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Uso de Grasas Protegidas en la Alimentación de Vacas Lecheras

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Autores: Carlos Gómez, PhD. Profesor de las Universidades Nacional Agraria La Molina; Peruana Cayetano Heredia y Científica del Sur.
Ing. Melisa Fernández. Investigadora asociada de la Universidad Nacional Agraria La Molina; Profesora de la Universidad Científica del Sur.

Las vacas que producen altas cantidades de leche durante la lactación temprana presentan un balance energético negativo; es decir, el consumo de energía es menor a su requerimiento, debido a lo cual las vacas pierden peso al movilizar grasa corporal para cubrir su demanda energética.

Las grasas en los alimentos contienen mayor densidad energética que los carbohidratos o proteínas por lo que pueden usarse en las raciones para incrementar el consumo de energía en vacas de alta producción y minimizar dicha pérdida de peso. Pero esto funciona solo hasta cierto nivel porque si se excede al 5% del consumo de materia seca de la ración como grasa se puede afectar desfavorablemente la función ruminal y digestibilidad de la fibra en el alimento.

Actualmente existen en el mercado fuentes de grasas inertes en el rumen, llamadas también sobrepasantes o protegidas las que pueden suministrase sobre el nivel máximo de grasa indicado anteriormente debido a que no tienen el efecto desfavorable mencionado sobre la función ruminal.

El concepto de grasa protegida se refiere a ácidos grasos que a nivel del rumen no se transforman pero que son digeridos en el intestino delgado (Palmquist, 1993). Las grasas inertes son grasas comerciales preparadas para lograr un alto grado de protección en el rumen, siendo su composición básica dependiente de los ácidos grasos que la componen (Grant and Kubit, 1996).

Las grasas inertes comerciales son triglicéridos de ácidos grasos con niveles variables de hidrogenación o sales de calcio de ácidos grasos de cadena larga (grasas cálcicas) que tienen una baja solubilidad en el rumen (Davis, 1993).

Grasas cálcicas

Las grasas cálcicas o jabones de calcio de ácido grasos vegetales han sido ampliamente usadas como fuente de grasa sobrepasante en el rumen debido a que presentan baja (<20%) disociación en el rumen a pH < 6.0 y aun son satisfactoriamente estables a pH 5.5. En el abomaso, sin embargo, el pH disminuye 2-2.5 por lo que se disocian, dando lugar a calcio y a los ácidos grasos libres correspondientes que son digeridos en el intestino delgado (Mateos et al, 1996)

La mayoría de las grasas cálcicas disponibles en el mercado se fabrican a partir de los ácidos grasos destilados de la palma, cuyo perfil de ácidos grasos es apropiado para rumiantes, ya que su punto de fusión está en el rango de los 38 – 390C el cual es próximo a la temperatura corporal del animal. La composición química de estas grasas se presenta en el cuadro 1.

Grasas con variable erado de hidrogenación

El proceso de obtención en este tipo de grasas consiste en hidrogenar parcialmente los dobles enlaces de diversas grasas a fin de elevar su punto de fusión, reduciendo de esta forma su actividad en el rumen por ser más insolubles. Las principales fuentes utilizadas en la confección de estas grasas son sebos y subproductos del refinado del aceite de palma y de pescado. Su composición química típica se presenta en el Cuadro 1. Apréciese que las grasas hidrogenadas presentan un alto porcentaje de saturación que contribuye con su capacidad de sobrepasante ruminal a diferencia de los jabones cálcicos que presentan un bajo porcentaje de ácidos grasos saturados siendo que estos han sido unidos a calcio haciéndolos relativamente insolubles en el rumen y de esta forma no afectan la digestión de la fibra.

Ventajas y desventajas comparativas entre jabones cálcicos y grasas hidrogenadas

Los jabones cálcicos permiten que una mayor proporción de ácidos grasos insaturados alcance el intestino delgado por lo que la digestibilidad intestinal de la grasa tiende a aumentar lo que se diferencia de las grasas hidrogenadas en la que la hidrogenación de los ácidos grasos, especialmente los de cadena larga, reduce su digestibilidad (Cuadro 2).

Uno de los inconvenientes de los jabones cálcicos es su menor palatabilidad y su alto contenido de calcio. Esto último debe tenerse en cuenta a la hora de formular, tanto en relación a su aporte como por el menor contenido energético por unidad de producto comercial esto a diferencia de las grasas hidrogenadas que presentan una mayor palatabilidad y mayor contenido total de grasa.

Uso estratégico de grasas inertes

El suministro de grasas sobrepasantes es apropiado para aquellas vacas de alta producción o al inicio de la lactación en donde los insumos tradicionales de la ración no proporcionan suficiente energía para sostener la alta producción de leche, condición corporal y eficiencia reproductiva. Sin embargo, para un uso eficaz del suplemento graso deberá de calcularse el costo por unidad de energía de dicho suplemento graso. En el cuadro 3 se presentan valores promedios de Energía Neta de Lactación para grasas comerciales. En el caso que se utilice una grasa diferente es necesario considerar su contenido de grasa y digestibilidad del suplemento graso para poder determinar con mayor precisión su valor energético.

