Los búfalos de agua pertenecen a la familia de los bóvidos, donde también están incluidos los toros, los antílopes, las ovejas y las cabras. 

Los búfalos de agua proceden del sudeste asiático, son animales de escaso pelaje y poseen una cornamenta similar a la de los toros.

Se llaman búfalos de agua porque prefieren permanecer en lugares acuosos como ríos, estanques e incluso pantanos. De hecho, las características de sus pezuñas impiden que se hundan excesivamente en suelos fangosos. Sus ancestros fueron domesticados desde hace cuando menos 5 mil años, y en la actualidad su población supera las 158 millones de cabezas. De estas, poco más del 97 por ciento se encuentra en territorio asiático.

Es justo en Asia donde son considerados la posesión más valiosa entre los campesinos, ya que además de servir como animales de carga, proveen abundantes cantidades de carne y leche. Adicionalmente, el estiércol que producen es efectivo como fertilizante y combustible. Los búfalos de agua comenzaron a llegar al continente americano a finales del siglo XIX. Los primeros fueron introducidos en las márgenes del Río Amazonas. Hoy en día, en la zona existen 1.6 millones de cabezas.

El producto más valioso que se obtiene de la crianza de búfalos de agua es la leche, debido a que su calidad es mayor en comparación con la de vaca. La leche de búfalo contiene 30 por ciento más proteína y el doble de grasa, lo que permite elaborar más productos derivados con una menor cantidad del lácteo. Además, la leche de búfalo aporta más energía y contiene una porción mayor de calcio.

Fuente: e-consulta