Un equipo en Nueva Zelanda está usando la edición del genoma CRISPR para obtener vacas con manchas grises en lugar de negras, lo que disminuiría la cantidad de calor que absorbe el animal mientras está pastando.
En la publicación del portal New Scientist, se develó que el objetivo es reducir el estrés calórico de los semovientes debido al calentamiento global, específicamente aquellos adaptados a regiones frías pero que están subiendo de temperatura con el paso de años.
“La edición del genoma es un enfoque prometedor para mejorar y adaptar rápidamente el ganado a las condiciones ambientales cambiantes”, dijo Goetz Laible de AgResearch en Nueva Zelanda.
Por otro lado, el medio Daily Mail de Reino Unido explicó que los científicos aplicaron un método de edición genética para salvar a las vacas del cambio climático, eliminando el gen que causa manchas negras en el pelaje de vacas holstein.
La mutación genética fue conducida específicamente en las células de la piel fetales de un macho holstein friesian, una raza que se ha empleado para la producción de leche alrededor del mundo, y se cultivaron en una placa de Petri.
De este modo, suprimieron con éxito el gen de la proteína 17 pre-melanosomal, que causa la coloración negra, y produjo en “un fuerte efecto de dilución de color”.
En consecuencia, nacieron dos terneros con pelaje blanco y gris, en lugar de blanco y negro, como se reconoce a este tipo de ganado vacuno. Para ello aplicaron la edición del genoma CRISPR, aplicando también un proceso de clonación además de la alteración.
“En comparación con un pelaje claro, el color negro absorbe más radiación solar que se traduce en una ganancia de calor, un factor que contribuye al estrés calórico en el ganado, impactando negativamente en sus niveles de producción, fertilidad y bienestar”, reveló el estudio.
Y agregó: “Para adaptar mejor el ganado lechero a las condiciones climáticas rápidamente cambiantes con predicciones de patrones de temperatura cálida más frecuentes y prolongados, nuestro objetivo era aclarar el color de su pelaje mediante la edición del genoma”.
El estrés calórico en vacas lecheras es, según los expertos, una de las principales causas de disminución de la producción y la fertilidad durante los meses de verano.
Los animales pueden soportar temperaturas entre -3º y 18ºC, pero por encima de los 26º, el ganado reduce su ingesta de alimentos, lo que resulta en una menor producción de leche. Ahora, con el paso de los años, los veranos se vuelven cada vez más cálidos.
Ante este problema, el equipo de AgResearch utilizó un método de clonación para crear embriones que serían modificados genéticamente con la herramienta CRISPR/Cas9, que en días pasados hizo merecedoras a dos desarrolladoras al Premio Nobel de Química.
“Después de siete días de cultivo in vitro, los embriones individuales se transfirieron sin cirugía a vacas receptoras sincronizadas para su desarrollo a término”, según el estudio.
Una vez nacieron los dos terneros, se confirmó que las marcas que debería ser negras eran de color gris plateado, en tanto que “las áreas blancas no se vieron afectadas”. El equipo también determinó que no mostraban otros signos de posibles mutaciones fuera del objetivo.
Sin embargo, no todo son noticias positivas: después de cuatro semanas, uno de los terneros tuvo que ser sacrificado y el otro murió de una infección debido al proceso de clonación. Laible explicó que la clonación no era necesaria e intentarán descartarla en próximos ensayos.
De otro lado, si bien el estudio analizó vacas lecheras, los investigadores creen que el mismo método se puede aplicar a razas de carne como el ganado black angus.
“En general, nuestro estudio ejemplificó y validó la edición del genoma como un nuevo enfoque prometedor para la rápida adaptación del ganado a las cambiantes condiciones ambientales”, concluyó el estudio.