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Un Análisis Permitirá Detectar la Proteína menos Digerible de la Leche

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Cada vez son más los que se confiesan intolerantes a la lactosa o los que aseguran que los productos lácteos no les sientan todo lo bien que deberían. Pero lo que muchos ignoran es que todos estos problemas podrían estar causados por la beta-caseína A1, una proteína presente en la leche que se ha demostrado que puede ser la responsable de molestias estomacales.

Es por ello que la empresa lucense Amslab, social del Clúster Tecnológico Empresarial das Ciencias da Vida (Bioga), ha desarrollado un servicio de análisis que permite identificar esa proteína en los productos lácteos. Este sistema está pensando para ganaderos, empresas lácteas o distribuidores que quieran ofrecer al consumidor garantías del tipo de leche que comercializan.

Cuentan en esta firma que los lácteos contienen diferentes tipos de proteínas, entre las que destacan las caseínas, que representan alrededor del 80 % de las proteínas de la leche. La beta-caseína, en cambio, representa en torno al 30 % de la proteína de la leche y tiene dos variantes, la A1 y la A2. Originariamente, todas las vacas producían leche del tipo A2, pero debido a una mutación genética el tipo A1 fue ganando terreno. De hecho, actualmente hay vacas con los genotipos A2A1, A1A1 y A2A2 y la leche que producen estos animales actúa de forma diferente en nuestro sistema digestivo. «Cuando se digiere la proteína A1 se libera una fracción de proteína o péptido, llamado BCM7, que puede provocar efectos adversos relacionados con el malestar estomacal», explican en AmsLab. De hecho, algunos de los síntomas que se producen tras el consumo de productos lácteos se relacionan con la intolerancia a la lactosa. Pero algunos investigadores creen que, en algunos casos, puede ser este péptido el que esté afectando a la digestión de forma negativa.

Actualmente, la mayoría de leches que se encuentran en el mercado contienen únicamente la proteína A1 o una mezcla de esta y la A2, siendo ambas perfectamente válidas para el consumo, aseguran en Amslab. Pero, cada vez más, las empresas lácteas comienzan también a comercializar las conocidas como leches A2A2, que garantizan que no tienen esa caseína A1, que es la que, según diversos estudios, puede dar lugar a esos problemas gástricos o autoinmunes en algunas personas. De ahí que la empresa lucense haya apostado por desarrollar una análisis que, de forma sencilla, permita a las empresas certificar que la leche que están poniendo en el mercado solo contiene la proteína A2.

«El objetivo de este análisis consiste en certificar que las leches que se comercializan actualmente como leches A2 contengan únicamente esa proteína y que no está presente la A1», asegura Manuel Lolo, director de Amslab. Explica que sus técnicos han sido capaces de «poner a punto una metodología basada en proteómica y análisis mediante HPLC- MS-MS que nos permite distinguir ambas proteínas», El servicio de análisis que ya ofrece Amslab está pensando para ganaderos, empresas lecheras y distribuidores. Todos ellos podrán otorgar garantías a los consumidores sobre el tipo de leche que producen o comercializan. Con este análisis se podrá, de esta forma, ofrecer un mayor control y aumentar la rentabilidad de las explotaciones. Y es que, añaden en Amslab, la leche de tipo A2 está considerada actualmente como de gama superior o prémium, por lo que su precio de mercado es más elevado que el del resto de leches.

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Colombia trabaja para declarar región como «Libre de Fiebre Aftosa sin vacunación»

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Desarrollan vacuna contra el virus de la fiebre aftosa con tecnología innovadora

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El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina (INTA), el National Research Council de Canadá (NRCC) y Bioinnovo –empresa de base tecnológica conformada por el INTA y Vetanco SA– trabajan con la primera vacuna contra el virus de la fiebre aftosa que no utiliza material infectivo en su proceso de manufactura. Se trata de un hito de relevancia mundial.

La fiebre aftosa es la primera barrera en la comercialización internacional de productos agropecuarios. Los brotes de la enfermedad tienen un gran impacto económico y social a nivel global. Se estima que en las regiones endémicas las pérdidas anuales asociadas a esta enfermedad son de entre 8,4 y 27,3 billones de dólares.

Recientemente se reportaron brotes en animales salvajes en Alemania y en bovinos en Israel, que confirman los riesgos e importancia de contar con estrategias preventivas para esta enfermedad. Para prevenirla existen vacunas efectivas que emplean material infectivo en el proceso de producción. Muchos países deciden no tener plantas productivas de la vacuna dentro de sus territorios o prohíben trabajar con cepas diferentes a las de circulación regional, restringiendo la producción al mercado local.

