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Nuevo Sistema de Pasteurización de Alimentos Mediante Microondas

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La pasteurización mediante microondas para la conservación de alimentos congelados o refrigerados; las altas presiones y plasma de microondas como técnicas de conservación de platos preparados, productos lácteos, frutas y hortalizas y marisco; y los campos eléctricos pulsados, han creado tendencia en innovación para la conservación de alimentos en 2014.

La creciente demanda de los consumidores por productos seguros, mínimamente procesados y que conserven el sabor y aroma hace que la industria alimentaria se plantee la adopción de nuevas técnicas de conservación para dar una adecuada respuesta.

En este sentido se están produciendo importantes avances en las tecnologías de conservación de alimentos y en concreto en las de tratamiento térmico. Aquí hacemos un balance de las tecnologías más innovadoras que han creado tendencia en la conservación de alimentos en 2014.

Sistema de pasteurización mediante microondas para la conservación de alimentos congelados o refrigerados.

El proceso de pasteurización mediante microondas mejora significativamente la pasteurización térmica tradicional, ofreciendo a la industria de la alimentación un medio más eficiente de hacer seguros los alimentos conservando el atractivo para el consumidor.

Este proceso permite controlar los microorganismos patógenos y los virus y ofrecer productos de alta calidad.

El proceso también permite que los alimentos tradicionalmente congelados puedan ser refrigerados en lugar de congelados, resultando en un ahorro significativo decostes energéticos, tanto para los minoristas como para los consumidores.

Un grupo de ingenieros de la Universidad Estatal de Washington desarrolló un novedoso sistema de pasteurización mediante microondas:

*Altas presiones y plasma de microondas como técnicas de conservación de platos preparados, productos lácteos, frutas y hortalizas y marisco.

La tecnología de altas presiones (presiones hasta 600 MPa durante unos pocos minutos) ataca a las bacterias patógenas, como laSalmonella o la Listeria monocytogenes. Esta técnica evita el uso de productos químicos o aditivos sintéticos, mantiene los niveles de vitaminas y alarga la vida útil de los productos como los platos preparados, productos lácteos, frutas y hortalizas y marisco

La esterilización por plasma de microondas; combinando los efectos esterilizadores de los rayos UV con los radicales oxidantes producidos por el plasma obtienen una mayor eficiencia en la inactivación de microoganismos patógenos.

Campos eléctricos pulsados (PEF) y aplicación de CO2 a alta presión para la conservación de hierbas y especias

Se están investigando tecnologías no térmicas que tienen capacidades antimicrobianas cuando se aplican solas o en combinación con otras, como son los campos eléctricos pulsados (PEF) y la aplicación de CO2 a alta presión (HPCD).

Estas tecnologías son dos de los métodos de procesado no térmico más prometedores. Han ganado un creciente interés en las últimas dos décadas, ya que pueden proporcionar la pasteurización en frío de alimentos líquidos con un mínimo impacto en las propiedades nutricionales y organolépticas del alimento.

La Universidad de Salerno ha estudiado la combinación de ambos procesos en una unidad de flujo continuo.

Sin duda, la tendencia es clara en la búsqueda de procesos de conservación de alimentos más suaves que consigan mantener las propiedades sensoriales de los mismos. Tecnologías alternativas menos agresivas pero igual de efectivas que las convencionales en cuando a la inactivación microbiana.

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El valor del queso artesanal como emblema gastronómico: la experiencia uruguaya

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Un estudio revela el impacto del fuego en los suelos de los Andes peruanos

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Los suelos volcánicos de Arequipa, una de las regiones más secas del mundo, no están adaptados al fuego.

En septiembre de 2018, un incendio arrasó casi dos mil hectáreas de matorral en el volcán Pichu Pichu, una zona de alto valor ecológico en los andes peruanos. A diferencia de los ecosistemas mediterráneos, donde la vegetación ha desarrollado estrategias para resistir el fuego, los suelos volcánicos de Arequipa, una de las regiones más secas del mundo, no están adaptados al fuego. Un equipo de investigadores de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), de España, y de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, en Perú, ha recogido y analizado muestras de suelo de la zona incendiada, a 3.700 metros de altitud, para comprender cómo estos frágiles ecosistemas responden a la perturbación por incendio.

Los resultados, publicados en la revista Spanish Journal of Soil Science, indican que, cuatro años después del incendio, la combustión de la vegetación y el suelo y la erosión han causado una grave pérdida de carbono orgánico, un elemento esencial para la fertilidad del suelo. “Los Andes peruanos no están preparados para los incendios”, advierte Jorge Mataix Solera, catedrático de la UMH y experto en edafología con más de treinta años de experiencia en la recuperación de suelos quemados. Mataix recalca que, si bien el fuego es una fuerza ecológica natural, sus efectos pueden variar mucho dependiendo del ecosistema. Según se desprende del análisis realizado, el suelo del Pichu Pichu se ha degradado física y químicamente tras el incendio, por lo que la regeneración del ecosistema será más difícil. Además, la erosión producida tras el incendio ha desencadenado más procesos degradativos, reduciendo por ejemplo el contenido de arcilla, lo que debilita aún más la estructura del suelo.

