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Las Biotecnologías Ganaderas en los Países en Desarrollo

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El ganado contribuye directamente a los medios de vida de las personas de todo el mundo, al proporcionar no sólo alimentos sino también otros productos, fuerza de tiro y seguridad financiera. La producción ganadera representa ya más de un tercio del producto interno bruto (PIB) agrícola en los países en desarrollo y se prevé que esta proporción seguirá aumentando. El rápido crecimiento de la demanda de productos pecuarios, conocido como la «revolución ganadera», ha creado oportunidades para aumentar el bienestar de al menos parte de los casi 1 000 millones de personas pobres cuyos medios de vida dependen de la ganadería. Sin embargo, la degradación de las tierras, la contaminación ambiental, el recalentamiento mundial, la erosión de los recursos zoogenéticos, la escasez de agua y las nuevas enfermedades presentarán previsiblemente obstáculos al crecimiento del sector pecuario mundial.

La tecnologías convencionales y las biotecnologías ganaderas han contribuido enormemente al aumento de la productividad, particularmente en los países desarrollados, y pueden ayudar a mitigar la pobreza y aliviar el hambre, reducir las amenazas que presentan las enfermedades y conseguir la sostenibilidad ambiental en los países en desarrollo. Existe un amplio abanico de biotecnologías que ya se han usado en países en desarrollo en cada uno de los tres sectores principales de la zootecnia, que pueden categorizarse como la reproducción animal, la genética y el mejoramiento; la nutrición y la producción animal; y, en fin, la sanidad animal.

Con respecto a la reproducción animal, la genética y el mejoramiento, la inseminación artificial (IA) ha sido quizás la biotecnología ganadera utilizada en mayor medida, particularmente en combinación con la criopreservación, y ha permitido un mejoramiento genético significativo centrado en la productividad así como la difusión mundial de germoplasma masculino escogido. Tecnologías complementarias como el seguimiento de las hormonas reproductivas, la sincronización del estro y el sexaje de semen pueden mejorar la eficacia de la IA. El trasplante de embriones ofrece las mismas oportunidades en relación con las hembras, aunque en escala mucho menor y a un precio mucho más alto. También pueden utilizarse marcadores moleculares del ADN para el mejoramiento genético, por medio de la selección con ayuda de marcadores situado junto a los genes de interés, así como para caracterizar y conservar los recursos zoogenéticos. El uso de la mayoría de los sistemas de marcadores moleculares depende de la reacción en cadena de la polimerasa (RCP), que es una técnica importante para amplificar secuencias específicas de ADN.

La IA se practica en cierta medida en la mayoría de los países en desarrollo. Se usa principalmente en relación con el ganado lechero y en las zonas periurbanas donde existen servicios complementarios como los de comercialización de leche. El elevado costo del nitrógeno líquido necesario para la crioconservación del semen limita a menudo el uso de la IA en lugares alejados de las ciudades. La IA se usa normalmente para el cruzamiento con germoplasma importado más que para potenciar los caracteres genéticos locales superiores, debido al escaso número de programas de identificación, registro y evaluación de los animales. Esta ausencia de un sistema de identificación de animales superiores impide (junto con la falta de capacidad técnica) el uso de tecnologías más avanzadas, como el trasplante de embriones o la selección con ayuda de marcadores. Las biotecnologías moleculares en el área de la reproducción animal, la genética y el mejoramiento se han limitado por lo general a estudios de caracterización genética, normalmente por medio de la cooperación internacional.

Las biotecnologías de nutrición y producción animal se basan a menudo en el uso de microorganismos, incluidos los producidos por medio de la tecnología del ADN recombinante. Se emplean tecnologías de fermentación para producir nutrientes (como determinados aminoácidos esenciales o proteínas completas) o para mejorar la digestibilidad de los piensos. Se usan cultivos microbianos para incrementar la calidad del ensilado o mejorar la digestión, cuando se suministran como alimentos probióticos. Se han obtenido bacterias recombinantes para producir enzimas y hormonas específicas que mejoran el aprovechamiento de los nutrientes, lo que puede aumentar la productividad (por ejemplo, la somatotropina) o reducir las repercusiones ambientales (por ejemplo, la fitasa). Para aumentar la productividad del ganado y reducir los contaminantes ambientales se han utilizado también enzimas que causan la degradación de la fibra.

