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Indices de Selección para Mejoramiento Genético en Ganado Lechero

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Para obtener mejores resultados globales los genéticos recomiendan no concentrarse en una sola característica, sino poner atención a los llamados “Índices de Selección”. Combinando 4 ó 5 valores de H. T. E. (Habilidad de Transmisión Estimada) en un sólo parámetro, (los Índices) se puede combinar cualquier cosa que el ganadero ande buscando. Con el uso de Índices, lo que se obtiene es un “compilado” de los valores mejorantes de un toro.

Índice de mérito neto

Este es un índice relativamente nuevo desarrollado por el departamento de agricultura de los EUA” Este índice combina los valores mejorantes para leche, grasa, proteína expresados en dólares (valor H.T.E. económico) además de vida productiva y puntuación para células somáticas en la leche.

La ponderación (énfasis) para cada uno de los valores integrados en el Índice de Mérito Neto es de: 10: 4: 1 respectivamente. El valor vida productiva del índice M.N. mide que permanencia promedio en el Hato tienen las hijas de un toro. Este factor se mide en meses de vida promedio en el Rebaño.

El factor “Células Somáticas” predice la propensión de las hijas de un toro a tener o no alto conteo de células somáticas y mastitis bovina. En la práctica, la correlación entre conteo de células somáticas y mastitis es positiva pero moderada.

Índice producción tipo

Este índice incluye valores mejorantes (H.T.E.) para proteína, grasa, tipo y combinado de ubre. El peso ponderado en cada uno de estos aspectos es de: 3 para proteína, 1 para grasa, 1 para tipo y 1 para combinado de ubre.

Índice tipo producción

Este índice puede parecer confuso o repetido no obstante lo utiliza la asociación de la raza Jersey por lo que el nombre cambia por inversión de términos. Los criadores de Jersey lo ponderan así: H.T.E. para Kg de proteína: 8 partes, grasa 2, tipo funcional 2 partes, 2 partes para vida productiva y 1 parte para células somáticas.

Valor mejorante para leche (equivalente a la H.T.E)

El ganadero orientado a volumen de leche líquida debe poner más énfasis en un solo valor “La H.T.E. para leche” cuando seleccione semen de toros para su hato. Este valor genético, la H.T.E. para leche, clasifica a los toros basados en la estimación de que tanta leche de más se predice para sus hijas con relación a la base genética de 1995; para el periodo 95-2000.

La base genética de 1995 considera que el promedio de las vacas nacidas en 1990 es el promedio a mejorar y por tanto es la base cero o punto de partida para seguir mejorando el promedio racial. Para el año 2000 posiblemente el promedio de las vacas nacidas en 1995 será base cero y así sucesivamente. Es recomendable ordenar los toros por índices o valores de H.T.E. de altos a bajos y utilizar los más altos.

Elegir los toros a Usar

Permitiendo que sólo los mejores reproductores sean los padres de la siguiente generación se mejoran genéticamente los rebaños. Dado que el toro lleva el mayor porcentaje de responsabilidad en la mejora genética, la “selección” de estos reviste particular importancia, sin descuidar la selección de vacas (elite) para que sean madres de los futuros sementales. No obstante la presión de selección del lado de la vaca es mucho menor, ya que la mayoría debe permanecer en la línea de producción por requerirlo así el negocio lechero, no siendo seleccionables.

“Obteniendo los mejores toros”. Sin excepción los toros que son muestreados en el proceso de prueba, deben tener el máximo potencial genético lo cual se logra aplicando sistemáticamente 2 principios: Intensidad de selección y la precisión de selección. La mejor medida del potencial genético de un toro es el promedio de sus padres el cual equivale al 50 por ciento del valor mejorante de su padre y al 50% del valor mejorante de su madre.

Mientras más altos sean los valores de los padres mayor será el potencial del animal, no obstante si la precisión del análisis de los registros de la madre es baja, su valor mejorante no será un estimador preciso. Los toros con mejores valores mejorantes de sus padres obtienen más altas valoraciones de su valor mejorante.

Los índices de selección han demostrado ser (técnicamente) la forma más eficiente de mejorar caracteres múltiples; en otras palabras, estos índices evitan en su uso darle demasiado peso a una sola característica.

