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El sector ganadero puede y debe adaptar sus prácticas al cambio climático

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Las actividades ganaderas tienen un fuerte impacto ambiental y sus efectos se ven agravados por el cambio climático, por ello, es necesario que se modifique el paradigma de la producción agroalimentaria, ordenando e impulsando el crecimiento económico del sector mediante prácticas sostenibles. Así lo consideró la Coordinadora de Proyectos del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Leticia Deschamps, durante el V Congreso Internacional de Investigación Socioeconómica y Ambiental de la Producción Pecuaria.

En el evento, organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Deschamps expuso la propuesta de política pública de la Agenda de Cambio Climático y Producción Agroalimentaria que busca fortalecer la base productiva del sector ganadero, mediante el manejo adecuado de ecosistemas, insumos e infraestructura; y el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, la biodiversidad y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

“La implementación de la agenda es urgente para conciliar la dicotomía entre un sector amenazado y uno amenazante, y así convertirlo en un sector climáticamente responsable. El rápido crecimiento de la producción pecuaria de los últimos años ha liberado millones de toneladas de dióxido de carbono en la atmósfera y ocupa el tercer lugar en las emisiones nacionales”, dijo Deschamps.

De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU), a nivel mundial 91 % de las zonas forestales eliminadas son utilizadas en actividades relacionadas a la ganadería, lo que ha ocasionado pérdida de la biodiversidad en el planeta.

El congreso reunió a especialistas, académicos e investigadores, quienes hablaron de la producción ganadera, el impacto de la crisis ambiental y la huella ecológica de esta actividad desde la perspectiva de las ciencias sociales.

Sobre la agenda climática

La Agenda de Cambio Climático y Producción Agroalimentaria, que incluye a la ganadería, es una propuesta de 38 actores estratégicos del sector y cuenta con diferentes ejes temáticos, líneas estratégicas y actividades para lograr que sea un sector climáticamente responsable, resiliente, productivo, competitivo, sostenible e incluyente, y que garantice el respeto a los derechos humanos. Además, pretende contribuir a mitigar las emisiones de GEI, a adaptarse y a aprovechar sosteniblemente los recursos naturales.

La especialista del IICA mencionó que las predicciones climáticas señalan que, a nivel de América Latina, México es el país más expuesto a fenómenos meteorológicos extremos. Entre el 50 y el 57 % del territorio mexicano cambiará sus condiciones de temperatura y precipitación.

Las emisiones de México a nivel global son del 1.33 %, sin embargo, ocupa el lugar número 13 en emisiones de GEI. En ganadería primaria ocupa el onceavo lugar a nivel mundial, pero emite 10.3 % de las emisiones nacionales de dióxido de carbono equivalente (CO2e), añadió Deschamps.

“El cambio climático en la ganadería afecta directa e indirectamente la concentración de CO2 en las variaciones en el régimen de lluvias y temperatura, lo que impacta en mayor medida la biodiversidad, la salud y productividad animal, y la disponibilidad y calidad de forrajes y cultivos para alimentación animal”, afirmó la experta.

Actualmente, el IICA impulsa una de las propuestas de la Agenda de Cambio Climático y Producción Agroalimentaria en el subsector ganadero: el proyecto NAMA (Acciones Nacionalmente Apropiadas de Mitigación) de Ganadería Sustentable y de Bajas Emisiones en Condiciones de Pastoreo en México.

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Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

El Estudio

En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

“Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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