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Acerca de la Vacuna de Carbonosa: Comentarios del Dr. Teodorico Terry

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Me parece muy interesante la información suministrada por www.perulactea.com sobre la vacuna de carbonosa del INS. La vacuna elaborada con Bacillus anthracis Cepa Sterne decapsulada contra el carbunco bacteridiano, que es el nombre oficial reconocido por la OIE para la enfermedad causada en los animales por el Bacillus anthracis, tiene varios nombres sinónimos y en el Perú, se utilizó mucho en el pasado el de fiebre carbonosa. El los países del Río de la Plata se utilizó un nombre muy inconveniente porque la llamaban «carbunclo» cuando la palabra correcta es carbunco.

Igualmente, lo correcto en otra enfermedad que utiliza la misma primera palabra es el Carbunco Sintomático.

La Oficina Regional de la OIE con sede en Buenos Aires ha armonizado la ficha técnica de esta vacuna, aunque en la misma, como se copió en un país del Río de la Plata, le pusieron la palabra carbunclo, que la OIE no reconoce en su Código Sanitario Internacional para Animales Terrestres y tampoco en su Manual de Pruebas Diagnósticas y Vacunas.

Lo importante en esa vacuna, como en casi todas, es que hay que utilizar una cepa semilla suministrada por un laboratorio internacional de referencia y en la ficha técnica se establece que no debe haber mas de tres pasajes. En el CFR de los Estados Unidos permite un máximo de cinco pasajes.

Dicha vacuna se elaboró por primera vez en el Perú, en el que fuera Instituto Nacional de Biología Animal en 1951, sobre todo, para afrontar el problema del carbunco bacteridiano en ganado caprino de Piura, donde había lecherías con ganado Anglo Nubian muy fino y también mucho ganado caprino cruzado y criollo en los poblados, al que no se le podía aplicar la sapovacuna Bacillus anthracis de virulencia grado II de Pasteur tipo Mazzucci que estaba indicada para los vacunos, porque les producía la enfermedad, que concluía con la muerte de los animales vacunados.

Muchas veces para salvar a grandes rebaños de caprinos cuyos propietarios habían aplicado la vacuna de virulencia grado II tipo Mazzucci había que recurrir a la seroterapia masiva (entonces se elaboraba suero contra el carbunco bacteridiano en caballos y bovinos) no siendo raro que se registrasen reacciones anafilácticas por el suero heterólogo.

Las pruebas de inocuidad y eficacia en caprinos, de la entonces nueva vacuna, se realizaron en Piura y estuvieron a cargo del Dr. Nello Vassallo P. junto con el suscrito. Los animales vacunados resistieron dos semanas después de la vacunación, 100 dosis mínimas letales que mataron a todos los testigos. Entre los vacunados ninguno se mostró enfermo ni murió y solo hubo una reacción local en el punto de inoculación por vía subcutánea. Inclusive, protegió a los caprinos vacunados con 1/4 de la dosis que se determinó.

La vacuna se elaboró cuando el Dr. Harry Peston era Director del Instituto y los que trabajaron en el laboratorio en su elaboración y control fueron los doctores Luis Philips y Lizardo Fernández Contreras con el apoyo del señor Casildo.

Esa vacuna se mostró de gran utilidad para todas las especies susceptibles. Años después también ingresó al mercado local una vacuna similar de elaboración norteamericana que se vendía con el nombre comercial Thraxol.

La cepa semilla se incubaba en un medio que favorecía la esporulación y las formas que permanecían vegetativas (las menos) se destruían con glicerol. Así era una esporovacuna y el adyuvante de entonces la saponina.

Me parece muy interesante su información a los colegas y posiblemente en el ámbito profesional les interesaría también conocer los protocolos utilizados en cada una de las fases de producción con su control, así como el control final de cada lote.

Una experiencia más:

Cuando concluí mis estudios de Medicina Veterinaria en 1949, fui a trabajar a Ica como Veterinario Departamental y después a Piura y Tumbes como Regional (la sustentación de mi tesis de grado y el examen para obtener el título de Médico Veterinario los pasé cuando trabajaba ya en Ica).

En aquella época era casi de todos los días enfrentar el problema del carbunco bacteridiano. La frecuencia de su ocurrencia desminuyó con la utilización oportuna y preventiva de la sapovacuna de virulencia grado 2 de Pasteur tipo Mazzucci en los bovinos.

En Piura tuve oportunidad de examinar y tratar a vacunos y caballos con carbunco bacteridiano. Fue la única vez que lo vi en caballares. Mostraban una tumefacción bajo la piel y manifestaciones de cólico además de marcada hipertermia. En los vacunos la hipertermia y polípnea era muy marcada. Había en ese entonces el suero hiperinmune anticarbonoso, así se le llamaba, preparado en caballos y en bovinos y no solo se utilizaba en los casos de la llamada sero vacunación, cuando se atendía un brote, sino que con el suero tratábamos a los enfermos inyectándolos por vía endovenosa y muchos se recuperaban.

En cambió, la ocurrencia de varias muertes muertes en el corto plazo, era la manifestación mas frecuentemente observada por los ganaderos y motivo de que concurriesen en busca de ayuda.

Los servicios del Ministerio de Agricultura en los Departamentos estaban dotados de pequeños laboratorios que contaban con microscopio de buen aumento y objetivo de inmersión, colorantes de Gram y Giemsa, de manera que con una gota de sangre obtenida del cadáver no abierto se hacía un frotis y se coloreaba con safranina para ver los típicos Bacillus anthracis con su cápsula y el aspecto de caña, uno tras otro. Las muestras siempre se enviaban también al Instituto, que corroborar el diagnóstico, pero para la acción inmediata, ya se contaba prontamente con información local confiable.

También habían los casos humanos de pústula maligna y los médicos solían emitir la receta para que en el Servicio del Ministerio de Agricultura se les vendiese el suero llamado entonces anticarbonoso que se lo inyectaba el mismo médico, tomando precauciones por si se registrase un shock anafiláctico, por la inyección de suero heterólogo. Tanto confiaban los médicos en la seroterapia que aún después de emplear la penicilina en su pacientes con pústula maligna, le inyectaban también el suero.

Años después, recuerdo que ya trabajando en Lima hubo un caso en un matadero que generó un problema muy serio. En una descarga de un camión en un matadero, se presentó un bovino con disnea muy pronunciada y como no se encontraba el Médico Veterinario Inspector, el asistente lo pasó para matanza de urgencia y lo guardaron para que lo inspeccionase el Médico Veterinario cuando llegase. Al hacerlo, este se encontró con un caso de carbunco bacteridiano y que la intensa disnea se había debido obviamente a la fiebre muy alta.

Así, crearon un problema muy serio porque hubo de clausurarse temporalmente sus instalaciones, con la subsecuente desinfección y lavado repetido de sus diversos ambientes, lo que dejó inoperativo por un tiempo el negocio y casi provoca una clausura definitiva del establecimiento.

En ese caso fueron una serie de errores (o infracciones graves) sucesivos los que causaron tan grave daño y peligro. Ningún animal con disnea o en condición febril debe ser sacrificado para consumo. Menos aún como caso de emergencia. En todo caso, debe aislarse permitiéndole que descanse y si no desapareciese la disnea (como ocurrió en el caso de referencia), no es apto para ser beneficiado para consumo. Si el matadero dispone de un lugar completamente separado para matanza sin efusión de sangre e incineración, en ese caso se puede proceder al sacrificio y luego cremar el cadáver.

 

 

Fuente: Perulactea. Envío especial del autor

 

 

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