Cabe aclarar sin embargo, que si el objetivo económico del ganadero lo obliga a concentrarse en un solo “carácter” Ej. : leche) puede entonces pasar por alto un índice y escoger solo el valor mejorante para leche (HTE leche)

La selección de toros a usar es la decisión de mas peso cuando se trata de controlar el progreso genético de un hato. El promedio de los valores de H.T.E., para leche, proteína, grasa tipo, es una evidencia de que tan acertadamente se selecciona el semen de toros a usar. No solo importa de que toros es el semen sino cómo se usa ese semen.

Si un ganadero quiere utilizar el semen mejor y a su vez el mas caro debe usarlo donde tenga el mejor índice de concepción y evitar usarlo en vacas repetidoras. Tampoco debe usarlo cuando las condiciones ambientales sean rigurosas (días calurosos).

Los ganaderos que poseen rebaños con buen nivel genético y aplican un programa consistente de mejora, deben hacer selección identificando con precisión a vacas superiores que eventualmente podrían ser madres de prospectos de sementales, si es que estos ganaderos tienen contratos con empresas de sementales, con el fin de que sus mejores vacas sean receptoras de semen de toros en proceso de prueba de progenie.

Definir cuales vacas se aparean con cual toro

El ganadero hace selección en dos direcciones: por un lado identifica a sus vacas elite, algunas de las cuales pueden entrar en un programa de superovulación y transferencia de embriones y en segundo término el ganadero realiza un desecho selectivo de vacas de bajo rendimiento. Como la mayoría de las vacas tienen que conservarse para su explotación comercial, sólo un porcentaje reducido conviene eliminar Ej.: 10%) por criterios estrictamente genéticos.

El ganadero que quiere tener un rápido avance genético lo logrará si su programa tiene bien establecidos objetivos y se hagan meticulosos seguimientos de la evolución productiva de los animales nuevos, que constantemente se están incorporando a la línea de producción. Este grupo de ganaderos es de hecho el soporte del proceso de mejora genética de una población racial determinada.

La empresa de sementales

Todos los países con ganadería lechera desarrollada tienen programas oficiales de control lechero mediante los cuales se captura toda la información posible acerca de los hatos o rebaños incorporados a control.

Las empresas que se dedican a probar y evaluar sementales, se valen de la información generada por los programas de control lechero, utilizándola para realizar evaluaciones estadísticas de las poblaciones, y de esta manera pueden asignar valores de mérito genético a los animales bajo su monitoreo.

Es absolutamente indispensable que la información que procesa y obtiene cada empresa sea lo más precisa y completa posible ya que cualquier predicción que se haga sobre el mérito genético de los sementales dependerá en gran medida de que así sea, de otra forma se caerá en la imprecisión y en los resultados frustrados.

La empresa de sementales también tiene como funciones detectar vacas elite que sirvan como receptoras de semen superior o que eventualmente sirvan como ovuladoras múltiples para realizar la transferencia embrionaria.

Lo anterior sólo se da en el marco de un bien estructurado programa de control (información) del rebaño lechero, que de hecho sucede en los países desarrollados, siendo deficiente en países en desarrollo.

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Optimizando el uso del semen sexado

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El semen bovino se debe descongelar a 35°C durante 45 segundos. Si esta temperatura no es exacta, una descongelación inadecuada puede afectar la calidad y viabilidad del semen.


Por: JODEE SATTLER (Estados Unidos)

Durante la segunda mitad del siglo XX (aproximadamente de 1955 a 2005), el rendimiento reproductivo del ganado lechero disminuyó considerablemente. Una variedad de factores –desde una mayor producción de leche, hasta una mayor endogamia y una nutrición inferior a la óptima– pueden haber contribuido a este retroceso.

Fisiólogos reproductivos, genetistas y otros expertos colaboradores de la industria láctea, algunos de ellos fueron convocados por el Consejo de Reproducción del Ganado Lechero de los Estados Unidos (DCRC, por sus siglas en inglés) para revertir esta tendencia negativa de la reproducción.

