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Silobolsa: el know how argentino para el mundo

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Destacada por su bajo costo, fácil implementación y eficiencia, esta tecnología de almacenamiento es una alternativa viable para conservar los granos que se producen. Por esto, Leopoldo Sahores secretario de Relaciones Exteriores acompañado por Juan Cruz Molina Hafford presidente del INTA recorrieron las instalaciones del INTA en Balcarce Buenos Aires, donde referentes internacionales se enfocan en la investigación y desarrollo de tecnologías orientadas al almacenamiento, acondicionamiento y procesamiento de granos, semillas y subproductos. 

El silobolsa es una tecnología que, con aporte del INTA, trasciende fronteras y hoy se exporta de manera exitosa a más de 50 países. Desde su incorporación en la Argentina hace casi 30 años, la evolución del silobolsa fue formidable: de unas pocas toneladas a principios del 2000 a aproximadamente 50 M de toneladas almacenadas en los últimos 10 años. Por esto, Leopoldo Sahores secretario de Relaciones Exteriores y Ramiro Velloso subsecretario de Promoción de las Exportaciones, las Inversiones, la Educación, la Ciencia y la Cultura acompañados por Juan Cruz Molina Hafford presidente del INTA, Lucía Martínez comisión directiva de CAFMA y Santiago Bonifacio director de Cooperación y Negociaciones Bilaterales de la Secretaría de Bioeconomí recorrieron las instalaciones de la Planta Piloto del INTA en Balcarce Buenos Aires, donde referentes internacionales se enfocan en la investigación y desarrollo de tecnologías orientadas al almacenamiento, acondicionamiento y procesamiento de granos, semillas y subproductos.

Durante la actividad, Sahores señaló que el silobolsa es la puerta de entrada a muchas otras soluciones tecnológicas para la agricultura que la Argentina puede ofrecer al mundo. “La seguridad alimentaria es uno de los grandes desafíos que tiene de la población mundial, que va a ser de 10.000 millones de personas en pocos años. Tenemos que asegurarnos que la producción de alimentos sea mantenida, guardada, conservada de una manera segura y sustentable”, indicó.

“Creo que el silobolsa es un método muy eficiente, económico, competitivo y que se puede adaptar a distintas circunstancias y es algo que la Argentina tiene para ofrecer”, expresó Sahores quien señaló que “es necesario generar una conciencia, dar a conocer la tecnología y, en este punto, el INTA tiene un rol fundamental en capacitar a quienes van a emplear esta tecnología”.

En este sentido, Molina Hafford ponderó el rol del INTA en el desarrollo y aporte de tecnologías, en este caso, lo vinculado a la logística de granos almacenados y particularmente el silobolsa. “Pudismo aplicar en la Argentina este modelo de gestión de la tecnología de silobolsa gracias a la extensión; así que hoy estamos haciendo investigación y extensión, colaborando con todas las empresas que están haciendo el aporte de estas soluciones tecnológicas junto con Cancillería”.

“En la Argentina casi el 40 % de los granos se almacenan en silobolsas y, tanto los productores agropecuarios como los acopios y las industrias conocen cómo hacer el uso de esta tecnología, gracias al trabajo del INTA”, expresó Molina Hafford quien subrayó: “El Mundo tiene que saber que esta es una solución logística y que la Argentina puede trasladarlo al resto del mundo”.

Durante el recorrido, Ricardo Bartosik investigador del INTA Balcarce y coordinador nacional de Poscosecha de Granos recordó que el INTA viene trabajando con Cancillería desde hace muchos años en la promoción de la tecnología de silobolsa en el mundo, en cooperación también con las empresas fabricantes de las maquinarias necesarias.

“A escala global, la Argentina es uno de los principales oferentes de tecnología agropecuaria”, expresó Bartosik y señaló: “Como país, las empresas argentinas tienen una reputación en el mundo respecto de desarrollar y comercializar tecnología y para eso hubo que trabajar mucho en desarrollar su red de distribuidores, de apoyo logístico, de servicio post venta y tener un sistema público que aporte tecnología con respaldo y con información científica”.


Con una superficie de 600 metros cuadrados, la Planta Piloto del INTA es única en Latinoamérica y es el resultado de la articulación entre el Instituto, la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) y el Conicet. Además, ofrece servicios de evaluación de productos y procesos específicos, según las necesidades de la industria.

La Planta Piloto tiene capacidad para innovar en tecnologías relacionadas con almacenamiento hermético, atmósferas controladas y modificadas, sistemas de monitoreo y gestión de calidad, sistemas de secado eficiencia y calidad, control de plagas, segregación y trazabilidad, evaluación de parámetros de calidad, sanidad e inocuidad en granos, semillas y productos derivados bajo diferentes condiciones de almacenamiento, automatizaciones en procesos de poscosecha y procesos de transformación primaria de los granos, entre otros.

De la visita también participaron Ariel Fernández junto a otros funcionarios de la Subsecretaría de Promoción de las Exportaciones, las Inversiones, la Ciencia y la Cultura, becarios del Instituto del Servicio Exterior de la Nación, Miguel Pereyra Iraola decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNMdP, Ariel Pereda director nacional del INTA, Horacio Berger director del Centro Regional Buenos Aires Sur del INTA y Facundo Quiroz director del INTA Balcarce, entre otras autoridades regionales y representantes del sector.

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Colombia trabaja para declarar región como «Libre de Fiebre Aftosa sin vacunación»

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Desarrollan vacuna contra el virus de la fiebre aftosa con tecnología innovadora

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El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina (INTA), el National Research Council de Canadá (NRCC) y Bioinnovo –empresa de base tecnológica conformada por el INTA y Vetanco SA– trabajan con la primera vacuna contra el virus de la fiebre aftosa que no utiliza material infectivo en su proceso de manufactura. Se trata de un hito de relevancia mundial.

