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Análisis del Sector Pecuario y Gestión Empresarial en Plena Pandemia

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Por Juan D. Jiménez Pastor

Lic. en Administración

Gerente General Ganadería D.J. SAC

Coyuntura económica

Las variables macroeconómicas en la actualidad nacional revelan el desastre ocasionado por el Coronavirus, según el INEI hay un declive del PBI en 30.2 % en el segundo trimestre del año a comparación del anterior, manifestándonos una de las peores caídas a nivel mundial, también se ha incrementado el desempleo con más de 6 millones 720 mil peruanos afectados generado por la suspensión del trabajo y el cierre de pequeños negocios por lo que es razonable aseverar que la reactivación a corto o mediano plazo es un delirio.

Según fuentes internacionales como Bloomberg, Perú encabeza la peor caída entre las economías más importantes en américa latina, así mismo, el Banco Mundial asegura que nuestro país sufrirá una de las peores recesiones a escala internacional generando un aumento de la pobreza y desigualdad. El cierre temporal de algunas provincias confinadas y la cuarentena en todo el país ha causado la disminución del consumo principalmente en sectores clave para nuestra actividad agropecuaria como gastronomía y hotelería, en consecuencia, existe una fuerte caída en los ingresos de nuestros emprendedores, así como de los trabajadores informales e independientes.

Perú al ser un país minero se ve afectado por la recesión en las grandes economías que demandan nuestros minerales como las del G7 y China. La disminución en la demanda de estos productos hace que nuestras exportaciones y la inversión privada también disminuyan, por ende, también la cantidad de dólares que ingresan al país. Esta disminución en el ingreso de dólares ocasiona una subida fuerte del tipo de cambio impactando en los costos de algunos insumos que usamos para nuestra actividad. Solamente nos queda esperar que el gasto del gobierno y los programas de apoyo compensen el déficit de la inversión privada para que nuestra economía no termine de hundirse por completo.

Teniendo en cuenta este análisis de nuestra realidad económica y desde nuestra trinchera pecuaria ya sea como emprendedor, comerciante, independiente, pequeño o gran empresario ¿Qué podemos hacer desde nuestra postura para enfrentar esta crisis?

Problemas circunstanciales en el sector

Falta de Insumos para abastecer la demanda: Esto hace que se incremente el precio, solo por mencionar algunos necesarios para la producción pecuaria, por ejemplo, en el caso de la producción afrecho de trigo (subproducto derivado del procesamiento industrial de trigo), este se ha visto reducido porque la demanda del producto principal también se redujo, por ende, los molinos trabajan con lo mínimo de su capacidad instalada, de igual forma, en el caso del repaso de maíz (saldo o el despojo del maíz), al haber menos consumo de aves o porcinos, disminuye el consumo de maíz haciendo que haya menos repaso de maíz, por lo que los productores pecuarios tienen que buscar productos sustitutos o en todo caso darle un alimento más caro. Otro caso es el de le melaza (residuo de la cristalización de la caña de azúcar con alto nivel energético para bovinos), las empresas azucareras están poniendo más énfasis en la elaboración de alcoholes a base de etanol por la demanda de estos en la pandemia, dejando de la lado la producción de melaza.

Contracción de la oferta: Debido al quebrantamiento de la cadena de suministro, todavía existen dificultades al momento de la acopio y abastecimiento del ganado vacuno hacia la capital, esto sumado a las cuarentenas focalizadas en provincias productoras, hace que los operadores logísticos o intermediarios incrementen el precio por kilo puesto en establo o corral.

Contracción de la demanda: El desempleo, la falta de ingresos, entre otros factores de nuestra coyuntura económica ha tenido como consecuencia la disminución de la demanda en general, a pesar de esto, la necesidad de alimentación existente ha hecho que las preferencias de los consumidores cambien hacia cortes más baratos como los sancochados de res, tanto de pecho como de costilla, la carne para guiso, la carne molida, la paleta deshuesada y las menudencias, los cortes a menudo con mayor valor económico como los bifes, el bistec o el lomo fino se han visto desplazados, de igual forma, en el caso del cerdo, los stocks de pancetas y costillas de cerdo se están incrementando, en cambio los cortes más cómodos como la pierna y el brazuelo están teniendo mayor rotación en los mercados de la capital.

Las heladas en zonas alto andinas: En esta temporada se ha visto un incremento en de las heladas afectando a las personas, ganado y cultivos. Esto produce lo que llamamos estrés térmico afectando la producción del ganado, así como la muerte de estos disminuye la cantidad de stock para la venta. También si se pierden los pastos o forrajes el ganado no se alimenta bien teniendo una calidad inferior de carne en términos de conformación para engorde.

Incremento en el tipo de cambio: Varios de los insumos que utilizamos son importados y sus precios están en mayoría reflejados en dólares como la soya, el maíz entre otros insumos, como por ejemplo los veterinarios. El incremento del tipo de cambio se va a ir acentuando a medida que nuestras exportaciones como país se sigan reduciendo.

¿Por qué la reactivación o inyección de liquidez no funciona adecuadamente?

