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Emilio INTA: Sinónimo de más Pasto y más Granos en Argentina

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Un rendimiento 25% superior de materia verde y 34% más de granos, muy buena aptitud para el pastoreo además de buen comportamiento a frío y sequía, caracterizan a la nueva variedad de centeno en Argentina. 

El INTA Bordenave –Buenos Aires, Argentina– inscribió un nuevo cultivar de centeno diploide, caracterizado por tener alta producción de forraje, anclaje y rebrote, granos de buena calidad con buen porcentaje de proteínas, tolerancia a frío y sequía y óptima resistencia a las royas de la hoja.

Juan Carlos Tomaso, experto en mejoramiento genético de forrajes de invierno y uno de los obtentores del nuevo cultivar del INTA Bordenave, se refirió a la importancia de los verdeos invernales en el sistema de producción de carne y leche: “Emilio INTA significa un aporte de materia verde importante para la alimentación del ganado durante las estaciones otoño-invernales, y por lo tanto, repercute de manera positiva en la economía del productor”.

De producción otoño-invernal y crecimiento inicial lento, el nuevo cultivar tiene un índice de producción superior a variedades comerciales como Quehue INTA, Don Norberto INTA y Lisandro INTA.

“Durante ensayos comparativos con las variedades comerciales más difundidas en el Sur de Buenos Aires y La Pampa, Emilio INTA se mostró con un rendimiento 25% más en materia verde y un 9,1% superior en materia seca –17.275 y 4.630 kilogramos por hectáreas, respectivamente–”, expresó Tomaso.

Fernando Giménez, especialista en mejoramiento genético de cereales forrajeros del INTA Bordenave y obtentor del cereal, puntualizó que: “Si bien posee excelente anclaje –evita la pérdida de plantas por arranque durante el primer pastoreo– y óptimo rebrote, Emilio INTA se puede sembrar hasta 15 días antes que los centenos tradicionales y prolongar su pastoreo por 10 días más”.

La resistencia al frío, las heladas y la sequía son las características más importantes para un centeno de pastoreo para la zona Sur de Buenos Aires. “En Bordenave, durante los ensayos bajo pastoreo y corte, las temperaturas superaron los -18º C y el comportamiento del nuevo cereal fue óptimo: no se registraron pérdidas de plantas por congelamiento”, indicó Giménez.

Por otro lado, los granos demostraron un rendimiento promedio de 2.430 kilogramos por hectárea lo que significa un 34% superior a Don Norberto INTA (1.600 kg), un 22% mayor a Quehue INTA (1.899 kg) y un 21% más que Lisandro INTA (1.922 kg).

Para Giménez, esta mayor producción de grano es debido a la alta fertilidad floral y al mayor número de macollos fértiles, resultado de 19 años de investigación y selección direccionada. “En cuanto a la calidad comercial, los valores de peso hectolítrico, tamaño de grano y tenor de proteína resultaron muy buenos y también superaron a los cultivares testigos”.

Después de la avena, el centeno es el cereal forrajero de invierno con mayor superficie sembrada en el país, alcanzando en la actualidad las 400.000 hectáreas. El nuevo cultivar, posee buen comportamiento y resistencia frente a la roya de la hoja (Puccinia dispersa) y del tallo (Puccinia graminis).

Emilio INTA fue recientemente inscripto en el Registro Nacional de la Propiedad de Cultivares del INASE –Instituto Nacional de Semillas–, y su comercialización estará a cargo de la Asociación cooperadora de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Bordenave, Buenos Aires.

Fuente: INTA

 

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    Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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    Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

    En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

    Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

    Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

    En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

    Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

    Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

    El Estudio

    En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

    Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

    Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

    Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

    También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

    Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

    También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

    Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

    El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

    También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

    “Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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