Aunque hay poca información, los aminoácidos y las enzimas parecen ser los productos biotecnológicos relacionados con la alimentación más corrientes e importantes empleados en los países en desarrollo. La India y China han creado industrias nacionales para producirlos. Varios factores han limitado el uso de otras muchas biotecnologías. Por ejemplo, la producción de ensilado no es común, lo que impide el uso de cultivos microbianos. La utilización de la somatotropina ha sido afectada por la escasa aceptación pública, la falta de piensos adecuados y de buena calidad y el bajo potencial genético de los animales en los países en desarrollo. La fermentación de materias lignocelulósicas para mejorar la calidad de los residuos de los cultivos y los forrajes no ha sido demasiado efectiva.

Las biotecnologías se usan también en el campo de la sanidad animal para incrementar la precisión del diagnóstico de enfermedades y para el control y el tratamiento de las mismas.. En los métodos de diagnóstico basados en la inmunología, como los ensayos de inmunoabsorción enzimática y los radioinmunoensayos, se emplean anticuerpos monoclonales. Estos métodos a veces no permiten distinguir los animales vacunados de los infectados, por lo que actualmente se prefieren métodos de biología molecular que permiten detectar secuencias específicas de ADN. La vacunación es también un método indispensable para mantener la salud de los animales, y las vacunas recombinantes ofrecen posibles ventajas respecto a las vacunas tradicionales por lo que se refiere a la especificidad, la estabilidad y la inocuidad. Además, la técnica del insecto estéril (TIE), que normalmente se aplica como parte del manejo integrado de plagas, se emplea para mejorar la salud del ganado en una zona geográfica determinada por medio de la lucha contra los insectos que causan o transmiten enfermedades del ganado concretas.

En relación con la salud animal, en los países en desarrollo se utilizan ampliamente las técnicas serológicas moleculares. Cada vez se usan más las técnicas de diagnóstico basadas en la RCP para permitir el diagnóstico precoz de las enfermedades, pero su uso está limitado básicamente a los laboratorios de las instituciones de investigación y los laboratorios de diagnóstico públicos más grandes. La vacunación se ha utilizado ampliamente como medida eficaz en función de los costos para controlar enfermedades infecciosas, como ejemplifica la erradicación, que se espera que se confirme en breve, de la peste bovina. No obstante, en la actualidad se producen comercialmente pocas vacunas recombinantes, y su uso en los países en desarrollo es insignificante. La TIE ha desempeñado un papel decisivo en la erradicación de la población de mosca tse-tsé en Zanzíbar en la lucha contra el gusano barrenador en varios países.

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Colombia trabaja para declarar región como «Libre de Fiebre Aftosa sin vacunación»

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Desarrollan vacuna contra el virus de la fiebre aftosa con tecnología innovadora

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El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina (INTA), el National Research Council de Canadá (NRCC) y Bioinnovo –empresa de base tecnológica conformada por el INTA y Vetanco SA– trabajan con la primera vacuna contra el virus de la fiebre aftosa que no utiliza material infectivo en su proceso de manufactura. Se trata de un hito de relevancia mundial.

La fiebre aftosa es la primera barrera en la comercialización internacional de productos agropecuarios. Los brotes de la enfermedad tienen un gran impacto económico y social a nivel global. Se estima que en las regiones endémicas las pérdidas anuales asociadas a esta enfermedad son de entre 8,4 y 27,3 billones de dólares.

Recientemente se reportaron brotes en animales salvajes en Alemania y en bovinos en Israel, que confirman los riesgos e importancia de contar con estrategias preventivas para esta enfermedad. Para prevenirla existen vacunas efectivas que emplean material infectivo en el proceso de producción. Muchos países deciden no tener plantas productivas de la vacuna dentro de sus territorios o prohíben trabajar con cepas diferentes a las de circulación regional, restringiendo la producción al mercado local.

Por esto, Bioinnovo –empresa de base orientada a la salud animal con más de diez años de trayectoria formada entre el INTA y Vetanco S.A.– es decir, “se puede producir en instalaciones convencionales utilizando los mismos equipos y tecnologías que los ya empleados en la fabricación de cualquier vacuna que utilice células de mamíferos en su proceso productivo”, explicó Andrés Wigdorovitz, director de INCUINTA y Bioinnovo.