 

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Optimizando el uso del semen sexado

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El semen bovino se debe descongelar a 35°C durante 45 segundos. Si esta temperatura no es exacta, una descongelación inadecuada puede afectar la calidad y viabilidad del semen.


Por: JODEE SATTLER (Estados Unidos)

Durante la segunda mitad del siglo XX (aproximadamente de 1955 a 2005), el rendimiento reproductivo del ganado lechero disminuyó considerablemente. Una variedad de factores –desde una mayor producción de leche, hasta una mayor endogamia y una nutrición inferior a la óptima– pueden haber contribuido a este retroceso.

Fisiólogos reproductivos, genetistas y otros expertos colaboradores de la industria láctea, algunos de ellos fueron convocados por el Consejo de Reproducción del Ganado Lechero de los Estados Unidos (DCRC, por sus siglas en inglés) para revertir esta tendencia negativa de la reproducción.

Durante la Reunión Anual del DCRC de 2022, el Dr. Paul Fricke, profesor de reproducción de ganado lechero de la Universidad de Wisconsin y especialista en Extensión, describió la “reversión”, es decir este gran cambio que comenzó en 2002, como una «revolución en la reproducción».

«El espectacular aumento de la reproducción se ha producido durante la última década (más o menos)», decía Fricke.

Si bien la mejora de la genética, la nutrición y los protocolos de manejo ayudaron a mejorar la reproducción del ganado lechero, la adopción de programas de fertilidad, como la inseminación artificial programada (IAT) y la resincronización de la ovulación (resincronización) después de un diagnóstico de falta de preñez, jugó un papel importante en el aumento del rendimiento reproductivo. Además, combinar los programas de fertilidad con nuevas tecnologías para la detección del estro, basadas en sistemas de seguimiento de la actividad, ayudó eficazmente a lograr mejores tasas de preñez.

Estrategias que conducen al progreso reproductivo

Durante esta revolución, el rendimiento y la economía del semen sexado mejoraron. Sin embargo, el rendimiento del semen sexado todavía está por detrás del rendimiento del semen convencional. El uso de semen sexado aumenta el progreso genético en los rebaños lecheros a través de una mayor intensidad de selección de madres (Khalajzadeh et al., 2012).

Otras estrategias incluyen pruebas genómicas o de pedigrí para identificar novillas y vacas genéticamente superiores, el uso de semen sexado para inseminar novillas lecheras genéticamente superiores y vacas lactantes equilibradas para las necesidades de reemplazo (Weigel et al., 2012) y el uso de semen de bovino de carne para inseminar novillas con méritos genéticos bajos y vacas para producir terneros cruzados con mayor valor en el mercado de la carne (Ettema et al., 2017).

«Esto ha llevado a una tendencia en rápida evolución a utilizar semen Holstein sexado, semen Holstein convencional y semen de bovino de carne convencional para inseminar hembras Holstein en los Estados Unidos», decía Fricke.

Mejorar la fertilidad con semen sexado

Dado el importante papel del semen sexado para ayudar a los productores lecheros a “dimensionar correctamente” sus hatos y capitalizar la mejor genética del rebaño, Fricke centró su presentación en estrategias de manejo para mejorar la fertilidad del semen sexado en novillas no lactantes y vacas lecheras lactantes.

Fricke explicó que las novillas no responden favorablemente a los protocolos de sincronización basados ​​únicamente en GnRH y PGF2α, como Ovsynch. La “clave” es incluir un inserto de progesterona intravaginal controlado (CIDR) durante el protocolo. Esta práctica evita que las novillas muestren estro hasta que se retira el inserto CIDR, lo que aumenta la sincronía con el protocolo.

La DCRC recomienda el protocolo CIDR-Synch de 5 días (https://www.dcrcouncil.org/protocols) para novillas lecheras. Fricke observó que del 27% al 33% de las novillas presentan estro >24 horas antes de la IAT programada con el protocolo CIDR-Synch de 5 días. «Esto hace que la detección del estro durante el protocolo CIDR-Synch de 5 días sea un requisito para lograr tasas de concepción aceptables», comentó.

