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Chile: Proyecto de Apoyo a Pequeños Ganaderos de Arica y Parinacota Logra Mejoras Productivas en el Rubro

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Capacitaciones, asesoría, una gira tecnológica y la incorporación de mejoramiento genético son algunas de las actividades que el proyecto “Fortalecimiento de la Ganadería de la Agricultura Familiar Campesina de la Región de Arica y Parinacota” ha desarrollado desde 2009 y que están generando un cambio positivo en el rubro, mediante el cual se proyecta en el tiempo esta actividad ancestral en el norte de Chile.

Una serie de aprendizajes valiosos, tales como técnicas modernas y mejores cuidados en la crianza de ganado, así como conceptos de comercialización y mercadeo, están obteniendo los pequeños agricultores de la Región de Arica y Parinacota beneficiados con el proyecto “Fortalecimiento de la Ganadería de la Agricultura Familiar Campesina”, iniciado en enero de 2009, el cual se desarrolla en la precordilllera de Putre y el valle de Camarones, favoreciendo a cerca de 80 productores. Un trabajo que ya está entregando resultados concretos, como la introducción de mejoramiento genético en ovejas, la reducción de la mortalidad de corderos en el nacimiento, la optimización de las producciones de lana y queso, entre otros.

Dicho proyecto, que finalizará en diciembre próximo, es una de las iniciativas que ejecuta el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) desde su sede Ururi, localizada en Arica (cuyo funcionamiento comenzó precisamente hace dos años). El financiamiento proviene de fondos del Gobierno Regional.

El experto en caprinos Raúl Meneses, del Centro Regional INIA Intihuasi, en La Serena, ha trabajado desde un principio en este esfuerzo. Señala que “este proyecto termina en diciembre del presente año” y, dados los avances objetivos que se han logrado, a su juicio “es importante continuar con el apoyo a estos agricultores, permitiendo que mejoren su nivel de producción, lo cual favorece a la región completa”.

Las actividades realizadas al alero del proyecto están principalmente asociadas con la extensión agrícola y capacitaciones en diferentes aspectos de la producción caprina y ovina, permitiendo que los agricultores participantes tengan acceso a nuevas tecnologías para implementar sistemas productivos más eficientes, incluyendo cursos de esquila de oveja, preparación de quesos de calidad, marketing en productos agrícolas, entre otros. Esto fue reforzado con una gira tecnológica a la Región de Los Lagos, con los representantes de las unidades demostrativas del proyecto, para conocer sistemas productivos ovinos dotados de mayor tecnología, que llegan al mercado con productos con valor agregado.

Más y Mejor Carne, Leche y Queso

Según Meneses, a través de este proyecto “se introdujo desde la zona central un semental ovino de raza Poll Dorset, con mayor potencial genético. Los corderos obtenidos en la primera cruza alcanzaron pesos de casi 7 kilos más que corderos cruza con reproductor criollo. Esto, expresado en valor monetario, implica una ganancia adicional de $ 8.400 por cordero comercializado.

Llevando este cálculo a los 30 corderos promedio que obtiene un pequeño ganadero de la región, potencialmente se podría obtener $ 252.000 adicionales sobre una base de $ 1.080.000 que gana normalmente por esa venta. Adicionalmente, ha sido necesario incorporar otros manejos, como por ejemplo, la utilización de galpones de parición, donde las ovejas pueden parir con la supervisión del ganadero, lo que implicó la disminución de la mortalidad de corderos a prácticamente cero con dos ganaderos de Camarones”.

Otra actividad exitosa ha sido la determinación de las curvas de infestación parasitaria de ovinos y caprinos en las áreas de Putre y Camarones, sobre cuya base se está diseñando un programa antiparasitario congruente con las condiciones agroclimáticas locales. De esta forma de obtendrán mejores resultados a un menor costo, evitando tratamientos antiparasitarios innecesarios y aumentando, a la vez, la eficiencia de utilización del forraje y la salud de los animales.

Por otro lado, se determinó las curvas de crecimiento en ovejas en relación con la aplicación de esquila, estableciéndose que, en las condiciones agroecológicas locales, estos animales aumentan su peso en hasta 6 kilos, debido a que la extracción de la lana disminuye el estrés por temperatura en épocas estivales, siendo este último un factor que limita el consumo forrajero de estos animales. En este mismo ámbito, a través de capacitaciones impartidas por un especialista del Centro Regional INIA Kampenaike, de Punta Arenas, se enseñó a los ganaderos de Putre y Camarones técnicas profesionales de esquila, que permiten la obtención de vellones de alta calidad.

Respecto a la producción de quesos frescos con leche de cabra, otra de las líneas productivas habituales de los ganaderos de la región, INIA incorporó una capacitación en elaboración de quesos, con el objeto de enseñar un manejo higiénico de la leche y la técnica de incorporación de especias locales al queso, de modo de elevar el valor agregado de este noble producto. Este curso incluyó materias como pasteurización de la leche; aplicación de cuajo; adición de aceitunas, cibuollete, ají color y orégano, entre otras.

