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Frenar la Resistencia a los Antimicrobianos en las Explotaciones Ganaderas Requiere un Gran Esfuerzo de Investigación

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La creciente evidencia del papel de los sistemas alimentarios como vías principales de transmisión de la resistencia a los antimicrobianos (AMR) plantea la necesidad de intensificar la vigilancia sobre la utilización de los antibióticos en las explotaciones ganaderas.

Un informe de la FAO analiza los riesgos en la producción pecuaria y perfila una hoja de ruta para su mitigación.

Aunque la resistencia a los antimicrobianos fue descrita por primera vez en 1940, el conocimiento científico de las diversas vías a través de las cuales surge y se propaga la resistencia está todavía en sus inicios. La utilización a nivel mundial de productos sintéticos para erradicar de forma indiscriminada las bacterias, virus, parásitos y hongos en los sistemas agrícolas y alimentarios requiere un esfuerzo concertado para cartografiar, comprender y mitigar los riesgos de la AMR, según al informe «Causas, Dinámica y Epidemiología de la Resistencia a los Antimicrobianos en la Producción Pecuaria».

La AMR puede ser un proceso genómico natural para las bacterias, pero era «muy poco frecuente en muestras clínicas previas a la introducción de antibióticos», señala el nuevo informe de la FAO. Dado que los alimentos suelen contaminarse hoy en día en todo el mundo con E. coli y Salmonella, ambos resistentes a los antibióticos, «las medidas que fomentan el uso prudente de antimicrobianos pueden ser extremadamente útiles para reducir la emergencia y propagación de la AMR», sostiene el informe técnico, de 67 páginas.

El informe, presentado durante la Semana mundial de concienciación sobre el uso de los antibióticos, (“World Antibiotic Awareness Week”) -iniciativa conjunta de la FAO, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) para sensibilizar sobre una de las mayores amenazas para la salud mundial-, resume la magnitud de la AMR en el sector alimentario y, especialmente, en el ganadero, que se prevé representará dos tercios del crecimiento futuro de la utilización de antimicrobianos.

Las principales recomendaciones del informe son la necesidad de apoyar e intensificar la investigación -incluyendo a la vez análisis de secuenciación molecular y epidemiológicos- sobre los factores que influyen en la forma y los motivos por los cuales las bacterias resistentes se incorporan a los microbiomas intestinales humanos y animales, así como la necesidad de desarrollar procedimientos estándares de control y bases de datos para generar modelos adecuados de evaluación del riesgo.

La utilización de antimicrobianos con la única finalidad de estimular el crecimiento de los animales debería reducirse gradualmente. En su lugar, se debería trabajar activamente en el desarrollo de antibióticos para mejorar la sanidad animal, incluyendo programas mejorados de vacunación. Los residuos antimicrobianos en el medio ambiente, especialmente en las fuentes de agua, se deberían monitorizar de la misma manera que otras sustancias peligrosas, recomienda el informe.

«Dado nuestro limitado conocimiento actual acerca de las vías de transmisión, las opciones para mitigar la propagación global de la AMR implican controlar su aparición en diversos entornos y minimizar las oportunidades de propagación a través de aquellas rutas que puedan ser consideradas más importantes», sostienen los expertos de la FAO.

Estamos Aprendiendo

Aunque son cautos acerca de cuánto nos es aún desconocido, los autores -expertos del Royal Veterinary College de Londres y expertos de la FAO dirigidos por Juan Lubroth- destacan la contundencia de las pruebas que evidencia la magnitud de la amenaza.

Por ejemplo, las abejas melíferas en Estados Unidos tienen bacterias intestinales diferentes a las que se pueden encontrar en cualquier otro lugar, reflejando la utilización de tetraciclina en las colmenas desde la década de los cincuenta. Las granjas piscícolas del Mar Báltico tienen menos genes de la AMR que los sistemas acuícolas en China, que ahora contienen genes resistentes a las quinolonas: un medicamento humano de gran importancia cuya utilización se ha intensificado debido a la creciente resistencia a antimicrobianos más antiguos como la tetraciclina.

La reciente detección en diversos países de la resistencia a la colistina, considerada hasta hace poco un antibiótico de última generación en la medicina humana, también pone de manifiesto la necesidad de examinar las prácticas ganaderas, ya que el fármaco se ha utilizado durante décadas en cerdos, aves de corral, ovejas y peces cultivados.

Ampliar las Opciones de Mitigación

El informe se centra en la ganadería, ya que se prevé que la demanda futura de proteínas de origen animal acelerará las operaciones intensivas: aquéllas en las que los animales en contacto estrecho multiplican la posible incidencia de los patógenos de la AMR. Las aves de corral -la principal fuente de proteína animal del mundo-, seguidas de los cerdos, son importantes vehículos de transmisión de la resistencia a los antimicrobianos a los seres humanos a través de los alimentos. Algunos casos en Tanzania y Pakistán también evidencian el riesgo de que la AMR tenga su origen en sistemas acuícolas integrados, que utilizan desechos agrícolas y de las aves de corral como alimento para los peces.

Un nivel elevado de bioseguridad puede reducir la necesidad de utilizar sustancias antimicrobianas, aminorando de esta forma el riesgo de nuevas resistencias. Asimismo, prevenir la contaminación alimentaria y eliminar las bacterias de la cadena alimentaria puede ser muy eficaz para reducir la transmisión de la AMR. Un estudio reciente en vacas en Nebraska encontró cepas de E. coli en la piel del ganado, pero únicamente en un 0,5 por ciento en los canales, y ninguna en la carne destinada a los consumidores minoristas. Los vectores medioambientales -incluyendo el viento, el suelo, los desechos y el agua- pueden ser vías de transmisión de la AMR más difíciles de controlar.

Ya que los animales solamente metabolizan una pequeña parte de los agentes antimicrobianos que ingieren, su propagación a través de los desechos animales supone un problema importante.

Aunque los pequeños agricultores pueden depender menos de los antimicrobianos, suelen utilizar medicamentos sin receta médica ni asesoramiento veterinario. Una dosificación inadecuada, sub-letal, promueve la variabilidad genética y fenotípica entre las bacterias expuestas que logran sobrevivir.

En resumen, aunque aún nos queda mucho por saber acerca de la AMR, cada vez hay más evidencias de su presencia en los sistemas alimentarios, lo que indica la necesidad de actuar de manera inmediata. Trabajar conjuntamente en todos los sectores y aspectos de la producción alimentaria -desde la explotación agrícola al consumidor-, contribuirá de manera fundamental a desarrollar un enfoque integral de la salud para combatir la AMR.

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    Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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    Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

    En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

    Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

    Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

    En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

    Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

    Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

    El Estudio

    En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

    Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

    Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

    Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

    También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

    Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

    También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

    Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

    El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

    También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

    “Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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