Uno de los problemas detectados en estos suelos áridos es su tendencia natural a repeler el agua debido al tipo de materia orgánica que, junto con su alto contenido de arena, es un fenómeno que persiste tras el incendio. Sin vegetación para retener la humedad y la repelencia al agua, ésta se desliza en la superficie en lugar de infiltrarse, lo que acelera la erosión del suelo. “Mientras que los suelos bien estructurados y evolucionados como los mediterráneos poseen una elevada capacidad de retención hídrica, los suelos volcánicos andinos, muy jóvenes y arenosos, tras la pérdida de materia orgánica en el incendio pierden la capacidad de retener agua” explica la investigadora de la UMH Minerva García Carmona. “Por eso es tan importante conocer las consecuencias del fuego en este tipo de suelos jóvenes y frágiles”, declara la experta, “y un factor determinante es cómo influyen las plantas en el suelo, que son las que conforman el material combustible en el incendio”.

El estudio se centró en dos especies nativas con un papel clave en el ecosistema: Berberis lutea, conocida como ‘palo amarillo del Perú’, y Parastrephia quadrangularis, llamada ‘Tola’. Los investigadores analizaron si el fuego había afectado de manera diferente a los suelos según la vegetación predominante. Descubrieron que en las zonas dominadas por el palo amarillo la degradación fue más severa. “Es una planta más grande, con mayor biomasa, lo que seguramente intensificó los efectos de la combustión en el suelo”, aclara García.

El equipo de investigadores de la UMH conoce bien las consecuencias de un incendio en los bosques mediterráneos, más resilientes al fuego por su evolución histórica con la presencia del fuego que ha llevado a desarrollar múltiples estrategias de resistencia y resiliencia. Ahora, sus descubrimientos en el volcán Pichu Pichu reafirman la evidencia de que los suelos volcánicos de la región de Arequipa, que de forma natural retienen menos agua, se pueden ver particularmente degradados con la presencia de incendios, lo que acrecenta su vulnerabilidad a esta perturbación.

El Pichu Pichu se encuentra en la zona volcánica central de los andes. Los investigadores de la UMH recogieron muestras de suelo a unos 3.700 metros sobre el nivel del mar, donde las precipitaciones, de apenas 385 mm anuales, se concentran en tres o cuatro meses del año. De manera que la región de Arequipa se considera un ‘desierto frío’ -las temperaturas van de los 4 a los 18 grados centígrados- y la vegetación se compone principalmente de matorral muy adaptado a la sequía extrema.

Debido a las escasas precipitaciones, el cinturón volcánico de los Andes es una fuente de agua crucial para las áreas adyacentes. “Si bien Pichu Pichu está dominado por matorral, las faldas de la montaña están también cubiertas a una cierta altitud de bosque y albergan una gran diversidad de especies animales y vegetales”, señala el profesor de la UMH. A las faldas del volcán, se encuentran los bosques de queñuales (Polylepis), cuyas especies endémicas del Perú se encuentran en peligro de extinción.

El investigador de la UNSA Lunsden Coaguila explica que “no es fácil tomar muestras de suelo a tanta altitud”. En el estudio, realizado en colaboración con investigadores de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (UNSA), ha sido crucial la colaboración de la Comunidad Campesina Polobaya y la de la Comunidad Campesina Pocsi, que han permitido el acceso a las áreas de toma de muestras. “También, hemos contado con el apoyo del Servicio Forestal y de Fauna Silvestre de Arequipa”, relata el experto.

En Perú, la mayor parte de los incendios se producen de julio a octubre. El proyecto de vigilancia por satélite Queimadas registró un máximo histórico de 7.037 focos en septiembre de 2024. “En una región como Arequipa, situada en una zona desértica, comprender el papel de los suelos bajo nuevos regímenes de incendios es esencial para evaluar la resiliencia de estos ecosistemas frente al cambio climático”, afirma el investigador de la UMH.

Mataix opina que, cuanto más sepamos, más podremos ayudar a diseñar estrategias de prevención y de tratamiento postincendio que ayuden a mitigar los efectos del aumento de las temperaturas y de la sequía intensificada. “Es tan necesario en Perú como en España”, concluye el experto, “aunque el fuego es un fenómeno natural, la crisis climática está exacerbando estos fenómenos y debemos hacer todo lo posible para adaptar los ecosistemas a las nuevas circunstancias y hacerlos más resilientes”.

 

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