Fuente: INIA

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La OMSA y la FAO instan a sus miembros a erradicar la Peste de los Pequeños Rumiantes

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La peste de los pequeños rumiantes (PPR), es una enfermedad devastadora que causa importantes pérdidas económicas y animales. Con tasas de morbilidad y mortalidad que pueden alcanzar el 100 % en poblaciones no expuestas previamente, esta enfermedad vírica altamente contagiosa representa una grave amenaza para ovejas, cabras y ciertas especies de rumiantes silvestres.

Más allá de su impacto en la sanidad animal, las pérdidas económicas asociadas a la PPR ascienden a unos 2.100 millones de dólares estadounidenses al año. Desde su identificación en 1942, la PPR se ha propagado a más de 70 países en África, Asia, Oriente Medio y Europa del Este, arraigándose en muchas regiones y representando una seria amenaza para los medios de vida y las economías frágiles. Esta enfermedad socava los medios de subsistencia, la seguridad alimentaria y la nutrición, especialmente en zonas donde más de 330 millones de personas, principalmente pequeños agricultores y comunidades de subsistencia, dependen de los pequeños rumiantes.

Aún se requiere más trabajo para lograr la erradicación

La exitosa erradicación de la peste bovina en 2011, que demostró el poder de la colaboración y los esfuerzos concertados para proteger la sanidad animal y los medios de vida humanos, motivó a la comunidad veterinaria mundial a designar la PPR como la siguiente enfermedad prioritaria a erradicar, junto con la rabia transmitida por perros. En 2015, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lanzaron la Estrategia Global de Control y Erradicación de la PPR (PPR GCES, por sus siglas en inglés)  , con el ambicioso objetivo de erradicar la enfermedad para 2030.

Durante los 10 años transcurridos desde el lanzamiento de la estrategia PPR GCES, se han logrado avances significativos. Entre las iniciativas se incluyen la implementación del Proyecto Regional de Apoyo al Pastoralismo en el Sahel (PRAPS)  , varios proyectos financiados por la Unión Europea, proyectos de la Agencia de Reducción de Amenazas de Defensa de EE. UU. (DTRA), y el lanzamiento del Programa Panafricano para la Erradicación de la PPR y el Control de Otras Enfermedades Prioritarias de los Pequeños Rumiantes  . Sin embargo, aún queda mucho por hacer.

La propagación continua de la PPR hacia nuevas regiones y su arraigo en áreas endémicas, agravados por el acceso limitado a servicios veterinarios en comunidades marginadas, siguen siendo grandes desafíos para su eliminación. Superar estos obstáculos es esencial para lograr la erradicación de la PPR, proteger los medios de vida y reforzar la seguridad alimentaria de algunas de las poblaciones más vulnerables del mundo. Es imperativo mantener un esfuerzo global sostenido y coordinado para garantizar el éxito de la estrategia PPR GCES y fortalecer la resiliencia de las comunidades que dependen de los pequeños rumiantes.

Un compromiso con la colaboración global

Los pequeños rumiantes suelen ser el recurso más importante, y en algunos casos el único, del que dependen ciertas poblaciones vulnerables para sobrevivir. La erradicación de la PPR abriría oportunidades económicas tanto a nivel nacional como internacional, contribuyendo al crecimiento y la estabilidad. Las ovejas y las cabras desempeñan un papel esencial en la vida de muchos agricultores, especialmente mujeres y jóvenes, quienes a menudo están subrepresentados en los espacios públicos y de toma de decisiones.

Desde el inicio de la estrategia PPR GCES, ha quedado claro que los brotes pueden gestionarse y que se puede desarrollar una inmunidad colectiva mediante el establecimiento de mecanismos nacionales de financiación para actividades clave de prevención de enfermedades animales, la promulgación de políticas y normativas favorables, la inversión en la producción de vacunas y diagnósticos para la PPR, y la concienciación y formación sobre tecnologías de prevención y control.

Para tener éxito, los esfuerzos de erradicación deben seguir una estrategia bien diseñada y coordinada, respaldada por una infraestructura sólida y la inversión en el personal veterinario. Estos esfuerzos deben priorizarse y reconocerse como un bien público internacional mediante un compromiso político firme y la movilización de recursos. La OMSA y la FAO instan a sus Miembros a seguir comprometidos con la inversión en enfoques.

¿Qué es la peste se pequeños rumiantes?

La peste de pequeños rumiantes (PPR) es una enfermedad vírica causada por un morbilivirus estrechamente relacionado con el virus de la peste bovina que afecta a caprinos y ovinos y a algunos parientes silvestres de pequeños rumiantes domésticos, así como a los camellos. Se identificó por primera vez en Côte d’Ivoire en 1942.

Se caracteriza por tasas de morbilidad y mortalidad significativas, y tiene un alto impacto económico   en zonas de África, Oriente Medio y Asia, donde los pequeños rumiantes contribuyen a garantizar la subsistencia.

Los animales afectados presentan una fiebre alta y depresión, junto con secreciones en los ojos y las fosas nasales. Los animales no pueden comer, ya que la boca se cubre de dolorosas llagas erosivas y sufren de neumonía y diarrea graves, que llevan, con frecuencia, a la muerte.

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