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La Ganadería en el Paraguay (I)

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Hablar de historia de la ganadería es hurgar en la historia misma del Paraguay. En 200 años de vida independiente la actividad pecuaria tuvo un rol vital para el desarrollo económico y social del país e, incluso, para la subsistencia en los tiempos más críticos. Con el esfuerzo de generaciones de ganaderos el rubro estaba llamado a un magnífico porvenir y al éxito del cual hoy somos testigos.

En 1811 el territorio paraguayo estaba sembrado de pequeñas unidades agrícolas-ganaderas, que daban sustento a parte importante de la población. El ganado ya tenía un rol preponderante en la vida de numerosas familias, a tal punto que el general Manuel Belgrano llamó a los paraguayos “amantes de sus vacas y caballos en un grado que yo no puedo bien explicar”.

La Junta Superior Gubernativa, presidida por Fulgencio Yegros, trazó un plan de reformas económicas, sociales y culturales que contemplaba la intensificación de la ganadería. Fue así que dispuso la concesión de terrenos en el Chaco, aptos para la crianza de ganados.

Bajo la dictadura del Dr. Francia, en 1814 se buscó sacar mayor provecho de las tierras públicas ordenando la cría de caballos para la movilidad del ejército, y de vacunos que pudieran asegurar a las tropas el consumo de carne. Este fue el origen de las “Estancias de la Patria”.

De Propiedad Estatal

Varias situaciones se dieron para que el Estado acrecentara sus tierras. Rengger, un cronista contemporáneo, señala que las confiscaciones de bienes recayeron sobre los conjurados de 1820 sumando para el fisco las mejores tierras, en cuanto a su ubicación, y miles de animales vacunos y caballares. También la Ley de Reforma de Regulares del 20 de setiembre de 1824 –que afectó principalmente a los franciscanos– provocó el cierre de conventos y el traspaso de los bienes al Estado.

En 1825, Francia consideró del Estado las tierras que no fueran registradas en un plazo de cuatro años en las comandancias de campaña a través de la presentación de títulos de propiedad. Así, en febrero de 1826 el gobierno se declaró dueño de la mitad de los campos del Paraguay.

En 1829 se calculó que Paraguay vendía anualmente al Brasil doscientos mil cueros y cien mil crudos. Era la época del aislamiento, en la que Francia solo permitía el comercio exterior con mercaderes brasileños, a través del puerto de Itapúa.

Ataque de garrapatas

En 1837 una plaga fue causante de una gran mortandad del ganado local. El “jatevu” o garrapata llegó al Paraguay a través de estos comerciantes que ingresaban al puerto de Itapúa. Para combatirlas se utilizó una terapéutica muy singular: se hacía correr a los animales para que se desprendieran los parásitos, pero estos seguían reproduciéndose en los pajonales y se volvían a subir a los vacunos. A este procedimiento siguieron varios tipos de lavajes y ungüentos, pero no funcionaba.

Francia tomó una medida radical que fue cumplida implacablemente: el exterminio e incineración de las reses infestadas. “Perdió el Paraguay, que estaba casi lleno de ganado y caballo, más de la mitad de esta riqueza suya y muchas personas ricas quedaron convertidas en mendigos”, refiere una carta del naturista sueco Eberhard Mucnk of Rosenschold, quien vivió en Paraguay de 1849 a 1869. Pero la medida también fue aprovechada para perjudicar a los enemigos del dictador.

El Resurgimiento

Con Don Carlos Antonio López, la ganadería se convirtió en uno de los principales soportes del resurgimiento económico.

Las confiscaciones y la matanza de animales a causa de la garrapata habían arruinado a varias familias. Para revertir la situación de indigencia, el Gobierno dispuso la distribución de ganado. Por ejemplo, familias de Villa del Rosario y San Ignacio de Curuguaty recibieron 1.400 cabezas, y en Pribebuy y Caacupé se repartieron 900 vacunos.

En 1848 Juan Andrés Gelly estimaba que en las estancias de la Patria –unas 64 en total– existían 300.000 cabezas de ganado.

En años de la Guerra contra la Triple Alianza y bajo la conducción de Francisco Solano López, la ganadería fue vital para alimentar al ejército con carne fresca. Igualmente, el cuero fue utilizado para múltiples fines como fabricación de carpas, morriones, cananas, implementos de la artillería y el chiripá que formaba parte del uniforme de campaña.