“Se trata de una solución segura, eficaz y con perspectivas de posicionarse como una alternativa superadora en cuanto a requerimientos de seguridad y versatilidad”, aseguró Wigdorovitz. “Es la primera vacuna contra la fiebre aftosa en células de mamífero en no utilizar material infectivo en ninguna etapa del proceso productivo”, agregó, y destacó que “el proyecto de una vacuna recombinante para el tratamiento de la fiebre aftosa comenzó hace más de diez años en el Instituto de Virología y fue protegida por una patente a fines del año 2022”.

Por su parte, Marianela Dalghi, investigadora en Bioinnovo y responsable actual de liderar el proyecto, indicó: “Su fórmula basada en cápsides vacías recombinantes (o VLPs, del inglés Virus-Like Particles) hace que no sean necesarios procesos exhaustivos de purificación para eliminar proteínas no estructurales del virus y permite fácilmente discriminar animales infectados de vacunados (DIVA)”.

En ese sentido, al no utilizar virus infectivo en ninguna de las etapas de producción, “la fabricación de nuestra vacuna no está sujeta a las limitaciones nacionales e internacionales de manejo de cepas virales”, subrayó Dalghi. Además, destacó que “ofrece gran potencial para diversificar los portfolios vacunales, alcanzar nuevos mercados, expandir los bancos de antígeno, potenciar la capacidad de respuesta ante emergencias sanitarias en el país y agilizar el desarrollo de vacunas contra cepas virales emergentes”.

En los últimos dos años de trabajo, Bioinnovo logró validar la tecnología desarrollada a escala preindustrial, y avanzar en la elaboración de la documentación necesaria para su registro.

Se está trabajando, en esta etapa, en la búsqueda de un socio internacional. “Este trabajo se está realizando en forma articulada con Cancillería de la Nación de forma muy alentadora, para llevar la tecnología a la etapa de lanzamiento comercial dentro de 2 a 4 años, y con un producto que sea innovador, seguro y tan eficaz como las mejores vacunas disponibles actualmente”. subrayó Wigdorovitz

Por su parte, Jorge Winokur, presidente de Bioinnovo y Vetanco, declaró: “Desde Bioinnovo y su socio comercial Vetanco seguimos invirtiendo en plataformas de vacunas bioseguras para abastecer al mundo en el control de brotes de variantes exóticas”.

Esta política de manipulación segura de materiales va acompañada de los productos de la plataforma Biotech para inmunidad de las mucosas y la línea Vedevax de vacunas dirigidas. Y añadió: “Estamos orgullosos de contar con un equipo comprometido de investigadores, innovadores y técnicos”.

Nueva tecnología

La metodología actual que se empleó para producir nuestra vacuna recombinante se basa en el crecimiento en un biorreactor de las células de mamífero CHOBRI TM que contienen la información para producir de manera inducible VLPs del virus de la fiebre aftosa.

La estrategia de optimización de la producción inducible de VLPs que se desarrolló ha sido patentada por el INTA en conjunto con el NRCC.

Los biorreactores que se utilizan son los mismos que se usan en la producción de vacunas antiaftosa para replicar a las partículas virales infectivas en células de mamífero BHK-21. Luego de que las células alcanzan una masa crítica de crecimiento, se induce la expresión de las VLPs utilizando cumato, un compuesto químico que no es tóxico y es ampliamente accesible.

Después del período de inducción, se colectan las células y se lisan, y posteriormente se somete al lisado celular a procesos de purificación. Finalmente, se adicionan adyuvantes y excipientes de modo de obtener la formulación final, a la cual se le realizan los más estrictos controles de calidad.

Premio a la solución innovadora

Entre más de 1.500 postulantes, el proyecto desarrollado en conjunto por el Consejo Nacional de Investigación de Canadá (NRCC) y el INTA, actualmente liderado y financiado por Bioinnovo, ganó la 15° edición (2024) del Concurso de Soluciones Innovadoras Banco Nación, organizado por la Fundación Empretec.

Este premio destacó la vacuna innovadora para prevenir la fiebre aftosa que utiliza cápsides vacías y genes recombinantes sintéticos, eliminando la necesidad de material infeccioso.

Este premio no sólo reconoció un avance científico-tecnológico sino también el esfuerzo de trabajo en equipo y compromiso para crear soluciones con impacto positivo a nivel mundial.

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