se debe considerar que los márgenes del negocio son estrechos y que frente a las condiciones fluctuantes del mercado primario de la leche y del impacto en la compra de sus insumos para producirla, concluyo que es importante la realización de un monitoreo continuo que permita una mejor gestión del aspecto nutricional. En ese sentido creo que cada agricultor sabe dónde y cómo le aprieta el zapato, pero es ideal que tenga una cantidad mínima de herramientas de análisis para saber el momento en que deba soltarse o no los cordones.
Fuente: INIA
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Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos
Publicado
3 días atrásen
22/11/2024Por
PerulacteaCon una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.
En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.
Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %
Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.
En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.
Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.
Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.
El Estudio
En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).
Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.
Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.
Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)
También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.
Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.
También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.
Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas
El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.
También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.
“Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.
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