Durante la Reunión Anual del DCRC de 2022, el Dr. Paul Fricke, profesor de reproducción de ganado lechero de la Universidad de Wisconsin y especialista en Extensión, describió la “reversión”, es decir este gran cambio que comenzó en 2002, como una «revolución en la reproducción».

«El espectacular aumento de la reproducción se ha producido durante la última década (más o menos)», decía Fricke.

Si bien la mejora de la genética, la nutrición y los protocolos de manejo ayudaron a mejorar la reproducción del ganado lechero, la adopción de programas de fertilidad, como la inseminación artificial programada (IAT) y la resincronización de la ovulación (resincronización) después de un diagnóstico de falta de preñez, jugó un papel importante en el aumento del rendimiento reproductivo. Además, combinar los programas de fertilidad con nuevas tecnologías para la detección del estro, basadas en sistemas de seguimiento de la actividad, ayudó eficazmente a lograr mejores tasas de preñez.

Estrategias que conducen al progreso reproductivo

Durante esta revolución, el rendimiento y la economía del semen sexado mejoraron. Sin embargo, el rendimiento del semen sexado todavía está por detrás del rendimiento del semen convencional. El uso de semen sexado aumenta el progreso genético en los rebaños lecheros a través de una mayor intensidad de selección de madres (Khalajzadeh et al., 2012).

Otras estrategias incluyen pruebas genómicas o de pedigrí para identificar novillas y vacas genéticamente superiores, el uso de semen sexado para inseminar novillas lecheras genéticamente superiores y vacas lactantes equilibradas para las necesidades de reemplazo (Weigel et al., 2012) y el uso de semen de bovino de carne para inseminar novillas con méritos genéticos bajos y vacas para producir terneros cruzados con mayor valor en el mercado de la carne (Ettema et al., 2017).

«Esto ha llevado a una tendencia en rápida evolución a utilizar semen Holstein sexado, semen Holstein convencional y semen de bovino de carne convencional para inseminar hembras Holstein en los Estados Unidos», decía Fricke.

Mejorar la fertilidad con semen sexado

Dado el importante papel del semen sexado para ayudar a los productores lecheros a “dimensionar correctamente” sus hatos y capitalizar la mejor genética del rebaño, Fricke centró su presentación en estrategias de manejo para mejorar la fertilidad del semen sexado en novillas no lactantes y vacas lecheras lactantes.

Fricke explicó que las novillas no responden favorablemente a los protocolos de sincronización basados ​​únicamente en GnRH y PGF2α, como Ovsynch. La “clave” es incluir un inserto de progesterona intravaginal controlado (CIDR) durante el protocolo. Esta práctica evita que las novillas muestren estro hasta que se retira el inserto CIDR, lo que aumenta la sincronía con el protocolo.

La DCRC recomienda el protocolo CIDR-Synch de 5 días (https://www.dcrcouncil.org/protocols) para novillas lecheras. Fricke observó que del 27% al 33% de las novillas presentan estro >24 horas antes de la IAT programada con el protocolo CIDR-Synch de 5 días. «Esto hace que la detección del estro durante el protocolo CIDR-Synch de 5 días sea un requisito para lograr tasas de concepción aceptables», comentó.

Lauber et al. (2021) condujeron una prueba de campo para comparar programas de manejo reproductivo para el envío de novillas Holstein a su primera inseminación con semen sexado. Los investigadores evaluaron:

  • CIDR5 (sincronización CIDR de 5 días)
  • CIDR6 (sincronización CIDR de 6 días)
  • EDAI (la PGF2α en el día 0 fue seguida por una detección de estro una vez al día [detección visual de la eliminación de tiza de la cola y otros signos] e IA)

El equipo de investigación concluyó que, aunque retrasar el retiro del dispositivo CIDR 24 horas en un protocolo CIDR-Synch de cinco días suprimió la expresión temprana del estro antes de la IAT, retrasar la eliminación del CIDR 24 horas tendía a disminuir la preñez por inseminación artificial (P/IA) en novillas inseminadas con semen sexado.

