Raúl Héctor Rosadio Alcántara, es decano de la Facultad de Medicina Veterinaria de la UNMSM e importante investigador. Descubrió cómo prevenir la neumonía en alpacas y llamas, está en camino de producir vacunas para peces y tratar la salmonelosis en los cuyes. Es un gran apasionado de los animales andinos, a los que dedica su inteligencia hasta el día de hoy.
Rosadio señala que se debe priorizar la atención a los animales de gran relevancia social y con alto valor nutricional.
Es brujo, dice, perceptivo, y a la campiña de Huacho le debe esa forma de ser, tierra de sus padres y ancestros. Don Raúl Rosadio Alcántara decidió dejar el seno familiar por una mejor vida a los 11 años. Entonces, no sabía para qué, pero tenía la certeza de que debía hacerlo. La misma que hoy lo acompaña para seguir desarrollando proyectos de investigación.
Médico veterinario, formado en los claustros sanmarquinos a finales de la década de 1960 e inicios de 1970, ocupa hoy el decanato de la misma facultad que vio crecer sus afanes profesionales. Elegido recientemente como nueva autoridad, aspira, en los siguientes cuatro años de cargo, desarrollar investigaciones que impacten en el país.
“Siempre creímos en la investigación, y que esta tiene que resolver problemas del país como los que afectan a la oveja, llama, alpaca, vicuña y guanaco, útiles para los campesinos más pobres del ande. Vamos a producir una vacuna para combatir la enterotoxemia, una enfermedad que daña a las alpacas. Mientras tanto, estamos elaborando una estrategia de control. Pero vamos en camino a encontrar la que ataque la salmonelosis en los cuyes”.
Animales Andinos
Raúl Héctor siente especial atracción por los animales andinos, y su historia de estudios y especializaciones revela que una reivindicación a sus raíces y ancestros puede haber sido el motor de su pasión.
Su infancia en la campiña huachana y su paso por la escuela pública primaria en el norte chico dejaron huellas de bienestar.
Sus padres le enseñaron a él y a sus cinco hermanos que el estudio engrandecería sus vidas. Por eso, para él no fue difícil desafiar su razón, y decirles que quería estudiar la secundaria en un colegio de Lima. Ya pasaron más de cinco décadas, tenía 11 años y la vida ha dejado de ser un juego para él.
“Cambió mi vida, y con la mía la de mi familia también, porque poco a poco mis hermanos fueron llegando a Lima para estudiar. Todos tenemos estudios universitarios”, recuerda.
Saber Sin Fronteras
Luego de estudiar varios posgrados en Estados Unidos y Gran Bretaña, su conocimiento está al servicio de las poblaciones andinas pobres que necesitan sus animalitos sanos para producir el alimento que ellas necesitan para vivir.
Por eso cree que su alma máter debe volver a ser la primera universidad dedicada a la investigación, y su facultad cumplir su labor social.
“Tenemos que interesarnos en los animales de gran relevancia social, revalorar las especies domésticas con alto valor proteínico que cuidaron los antiguos peruanos, porque además estudiamos diferentes especies de animales como abejas, animales monogástricos, como los gatos, perros y chanchos, también rumiantes y peces. Tenemos que entender a cada uno para atender sus enfermedades”. La investigación es su argumento.
Hoja de Vida
En 1972 me hice médico veterinario en la UNMSM.
Obtuve mi maestría en Virología de la Universidad del Estado de Washington, en 1981.
En 1986 saqué mi doctorado en patología animal experimental de la Universidad del Estado de Colorado.
Luego hice una residencia posdoctoral en Edimburgo, Gran Bretaña, en 1990. Allí me especialicé en el estudio de las ovejas.
“Estamos obligados a hacer estudios de los animales que están en manos del 80% de comunidades campesinas”.
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