La fiebre aftosa es la primera barrera en la comercialización internacional de productos agropecuarios. Los brotes de la enfermedad tienen un gran impacto económico y social a nivel global. Se estima que en las regiones endémicas las pérdidas anuales asociadas a esta enfermedad son de entre 8,4 y 27,3 billones de dólares.

Recientemente se reportaron brotes en animales salvajes en Alemania y en bovinos en Israel, que confirman los riesgos e importancia de contar con estrategias preventivas para esta enfermedad. Para prevenirla existen vacunas efectivas que emplean material infectivo en el proceso de producción. Muchos países deciden no tener plantas productivas de la vacuna dentro de sus territorios o prohíben trabajar con cepas diferentes a las de circulación regional, restringiendo la producción al mercado local.

Por esto, Bioinnovo –empresa de base orientada a la salud animal con más de diez años de trayectoria formada entre el INTA y Vetanco S.A.– es decir, “se puede producir en instalaciones convencionales utilizando los mismos equipos y tecnologías que los ya empleados en la fabricación de cualquier vacuna que utilice células de mamíferos en su proceso productivo”, explicó Andrés Wigdorovitz, director de INCUINTA y Bioinnovo.

“Se trata de una solución segura, eficaz y con perspectivas de posicionarse como una alternativa superadora en cuanto a requerimientos de seguridad y versatilidad”, aseguró Wigdorovitz. “Es la primera vacuna contra la fiebre aftosa en células de mamífero en no utilizar material infectivo en ninguna etapa del proceso productivo”, agregó, y destacó que “el proyecto de una vacuna recombinante para el tratamiento de la fiebre aftosa comenzó hace más de diez años en el Instituto de Virología y fue protegida por una patente a fines del año 2022”.

Por su parte, Marianela Dalghi, investigadora en Bioinnovo y responsable actual de liderar el proyecto, indicó: “Su fórmula basada en cápsides vacías recombinantes (o VLPs, del inglés Virus-Like Particles) hace que no sean necesarios procesos exhaustivos de purificación para eliminar proteínas no estructurales del virus y permite fácilmente discriminar animales infectados de vacunados (DIVA)”.

En ese sentido, al no utilizar virus infectivo en ninguna de las etapas de producción, “la fabricación de nuestra vacuna no está sujeta a las limitaciones nacionales e internacionales de manejo de cepas virales”, subrayó Dalghi. Además, destacó que “ofrece gran potencial para diversificar los portfolios vacunales, alcanzar nuevos mercados, expandir los bancos de antígeno, potenciar la capacidad de respuesta ante emergencias sanitarias en el país y agilizar el desarrollo de vacunas contra cepas virales emergentes”.

En los últimos dos años de trabajo, Bioinnovo logró validar la tecnología desarrollada a escala preindustrial, y avanzar en la elaboración de la documentación necesaria para su registro.

Se está trabajando, en esta etapa, en la búsqueda de un socio internacional. “Este trabajo se está realizando en forma articulada con Cancillería de la Nación de forma muy alentadora, para llevar la tecnología a la etapa de lanzamiento comercial dentro de 2 a 4 años, y con un producto que sea innovador, seguro y tan eficaz como las mejores vacunas disponibles actualmente”. subrayó Wigdorovitz

Por su parte, Jorge Winokur, presidente de Bioinnovo y Vetanco, declaró: “Desde Bioinnovo y su socio comercial Vetanco seguimos invirtiendo en plataformas de vacunas bioseguras para abastecer al mundo en el control de brotes de variantes exóticas”.

Esta política de manipulación segura de materiales va acompañada de los productos de la plataforma Biotech para inmunidad de las mucosas y la línea Vedevax de vacunas dirigidas. Y añadió: “Estamos orgullosos de contar con un equipo comprometido de investigadores, innovadores y técnicos”.

Nueva tecnología

La metodología actual que se empleó para producir nuestra vacuna recombinante se basa en el crecimiento en un biorreactor de las células de mamífero CHOBRI TM que contienen la información para producir de manera inducible VLPs del virus de la fiebre aftosa.

La estrategia de optimización de la producción inducible de VLPs que se desarrolló ha sido patentada por el INTA en conjunto con el NRCC.

Los biorreactores que se utilizan son los mismos que se usan en la producción de vacunas antiaftosa para replicar a las partículas virales infectivas en células de mamífero BHK-21. Luego de que las células alcanzan una masa crítica de crecimiento, se induce la expresión de las VLPs utilizando cumato, un compuesto químico que no es tóxico y es ampliamente accesible.

Después del período de inducción, se colectan las células y se lisan, y posteriormente se somete al lisado celular a procesos de purificación. Finalmente, se adicionan adyuvantes y excipientes de modo de obtener la formulación final, a la cual se le realizan los más estrictos controles de calidad.

Premio a la solución innovadora

Entre más de 1.500 postulantes, el proyecto desarrollado en conjunto por el Consejo Nacional de Investigación de Canadá (NRCC) y el INTA, actualmente liderado y financiado por Bioinnovo, ganó la 15° edición (2024) del Concurso de Soluciones Innovadoras Banco Nación, organizado por la Fundación Empretec.

Este premio destacó la vacuna innovadora para prevenir la fiebre aftosa que utiliza cápsides vacías y genes recombinantes sintéticos, eliminando la necesidad de material infeccioso.

Este premio no sólo reconoció un avance científico-tecnológico sino también el esfuerzo de trabajo en equipo y compromiso para crear soluciones con impacto positivo a nivel mundial.

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