Los procedimientos que actualmente se emplean dejan mucho que desear. No se les da ningún cuidado especial y frecuentemente se les permite permanecer con la vaca durante casi todo el periodo de lactancia, lo que repercute desfavorablemente en lo económico para el ganadero que deja de percibir gran parte de su ganancia, retrasando además el periodo que debe quedar la vaca en gestación ya que su celo demorará en aparecer.
En Segundo lugar no se les da ningún alimento suplementario que complete los escasos nutrimentos aportados por el forraje que come. Tercero, se crían machos y hembras, lo que hace que haya menor rendimiento económico para el ganadero, ya que el ternero macho representa una interferencia al manejo rentable del ganado lechero. Cuarto, no se escogen las terneras de mayor calidad que se destinarán al reemplazo de las vacas de descarte.
El solo hecho de no darles alimento balanceado es causa que los animales no lleguen a su pleno desarrollo, alcanzando un alto índice de mortalidad en esta etapa.
La crianza de terneras para la renovación del establo es una labor difícil debido a los parásitos y enfermedades que casi siempre se presentan cuando los becerros no tienen suficiente vigor y resistencia. El dueño del establo tiene que estar atento para prevenir y combatir estos males, manteniendo los becerros en buenas condiciones higiénicas, lo que se consigue con ternereras o cunas portátiles (ver instalaciones) y una alimentación adecuada.
Se recomienda administrar minerales, vitaminas (hidrosolubles y liposolubles) y aminoácidos. Un promotor de producción que mejore el metabolismo del calcio y el fósforo como el Hematec, que es un potente reconstituyente para animales que han sido tratados contra parásitos y/o contra enfermedades infecciosas.
Extracto de libro Guía Práctica del Ganado Lechero. Autor Héctor Álvarez Morales, pag 39