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Conozca el Síndrome de Brachyspina, Enfermedad que Afecta al Ganado Holstein

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También denominada braquiespina, es un trastorno hereditario letal en la raza bovina Holstein que se reportó por primera vez en Dinamarca hace 15 años y desde entonces varios más se han diagnosticado en diferentes países, como en Países Bajos, Italia y Canadá.

De acuerdo con un artículo de la revista Frisona (núm. 186), la enfermedad es causante de muerte embrionaria prematura y abortos dentro de los 40 primeros días de gestación.

Según sus autores, en las muy raras ocasiones en que la gestación llega a término, el ternero nace muerto, con una drástica reducción del peso corporal, retraso en el crecimiento y acortamiento de la espina dorsal con malformaciones vertebrales asociados.

Además, estas crías presentan extremidades largas y delgadas, malformación de órganos internos, en particular del corazón y de los testículos, así como displasia renal y gonadal.

Aunque se parece a la CVM o Malformación Vertebral Compleja, el diagnóstico clínico diferencial se basa en que los animales con síndrome de brachyspina muestran un peso corporal cercano a los 10 kg, con reducción longitudinal de la columna y displasia renal.

En cambio, los terneros CVM tienen una peso corporal superior, alrededor de 25 kg de media, presentan también reducción de la longitud de la columna, afectando principalmente a la parte cervical y torácica, y no presentan displasia renal.

En un principio se desconocía la causa de la enfermedad y a los animales detectados se les realizaban análisis para diagnosticar una posible afección por diarrea viral bovina (BVD), obteniendo resultados negativos.

Ante la sospecha de estar ante una nueva enfermedad genética, se realizaron pruebas de ADN para determinación de filiación, lo que permitió comprobar que en todos los terneros afectados sus progenitores estaban emparentados entre sí por un ascendiente común.

El conocimiento de la relación parental ratificó, por lo tanto, la sospecha de que el síndrome de la Brachyspina bovina podría tratarse de una enfermedad genética heredable y, hoy en día, se sabe que es una enfermedad autosómica recesiva.

Aunque la raza holstein tiene menos índice de consanguinidad que otras razas lecheras, los datos obtenidos en Europa sugieren que en una selección aleatoria de apareamientos, 2 de cada 1000 animales de esta raza podrían sufrir el síndrome.

Para conocer su incidencia en Uruguay, un grupo de investigadores realizó la identificación de animales portadores en el núcleo de selección genética de este país.

El estudio publicado en 2020 analizó 2598 registros de toros holstein del catálogo de padres del sistema de evaluación genética lechera, los registros de toros de catálogos disponibles para Uruguay entre 2014 y 2018, así como 71 vacas.

Los autores hallaron 28 portadores de braquiespina de un total de 377 toros y cuatro vacas portadoras. Ante la frecuencia de animales portadores, señalaron la necesidad de implementar estrategias que permitan eliminar gradualmente el defecto de la población.

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Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

El Estudio

En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

“Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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