Además, el sometimiento de las novillas a un protocolo CIDR-Synch de cinco días para la primera IA tendió a aumentar el P/IA y a disminuir el costo por preñez en comparación con las novillas EDAI. Fricke explicó que la disminución del costo por embarazo se debió a la disminución de los días de alimentación. Además, esta disminución del costo cubrió con creces el costo del protocolo CIDR-Synch de 5 días y resultó en una disminución general de $17 en el costo por preñez, en comparación con las novillas inseminadas al estro, después del tratamiento con prostaglandinas.

Momento de la IA: semen sexado versus semen convencional

¿El momento óptimo de IA es diferente para el semen sexado en comparación con el semen convencional? Parece que la respuesta es «sí».

Bombardelli et al. (2016) evaluaron el uso de semen sexado en vacas lactantes con un sistema de monitoreo de actividad en vacas Jersey a IAT en función del aumento de actividad. En general, la P/IA usando semen sexado fue mayor para las vacas Jersey inseminadas entre 23 y 41 horas después del inicio de la actividad, lo cual es más tarde que el momento óptimo para el semen convencional de cuatro a 12 horas (sistema radiotelemétrico) después del inicio de la actividad de pie. (Dransfield et al., 1998) u ocho a 16 horas (sistema de monitoreo de actividad) después del inicio de la actividad (Stevenson et al., 2014).

«La inseminación posterior de vacas de alta producción utilizando semen sexado puede ser óptima para las vacas inseminadas en celo», dijo Fricke. Esto se debe a que la ovulación ocurre más tarde en relación con el inicio del estro en vacas de alta producción a medida que aumenta la producción de leche cerca del momento del estro.

Programa de fertilidad: sincronización óptima de la IA con semen sexado

¿Cuál es el momento óptimo de la IA utilizando semen sexado cuando el intervalo entre el momento de la IA y la ovulación se controla mediante un programa de fertilidad en el primer servicio? Para abordar esta cuestión, Lauber et al. (2020) sometieron a vacas primíparas a un protocolo Doble-Ovsynch para el primer servicio que incluía un segundo tratamiento con PGF2α 24 horas después del primero en la parte del protocolo de reproducción-Ovsynch como lo describen Brusveen et al. (2009).

El último tratamiento con GnRH (G2) varió entre tratamientos y IAT. Para variar el intervalo entre G2 y TAI, las vacas fueron asignadas al azar a dos tratamientos para recibir G2 16 (G2-16) o 24 (G2-24) horas antes de TAI, que se fijó en 48 horas después del segundo tratamiento con PGF2α del programa de reproducción. -Porción Ovsynch del protocolo Double-Ovsynch.

El equipo de investigación encontró que las vacas G2-24 tenían menos P/AI que las vacas G2-16 a los 34 ± 3 días (44% vs. 50%) y 80 ± 17 días (41% vs. 48%) después de la IAT. La pérdida de preñeces y la proporción de sexos fetales no difirieron entre los tratamientos. La inducción de la ovulación más temprana en relación con el IAT después de un protocolo Doble-Ovsynch disminuyó la P/AI en vacas Holstein primíparas, mientras que la pérdida de preñez y la proporción de fetos femeninos no difirieron entre los tratamientos.

Estrategia de inseminación de primer servicio

En un estudio de campo, Lauber et al. (2022) incluyeron 742 vacas Jersey en lactancia, que fueron asignadas al azar según el número de etiqueta auricular y dentro del paridad para su presentación, ya sea al primer servicio después de un protocolo Double-Ovsynch (DO) o a un protocolo para la sincronización del estro con detección del estro dos veces al día (EDAI) utilizando semen Jersey sexado.

¿Los resultados? La media de días desde PGF2α (día 24) hasta IA fue mayor para las vacas EDAI que para las DO, mientras que la proporción de vacas inseminadas fue mayor para las vacas DO que para las EDAI (100% vs. 75%). “Así, el 75% de las vacas en el tratamiento EDAI fueron detectadas en estro e inseminadas, mientras que el 25% de las vacas no fueron detectadas en estro y fueron sometidas a IAT después de un protocolo Ovsynch para el primer servicio”, informó Fricke.

En pocas palabras: este estudio encontró que las vacas Jersey lactantes sometidas a un protocolo DO para IAT en el primer servicio tenían más P/AI para semen sexado y de carne que las vacas inseminadas después de la sincronización del estro.

 

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