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Una Nueva Herramienta Abre la Puerta de la Financiación Climática para el Sector Lácteo

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Una metodología innovadora busca impulsar los ingresos para las pequeñas explotaciones agrícolas y un sector ganadero más ecológico, gracias al mercado del carbono

El sector lácteo podría participar pronto en el mercado internacional de créditos de carbono, gracias a una nueva metodología que permite a los agricultores y responsables de proyectos documentar de manera fiable cómo están reduciendo las emisiones nocivas de gases de efecto invernadero: un paso que conducirá a nuevas fuentes de financiación para la industria ganadera y fomentará las inversiones en los pequeños productores.

Esta innovadora Metodología para pequeños productores lácteos de la FAO, aborda dos grandes desafíos a los que se enfrenta hoy la agricultura: la necesidad de hacerla más productiva aumentando los rendimientos, al tiempo que se reduce la huella de carbono del sector agrícola. Al abrirse nuevas puertas de financiación, se plantea la cuestión clave de cómo financiar la necesaria transición hacia un sector ganadero más ecológico.

Desarrollada por la FAO y sus asociados, esta metodología identifica por primera vez de forma clara áreas dentro de la producción láctea donde pueden reducirse las emisiones de gases de efecto invernadero -por ejemplo, cambiando la composición de los piensos o la manera de suministrarlos, o mejorando la eficiencia energética de los equipos- y explica cómo pueden medirse y reportarse esas reducciones.

Es importante destacar que ha sido certificada por Gold Standard, un organismo independiente que evalúa los proyectos climáticos dentro del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) de la ONU y garantiza que se realicen reducciones genuinas de emisiones.

Esta certificación es clave para permitir que los pequeños productores lácteos reciban créditos de carbono aceptados internacionalmente a cambio de reducir las emisiones. Estos créditos pueden venderse en los mercados de carbono: un flujo de ingresos potenciales que crea un incentivo financiero para que la industria láctea se haga más verde y abra nuevas oportunidades para que los pequeños productores tengan acceso a financiación para sus explotaciones.

«Invertir para que las pequeñas explotaciones lecheras sean más productivas es una manera eficiente de reducir simultáneamente las emisiones de gases de efecto invernadero y garantizar la seguridad alimentaria», aseguró Henning Steinfeld, Jefe de la Dirección de Información Ganadera y de Análisis y Política del sector de la FAO. «Esta metodología –añadió- ayudará a canalizar fondos para proyectos que tendrán un impacto real en los medios de vida de millones de pequeños productores lácteos».

Según Steinfeld, la producción de leche tendrá que crecer en 144 millones de toneladas en 2025 para satisfacer una creciente demanda.

Los cambios estratégicos en la estabulación y alimentación de los animales, en el manejo de su estiércol y en la selección de razas que producen más leche con igual cantidad de insumos, son la clave para cubrir esa demanda prevista con el menor daño ambiental posible.

Un Cambio Radical

Con los actuales planes de créditos de carbono, los promotores de proyectos -como gobiernos, empresas y ONGs- pueden solicitar permisos que permiten a sus iniciativas emitir una cierta cantidad de gases de efecto invernadero, como dióxido de carbono o metano. Si un proyecto logra emitir menos gases que la asignación total que ha recibido, los gestores pueden canjear los «créditos de carbono» restantes en el mercado libre, lo que conlleva incentivos financieros para que adopten tecnologías y prácticas de manejo respetuosas con el medio ambiente.

Pero hasta ahora, la financiación climática -y los mercados de carbono en particular- estaban vedados al sector ganadero, en parte porque no había una metodología para calcular los créditos y certificar los recortes de emisiones. La nueva herramienta establece ahora unas normas globales que colman esta brecha.

Impulso al Sector Lácteo en Kenia

En Kenia, que ha servido de campo de ensayo para la nueva metodología, ésta forma ya parte del esfuerzo del país para intensificar de manera sostenible su industria láctea dentro de su plan nacional de acción climática.

Debido a que en el sector ganadero de Kenia predominan los pequeños campesinos con acceso limitado a tecnologías para aumentar la productividad, ésta ha sido tradicionalmente baja en el sector lácteo y por ello las emisiones por unidad de leche son elevadas. Esto significa que hay una oportunidad única de hacer que este sector sea más productivo y respetuoso con el medio ambiente, usando las nuevas tecnologías y prácticas de gestión de los recursos.

Con la nueva herramienta, el gobierno de Kenia es capaz de supervisar, cuantificar y certificar que sus intervenciones resultan de hecho en una menor intensidad de emisiones, es decir, menos gases de efecto invernadero por unidad de leche. Ello resulta esencial para involucrar al sector lácteo en los compromisos climáticos internacionales del país y ha permitido a Kenia ampliar sus Medidas de mitigación apropiadas para cada país (NAMA, por sus siglas en inglés) a este sector.

Existen beneficios adicionales, además de reducir las emisiones. Para los pequeños productores lácteos -unos 750 millones en todo el mundo- los cambios a nivel de las explotaciones que aumentan el rendimiento de la leche aportan también una mayor seguridad alimentaria y más ingresos. Aumentar las inversiones en la agricultura tiende además a impulsar el desarrollo de las zonas rurales en general.

Emisiones

Las emisiones de gases de efecto invernadero de la producción lechera varían mucho en todo el mundo. Algunos países tienen sistemas de producción que emiten tan sólo 1,7 kg de dióxido de carbono equivalente por kg de leche (CO2eq/kg), mientras que en otros puede ser cinco veces más alto, alcanzando hasta 9 kg de CO2eq por kg de leche . Pero estas grandes diferencias no sólo aparecen en las comparaciones entre países, sino que también pueden ser muy marcadas dentro de los propios países. Por ejemplo, las emisiones medias de Kenia procedentes de la leche son de 3,7 CO2eq/kg -en comparación con el promedio mundial de 2,8- pero las emisiones varían de 3 a 8 CO2eq/kg dependiendo de la granja. Esto pone de relieve el destacado impacto que los diferentes métodos de producción pueden tener sobre las emisiones de carbono y el potencial para la mitigación climática.

En la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Marrakech (COP22) se prestará mucha atención a encontrar formas innovadoras de financiar la labor de adaptación y mitigación climática y cumplir con los compromisos contraídos en virtud del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático.

La nueva metodología ha sido desarrollada por la FAO en colaboración con el Instituto Internacional de Investigación Ganadera, el Departamento Estatal de Ganadería de Kenya y las sociedades Unique Forestry and Land Use (Alemania) y Climate Check Corporation (Canadá).

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    Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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    Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

    En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

    Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

    Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

    En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

    Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

    Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

    El Estudio

    En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

    Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

    Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

    Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

    También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

    Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

    También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

    Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

    El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

    También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

    “Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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