Noticias Internacionales

La Ivermectina Reduce la Carga Viral en Pacientes Infectados con SARS-CoV-2

Publicado

en

(1.307 lecturas vistas)

COMPARTIR

Una investigación interdisciplinaria realizada íntegramente en la Argentina, enmarcada en la Unidad Coronavirus, revela que esta molécula antiparasitaria tiene efectos antivirales en pacientes con COVID-19.

En abril de este año, cuando en la Argentina se transitaban las primeras semanas del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) dispuesto por el gobierno nacional a causa de la pandemia de COVID-19, apareció publicada en la revista Antiviral Research una investigación de científicos australianos en la que se demostraba que la ivermectina, un fármaco utilizado habitualmente en humanos y animales como antiparasitario, inhibía la replicación del SARS-CoV-2 en cultivos celulares in vitro.

A partir del conocimiento de esta noticia, diferentes equipos de investigación argentinos con experiencia en el conocimiento farmacológico y en la realización en ensayos clínicos con ivermectina en dosis más elevadas a las que suele prescribírsela, o que venían realizando estudios exploratorios en torno a la posibilidad usar este fármaco para el tratamiento de otras enfermedades -lo que se conoce como reposicionamiento de drogas-, decidieron aunar esfuerzos y experticias para poner a prueba, mediante ensayos clínicos in vivo, si esta molécula antiparasitaria tenía efectos antivirales en pacientes con COVID-19.

Fue bajo este objetivo que se conformó un consorcio público-privado entre equipos de investigación del Instituto de Investigaciones de Enfermedades Tropicales de la Universidad Nacional de Salta (IIET, UNSa), el Centro de Investigación Veterinaria de Tandil (CIVETAN, CONICET-UNCPBA-CICPBA), la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), la Unidad de Virología y Epidemiología Molecular del Hospital ”Prof. Dr. Juan P. Garrahan” y el Laboratorio Elea Phoenix S.A., que también colaboró en la co-financiación del proyecto.

“Con la propuesta de evaluar el efecto antiviral de la ivermectina sobre el SARS-CoV-2 en pacientes infectados, nos postulamos a la convocatoria extraordinaria lanzada por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (Agencia I+D+i) para la presentación de proyectos orientados a mejorar la capacidad nacional de respuesta a la pandemia, y así conseguimos parte del financiamiento que necesitábamos para poder llevarla adelante”, afirma Alejandro Krolewiecki, investigador del CONICET en el IIET e Investigador Responsable y uno de los líderes del proyecto.

El anuncio de los resultados

El 23 de septiembre pasado, a través de una comunicación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, el equipo de investigación anunció que la administración de ivermectina en dosis de 0,6 miligramos por kilo de peso -el triple de lo que usa habitualmente como dosis antiparasitaria- produce un incremento significativo en la eliminación del SARS-CoV-2. Los resultados fueron obtenidos a partir de un ensayo clínico realizado sobre 45 pacientes adultos con COVID-19 en un estado temprano de la enfermedad y con síntomas leves o moderados: 30 a los que se les administró la misma dosis del medicamento, y 15 casos control a los que no se les suministró ningún tratamiento.

A modo de seguimiento, se hicieron mediciones de seguridad sobre el efecto del fármaco, así como de cuantificación de virus en secreciones respiratorias y de niveles de concentración de ivermectina en sangre. De acuerdo con el comunicado, los pacientes que recibieron la droga presentaron una respuesta antiviral significativamente diferente a la de los casos control, lo que se evidenció en la disminución significativa de la carga viral en secreciones respiratorias.

“Se trata de un trabajo desarrollado íntegramente en la Argentina que se convierte en la primera evidencia científica sólida disponible a nivel mundial para mostrar el efecto de la ivermectina sobre el SARS-CoV-2 bajo condiciones in vivo en pacientes infectados. “En su conjunto, esto es una contribución científica de mucho valor. Estamos muy orgullosos de este logro”, señala Carlos Lanusse, investigador del CONICET, director del CIVETAN y otro de los líderes del proyecto.

De acuerdo con el comunicado publicado en la página de MINCYT, en este momento el proyecto cuenta con aprobaciones de la ANMAT y deberá definir a futuro el mejor modo para determinar si el efecto identificado se traduce en una utilidad clínica y/o epidemiológica, así como el modo de administración con las necesarias medidas de seguridad y eficacia.

Un estudio conclusivo y esclarecedor

“Creo que algo que hay que destacar de este trabajo es la complementariedad disciplinar que se logró entre los diferentes equipos para abordar el tema. El resultado al que llegamos es muy conclusivo en términos científicos, yo diría que es uno de los aportes más importantes que se generaron en el marco de la búsqueda de herramientas terapéuticas frente al SARS-CoV-2. Es esclarecedor respecto de la acción de la ivermectina en la disminución de la carga viral en pacientes infectados, así como sobre la interpretación de los niveles de concentración del fármaco que son necesarios para su acción sea efectiva. En este sentido, este estudio es además relevante porque muestra con claridad que las dosis a la que se ha recomendado el uso de ivermectina durante este tiempo de pandemia, similares a aquellas en las que se la suministra como antiparasitario, no serían terapéuticamente eficientes para el tratamiento de COVID-19”, destaca Carlos Lanusse.

El Laboratorio de Farmacología Veterinaria del CIVETAN que lidera Lanusse cuenta con una amplia experiencia en la caracterización de las propiedades farmacológicas de la ivermectina, junto con otras moléculas de la misma familia química (lactonas macrocíclicas), como fármaco antiparasitario en salud animal. Además, con anterioridad a la pandemia ya habían trabajado en otro proyecto liderado por Krolewiecki y el equipo de investigación del IIET -centro de referencia en el diseño de estrategias y herramientas para el control de enfermedades endémicas y en la realización de ensayos clínicos-, en el que con fines antiparasitarios se administraron dosis de ivermectina mayores a las usuales.

