La obesidad es un gran problema de salud pública. Una solución potencial implica el consumo de alimentos que aumentan la saciedad, reduciendo el apetito para comidas posteriores y ayudando en la pérdida de peso.
En un estudio reciente, investigadores encabezados por Leila Azadbajt, en la Isfahan Universtity of Medical Sciences, en Irán, condujo un metaanálisis de las clasificaciones clínicas para determinar los efectos de los productos lácteos sobre la saciedad.
Los investigadores condujeron un metaanálisis de 13 cepas clínicas publicadas antes de febrero de 2015. Constataron que el consumo de más de 500 ml de productos lácteos redujo significativamente el hambre y aumentó significativamente la saciedad y reducir el consumo posterior de alimentos.
«Usted tiene una sensación de saciedad y siente menos hambre, consumiendo un producto lácteo que un refrigerante o algún otro producto,» dice G. Harvey Anderson, de la Universidad de Toronto, Canadá, que condujo investigaciones anteriores sobre lácteos y saciedad.
«Epidemiológicamente, ya se ha demostrado, de forma consistente, que las personas que consumen más productos lácteos tienen mejor control sobre el peso corporal, pues el apetito es reducido», completa Anderson.
Los productos lácteos también parecen afectar los niveles de glucosa postprandial, es decir, los niveles de glucosa después de una comida. «Lo que nosotros constatamos es que la glucosa postprandial, que es un importante aspecto del control de la glucosa, es mucho mejor después del consumo de leche que de cualquier otra bebida que alguien pueda consumir, y el mismo efecto se logra con el mismo efecto El yogur o el queso «, afirma Anderson.
Anderson destaca que el consumo de cualquier bebida que no sea agua añadirá calorías a la comida, pero en el caso de la leche, este aumento será minimizado por sus efectos sobre la saciedad y la glucosa postprandial.
Los mecanismos que determinan los efectos de los lácteos sobre la saciedad todavía no están claros. Los estudios anteriores sugieren que el consumo de estos alimentos puede afectar las hormonas reguladoras del apetito, como la grelina, o los neuropéptidos involucrados con esta función. «Tal vez la saciedad es consecuencia del propio aumento de las hormonas intestinales, que producen saciedad y también regulan la glucemia postprandial,» dice Anderson. «Las hormonas desaceleran el vaciamiento del estómago, lo que significa que usted también se siente más satisfecho y acaba comiendo menos,» él dice.
Otro mecanismo probable implica la activación de hormonas intestinales por péptidos producidos por la digestión de las proteínas de la leche, especialmente de la caseína y de las proteínas del suero. Anderson y sus colegas ya habían estudiado los efectos de los componentes de la leche entera – proteínas, grasa, y lactosa – y descubrieron que las proteínas de la leche tenían el mayor efecto en el aumento de la glucosa postprandial y en la saciedad. «Lo sorprendente fue que la leche entera generó más saciedad que la suma de sus componentes, evidenciando una interacción entre ellos,» dice Anderson.
«También debemos recordar que los productos lácteos poseen varios nutrientes y muchos beneficios si se compara con un poco de otras bebidas,» concluye Anderson.