El Dr. Marcos Medina, asesor de la ARP, al igual que varias fuentes bibliográficas, indican que al inicio de la guerra, el Paraguay contaba con 2 millones de cabezas de ganado, número superior al de otros países de la región. Al término de la guerra solo restaron 15.000 y la mayor parte era ganado alzado.

A Repoblar el Campo

La guerra aún no se extinguía cuando ya existía preocupación por restaurar la economía a través de un nuevo impulso a la ganadería. Así el Gobierno provisorio conformado el 15 de agosto de 1869 por Cirilo Antonio Rivarola, Carlos Loizaga y José Díaz de Bedoya, y con jurisdicción en el territorio no ocupado por el ejército nacional que seguía al Mcal. López, habilita la costa sobre el río Paraná para la introducción de ganado del exterior concediendo campos de propiedad pública para invernaderos, por el término de un año, sin interés alguno; y para la cría, por dos años. Al año siguiente, se dispone la liberación de derechos a la importación de ganado. Hacendados correntinos, paraguayos y extranjeros se acogieron a estos beneficios, repoblando de ganado los campos del sur. Para 1877 había 200.525 cabezas.

Avances del Sector

Los primeros mestizajes para mejorar el ganado paraguayo comienzan en 1882 con la aclimatación de animales importados de Buenos Aires de las razas Schorthorn, Hereford y Holstein.

Por aquellos años, los ganaderos del Paraguay se agremiaron por primera vez y en 1885 se forma la Sociedad Rural que se proponía traer del exterior animales de raza para reproductores.

En 1889, aun no existía la industria de la carne en el Paraguay como en Argentina o Uruguay. Pero a criterio del viajero francés E. de Bourgade, la calidad de la carne paraguaya atraería a los fabricantes de conservas.

A fines del siglo XIX, el Paraguay había dado grandes pasos en el camino de reconstrucción después de la devastadora guerra.

Según la Oficina de Estadísticas, a fines de 1895 el país tenía 2.101.680 cabezas de ganado vacuno y la actividad pecuaria se posicionaba como pilar para el desarrollo económico.

Logros del Nuevo Siglo

En el 1900 el Gobierno dio facilidades para la instalación de establecimientos saladeros, de conservas y extractos de carne fábricas muy exitosas en el Río de la Plata. Fue un nuevo florecimiento a la ganadería paraguaya.

“El notable incremento de la industria pecuaria demuestra al mismo tiempo la excelencia de nuestros campos para la cría de la especie bovina, excelencia comprobada por el rendimiento anual que puede calcularse del 20% al 35%, según las peculiaridades especiales de los campos y la organización de los respectivos establecimientos ganaderos”, decía el presidente Emilio Aceval en su mensaje al Congreso el 1 de abril de 1901.

En 1902, quedó fundada la Sociedad Rural Ganadera para defender los intereses pecuarios de sus asociados y de la ganadería, impulsar el desarrollo y procurar el refinamiento del ganado vacuno y otras especies. Esta organización impulsó el mejoramiento zootécnico y la importación sistémica de padres de las razas Durham, Hereford y Holstein.

Los ganaderos querían dar a conocer sus progresos y se animaron a organizar la primera exposición de ganadería del Paraguay del 15 y 22 de mayo de 1904. Sin embargo, afirma el Dr. Medina, tuvieron que pasar varias generaciones para el éxito que hoy se tiene.

  1. La ganadería es parte de la vida de los paraguayos. A tal punto que el Gral. Manuel Belgrano llamó a los paraguayos “amantes de sus vacas y caballos en un grado que yo no puedo bien explicar”.
  2. En 1837 una plaga fue causante de una gran mortandad del ganado paraguayo. El “jatevu” o garrapata llegó al Paraguay a través de los comerciantes brasileños que ingresaban al puerto de Itapúa.
  3. En los años de la Guerra contra la Triple Alianza y bajo la conducción de Francisco Solano López, la ganadería fue vital paraalimentar al ejército con carne fresca. El cuero fue utilizado para múltiples fines.

continuara…..

 

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    Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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    Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

    En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

    Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

    Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

    En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

    Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

    Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

    El Estudio

    En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

    Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

    Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

    Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

    También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

    Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

    También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

    Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

    El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

    También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

    “Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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