De acuerdo con Krolewiecki, fueron estos estudios previos, junto con una revisión sistemática de la literatura respecto del uso de la ivermectina en humanos en cantidades mayores a las habituales (realizada por su grupo en el marco una colaboración multicéntrica internacional), los que permitieron recolectar la información de seguridad necesaria para poder determinar que no implicaba mayores riesgos, en términos de toxicidad, poner a prueba clínicamente en pacientes infectados con SARS-CoV-2 lo que los investigadores australianos habían demostrado in vitro. “En este sentido, podríamos decir que la pandemia nos encontró ya muy preparados”, comenta el investigador.

Mecanismo de acción de la droga

“Por lo que pudimos conocer hasta ahora, es posible inferir que la ivermectina actúa sobre las células huésped de los pacientes y no ataca directamente al patógeno. Hay que tener en cuenta que los virus para poder sobrevivir y reproducirse necesitan infectar células de un huésped y utilizar su maquinaria para multiplicarse. La impresión que tenemos es que si podemos farmacológicamente modular el comportamiento de estas células, hacerlas más resistentes y bloquearles ciertos mecanismos que aprovecha en su favor el SARS-CoV-2, se puede hacer que el paciente sea también más resistente a la infección”, señala Daniel Alonso, investigador del CONICET en el en el Centro de Oncología Molecular y Traslacional (COMTra) de la UNQ y líder de otro de los equipos que participaron del proyecto.

Aunque el equipo de trabajo de Alonso -tal como lo indica el nombre del centro en el que desempeñan sus tareas- no trabaja en el estudio enfermedades infecciosas como el COVID-19, sino en cáncer, cuenta con importante experiencia en el campo del reposicionamiento de drogas, es decir, en la búsqueda de nuevos usos para fármacos cuya comercialización ya se encuentra aprobada por los entes reguladores.

Específicamente, en relación con la ivermectina, antes de que aparecieran los primeros caso de COVID-19 el grupo de Alonso trabajaba en su testeo en modelos tumorales de cáncer in vitro. El surgimiento de la pandemia a comienzos de este año, los llevó circunstancialmente a direccionar sus esfuerzos -así como su experticia y conocimientos- hacia el estudio de los efectos antivirales de esta droga en pacientes con COVID-19, en el marco de un equipo interdisciplinario más amplio.

La apertura de nuevas oportunidades

Poder caracterizar de un modo más completo los mecanismos de acción de la ivermectina, tarea en la que el equipo continúa trabajando, es fundamental para aquello que más ilusiona a los investigadores: las oportunidades que se abren a partir de los resultados y las conclusiones que se obtuvieron en esta investigación. Por ejemplo, para poder determinar si otros fármacos podrían ayudar a optimizar los efectos antivirales de la ivermectina o para buscar otras estrategias que mejoren la efectividad del tratamiento.

“Algo que me gustaría destacar es que estos resultados no son importantes solo a nivel local y su impacto no se limita a nuestro medio. Toda la comunidad científica internacional esperaba algún resultado de un estudio metodológicamente indisputable, como el que hicimos nosotros, para tener información precisa y basada en datos sobre el efecto de la ivermectina en pacientes con COVID-19. A partir de esto se pueden hacer ensayos clínicos, ya no con objetivos virológicos, sino sobre su impacto en el curso de la enfermedad, o incluso para probar su utilidad en términos epidemiológicos”, señala Krolewiecki.

El uso de ivermectina en etapas tempranas de la enfermedad

De acuerdo con los resultados de la investigación, para un posible tratamiento de la COVID-19, la ivermectina debería ser administrada preferentemente durante la etapa temprana de la enfermedad, y no en la tardía que es en la que suelen aparecer las mayores complicaciones.

“Un dato que esperábamos encontrar y que pudimos confirmar en los pacientes no tratados (los casos control) es que la carga viral tiende a un control inmunológico y a un descenso espontáneo. Por lo cual, un tratamiento farmacológico destinado a disminuir a mayor velocidad la cantidad de partículas virales en el organismo tiene más posibilidades de ser efectivo cuando todavía hay virus en circulación y se están gatillando respuestas inflamatorias”, advierte Krolewiecki. En este sentido, parece necesario señalar que es posible que un paciente con COVID-19 con un cuadro respiratorio grave no tenga ya una carga viral alta.

El vínculo entre la concentración de la droga y la carga viral

De acuerdo con los investigadores, los modelos in vitro tienen limitaciones vinculadas a ignorar el componente inmunológico del huésped y a no tomar en cuenta el balance entre concentración de droga y carga viral, algo que debe evaluarse cuando se estudia el efecto fármacos en el tratamiento de infecciones respiratorias agudas.

“En este sentido, algo que hay que destacar, a partir del seguimiento que se les hizo a los pacientes, es que se observó que el efecto de disminución de la carga viral depende directamente de la concentración de la droga que se alcanza los tejidos donde se aloja el virus. Esta observación original de la relación entre la cinética del fármaco y la dinámica de la respuesta antiviral se traduce en que en aquellos pacientes que lograron un umbral determinado de concentración de ivermectina circulante, la respuesta terapéutica fue muy buena, señala Lanusse.

Leer más
Click para comentar

Deja un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Noticias Internacionales

Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

Publicado

en

COMPARTIR

Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

El Estudio

En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

“Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

Leer más

Noticias Internacionales

Ecuador está listo para iniciar su negocio de exportación de bovinos a Medio Oriente

Publicado

en

COMPARTIR

Leer más

Noticias Internacionales

El Salvador promueve la ganadería sostenible

Publicado

en

COMPARTIR

Leer más

Tendencia