Nuestros consumidores finales como carnicerías, distribuidores o empacadoras tienen clientes como hoteles, restaurantes, empresas de eventos, etc. Muchas de estas empresas han cerrado o quebrado dejando cuentas incobrables o por cobrar elevando la tasa de morosidad. Por el lado de nuestros proveedores, muchos de ellos en los meses iniciales de la cuarentena pararon sus actividades, reduciendo o liquidando su inventario y no renovando su producción. Si se tiene liquidez y se cancela a todos los proveedores y se cumple con las obligaciones financieras, pero, algunos de los clientes fuertes no pagan, ahí existe un desfase en el capital de trabajo que se tiene que cubrir de alguna manera. Independientemente de clientes y proveedores, si se puede acceder capital de trabajo (ya sea propio o de terceros), e invertir en insumos, materia prima u otros productos que desee rotar en el corto plazo, necesariamente se va a necesitar infraestructura y maquinaria, más corrales, un almacén, una buena cámara de frío o un molino, por ejemplo. Esto quiere decir que necesariamente una parte de la inversión requerida va a ser a largo plazo y no se va a poder recuperar rápidamente.

Se pueden mencionar otras variables como contagios en los establecimientos de trabajo que traban los tiempos de ejecución del proyecto, fallecimientos de clientes, proveedores o compañeros de trabajo, desconfianza de nuevos proveedores que requieren trabajar todo al contado desfasando la caja del negocio, la falta de suministros, problemas de abastecimiento, interrupción de la cadena de producción, falta de personal capacitado o técnico para emprender nuevos proyectos o mejorar tu capacidad instalada, deficiencia en infraestructura e implementos de seguridad y salud en el trabajo, requerimientos técnicos o burocráticos para acceder a nuevos mercados como una autorización de SENASA, DIGESA o algún registro de marca en INDECOPI, entre otros.

Si se tiene en cuenta estos factores, tener acceso a capital de trabajo como los de Reactiva Perú o FAE-MYPE Agrícola en estos tiempos de crisis sólo será para mantenernos a salvo o para sobrellevar esta crisis, es más, estos instrumentos fueron creados para eso, para soportar la cadena de pagos en la industria, más no para reactivar.

¿Qué podemos hacer?

La teoría financiera clásica nos dice disminuir los costos, reducir personal, eliminar gastos superfluos, desinvertir, es decir, todo lo posible para tener menos salida de caja, sin embargo, en la mente del emprendedor nacional siempre está presente la frase:“En tiempos de crisis es donde está la oportunidad”. Depende mucho también de la aversión al riesgo de cada uno, de todas formas, siempre habrá alternativas, probablemente sea una oportunidad para hacer cambios, para mejorar la productividad o en todo caso para mantenernos en el negocio.

Los negocios grandes, con mayor cantidad de empleados y con movimiento de grandes volúmenes de capital están ejecutando una estrategia de desinversión y repliegue, especialmente en las unidades de negocio que no les están produciendo ganancias. Desde nuestra posición y algo más acorde a nuestra realidad se puede aplicar no solo una estrategia, más bien una mixtura de varias o como coloquialmente decimos, un combinado. Podemos fidelizar o mantener a nuestros clientes claves o deseados, no dejarlos escapar por nada, mejorar nuestra comunicación con proveedores, que esta sea fluida y si en algún caso hay que renegociar o aplazar una deuda, llegar a un entendimiento con la posibilidad de seguir trabajando, también podemos pensar en la asociatividad como alternativa o buscar formas para disminuir costos como comprando insumos por mayor volumen y tener una mejor capacidad de negociación, podemos buscar otras alternativas de inversión relacionadas al giro del negocio o tener actividades conexas, no aventurarnos a entrar a nuevos negocios que no sabemos o no entendemos o son completamente diferentes a lo que estamos acostumbrados, por último y no menos importante tener bien en claro que el objetivo principal en estos tiempos es mantenernos a flote, estar enfocados y sobre todo bien de salud.

Reflexiones finales

Las políticas del MINAGRI y del MEF ayudarán para la contención y supervivencia, más no para la reactivación, El reactiva Perú y el FAE-MYPE agrícola está limitado a las condiciones del mercado y de la demanda, más no de la oferta, desde nuestra posición estamos limitados a variables macroeconómicas y las condiciones mejorarán para nuestro sector a medida que se incremente la demanda, el consumo, el empleo y la inversión privada, de nada nos sirve tener más liquidez si no tenemos a quien vender, a quién comprar o formas cómo hacer negocios, es más tener efectivo se convierte en un riesgo si es que no se sabe cómo invertirlo o si se compra insumos caros y luego, si la economía sigue mal, se vende más barato o en pérdida.

Sobrevivirán los que tiene mayor capacidad para poder aguantar los márgenes de ganancia más ajustados, debido a la contracción de la oferta (no hay mucha mercadería o está limitada) y la contracción de la demanda (los consumidores finales no tienen suficiente liquidez por lo que buscan precio), es muy probable que uno deje de ganar lo que está acostumbrado, por ende, se necesitará capital para tratar de mover mayores volúmenes de mercadería y tener una rotación constante para mejorar esos márgenes de ganancia, si es que los hay.

Tenemos que tener en cuenta que probablemente estamos en el peor escenario posible y como reflexión final lo más optimista es pensar que ya tocamos fondo como economía y no podemos caer más.

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