Lauber et al. (2021) condujeron una prueba de campo para comparar programas de manejo reproductivo para el envío de novillas Holstein a su primera inseminación con semen sexado. Los investigadores evaluaron:

  • CIDR5 (sincronización CIDR de 5 días)
  • CIDR6 (sincronización CIDR de 6 días)
  • EDAI (la PGF2α en el día 0 fue seguida por una detección de estro una vez al día [detección visual de la eliminación de tiza de la cola y otros signos] e IA)

El equipo de investigación concluyó que, aunque retrasar el retiro del dispositivo CIDR 24 horas en un protocolo CIDR-Synch de cinco días suprimió la expresión temprana del estro antes de la IAT, retrasar la eliminación del CIDR 24 horas tendía a disminuir la preñez por inseminación artificial (P/IA) en novillas inseminadas con semen sexado.

Además, el sometimiento de las novillas a un protocolo CIDR-Synch de cinco días para la primera IA tendió a aumentar el P/IA y a disminuir el costo por preñez en comparación con las novillas EDAI. Fricke explicó que la disminución del costo por embarazo se debió a la disminución de los días de alimentación. Además, esta disminución del costo cubrió con creces el costo del protocolo CIDR-Synch de 5 días y resultó en una disminución general de $17 en el costo por preñez, en comparación con las novillas inseminadas al estro, después del tratamiento con prostaglandinas.

Momento de la IA: semen sexado versus semen convencional

¿El momento óptimo de IA es diferente para el semen sexado en comparación con el semen convencional? Parece que la respuesta es «sí».

Bombardelli et al. (2016) evaluaron el uso de semen sexado en vacas lactantes con un sistema de monitoreo de actividad en vacas Jersey a IAT en función del aumento de actividad. En general, la P/IA usando semen sexado fue mayor para las vacas Jersey inseminadas entre 23 y 41 horas después del inicio de la actividad, lo cual es más tarde que el momento óptimo para el semen convencional de cuatro a 12 horas (sistema radiotelemétrico) después del inicio de la actividad de pie. (Dransfield et al., 1998) u ocho a 16 horas (sistema de monitoreo de actividad) después del inicio de la actividad (Stevenson et al., 2014).

«La inseminación posterior de vacas de alta producción utilizando semen sexado puede ser óptima para las vacas inseminadas en celo», dijo Fricke. Esto se debe a que la ovulación ocurre más tarde en relación con el inicio del estro en vacas de alta producción a medida que aumenta la producción de leche cerca del momento del estro.

Programa de fertilidad: sincronización óptima de la IA con semen sexado

¿Cuál es el momento óptimo de la IA utilizando semen sexado cuando el intervalo entre el momento de la IA y la ovulación se controla mediante un programa de fertilidad en el primer servicio? Para abordar esta cuestión, Lauber et al. (2020) sometieron a vacas primíparas a un protocolo Doble-Ovsynch para el primer servicio que incluía un segundo tratamiento con PGF2α 24 horas después del primero en la parte del protocolo de reproducción-Ovsynch como lo describen Brusveen et al. (2009).

El último tratamiento con GnRH (G2) varió entre tratamientos y IAT. Para variar el intervalo entre G2 y TAI, las vacas fueron asignadas al azar a dos tratamientos para recibir G2 16 (G2-16) o 24 (G2-24) horas antes de TAI, que se fijó en 48 horas después del segundo tratamiento con PGF2α del programa de reproducción. -Porción Ovsynch del protocolo Double-Ovsynch.

El equipo de investigación encontró que las vacas G2-24 tenían menos P/AI que las vacas G2-16 a los 34 ± 3 días (44% vs. 50%) y 80 ± 17 días (41% vs. 48%) después de la IAT. La pérdida de preñeces y la proporción de sexos fetales no difirieron entre los tratamientos. La inducción de la ovulación más temprana en relación con el IAT después de un protocolo Doble-Ovsynch disminuyó la P/AI en vacas Holstein primíparas, mientras que la pérdida de preñez y la proporción de fetos femeninos no difirieron entre los tratamientos.

Estrategia de inseminación de primer servicio

En un estudio de campo, Lauber et al. (2022) incluyeron 742 vacas Jersey en lactancia, que fueron asignadas al azar según el número de etiqueta auricular y dentro del paridad para su presentación, ya sea al primer servicio después de un protocolo Double-Ovsynch (DO) o a un protocolo para la sincronización del estro con detección del estro dos veces al día (EDAI) utilizando semen Jersey sexado.

¿Los resultados? La media de días desde PGF2α (día 24) hasta IA fue mayor para las vacas EDAI que para las DO, mientras que la proporción de vacas inseminadas fue mayor para las vacas DO que para las EDAI (100% vs. 75%). “Así, el 75% de las vacas en el tratamiento EDAI fueron detectadas en estro e inseminadas, mientras que el 25% de las vacas no fueron detectadas en estro y fueron sometidas a IAT después de un protocolo Ovsynch para el primer servicio”, informó Fricke.

En pocas palabras: este estudio encontró que las vacas Jersey lactantes sometidas a un protocolo DO para IAT en el primer servicio tenían más P/AI para semen sexado y de carne que las vacas inseminadas después de la sincronización del estro.

 

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