Por esto, Bioinnovo –empresa de base orientada a la salud animal con más de diez años de trayectoria formada entre el INTA y Vetanco S.A.– es decir, “se puede producir en instalaciones convencionales utilizando los mismos equipos y tecnologías que los ya empleados en la fabricación de cualquier vacuna que utilice células de mamíferos en su proceso productivo”, explicó Andrés Wigdorovitz, director de INCUINTA y Bioinnovo.

“Se trata de una solución segura, eficaz y con perspectivas de posicionarse como una alternativa superadora en cuanto a requerimientos de seguridad y versatilidad”, aseguró Wigdorovitz. “Es la primera vacuna contra la fiebre aftosa en células de mamífero en no utilizar material infectivo en ninguna etapa del proceso productivo”, agregó, y destacó que “el proyecto de una vacuna recombinante para el tratamiento de la fiebre aftosa comenzó hace más de diez años en el Instituto de Virología y fue protegida por una patente a fines del año 2022”.

Por su parte, Marianela Dalghi, investigadora en Bioinnovo y responsable actual de liderar el proyecto, indicó: “Su fórmula basada en cápsides vacías recombinantes (o VLPs, del inglés Virus-Like Particles) hace que no sean necesarios procesos exhaustivos de purificación para eliminar proteínas no estructurales del virus y permite fácilmente discriminar animales infectados de vacunados (DIVA)”.

En ese sentido, al no utilizar virus infectivo en ninguna de las etapas de producción, “la fabricación de nuestra vacuna no está sujeta a las limitaciones nacionales e internacionales de manejo de cepas virales”, subrayó Dalghi. Además, destacó que “ofrece gran potencial para diversificar los portfolios vacunales, alcanzar nuevos mercados, expandir los bancos de antígeno, potenciar la capacidad de respuesta ante emergencias sanitarias en el país y agilizar el desarrollo de vacunas contra cepas virales emergentes”.

En los últimos dos años de trabajo, Bioinnovo logró validar la tecnología desarrollada a escala preindustrial, y avanzar en la elaboración de la documentación necesaria para su registro.

Se está trabajando, en esta etapa, en la búsqueda de un socio internacional. “Este trabajo se está realizando en forma articulada con Cancillería de la Nación de forma muy alentadora, para llevar la tecnología a la etapa de lanzamiento comercial dentro de 2 a 4 años, y con un producto que sea innovador, seguro y tan eficaz como las mejores vacunas disponibles actualmente”. subrayó Wigdorovitz

Por su parte, Jorge Winokur, presidente de Bioinnovo y Vetanco, declaró: “Desde Bioinnovo y su socio comercial Vetanco seguimos invirtiendo en plataformas de vacunas bioseguras para abastecer al mundo en el control de brotes de variantes exóticas”.

Esta política de manipulación segura de materiales va acompañada de los productos de la plataforma Biotech para inmunidad de las mucosas y la línea Vedevax de vacunas dirigidas. Y añadió: “Estamos orgullosos de contar con un equipo comprometido de investigadores, innovadores y técnicos”.

Nueva tecnología

La metodología actual que se empleó para producir nuestra vacuna recombinante se basa en el crecimiento en un biorreactor de las células de mamífero CHOBRI TM que contienen la información para producir de manera inducible VLPs del virus de la fiebre aftosa.

La estrategia de optimización de la producción inducible de VLPs que se desarrolló ha sido patentada por el INTA en conjunto con el NRCC.

Los biorreactores que se utilizan son los mismos que se usan en la producción de vacunas antiaftosa para replicar a las partículas virales infectivas en células de mamífero BHK-21. Luego de que las células alcanzan una masa crítica de crecimiento, se induce la expresión de las VLPs utilizando cumato, un compuesto químico que no es tóxico y es ampliamente accesible.

Después del período de inducción, se colectan las células y se lisan, y posteriormente se somete al lisado celular a procesos de purificación. Finalmente, se adicionan adyuvantes y excipientes de modo de obtener la formulación final, a la cual se le realizan los más estrictos controles de calidad.

Premio a la solución innovadora

Entre más de 1.500 postulantes, el proyecto desarrollado en conjunto por el Consejo Nacional de Investigación de Canadá (NRCC) y el INTA, actualmente liderado y financiado por Bioinnovo, ganó la 15° edición (2024) del Concurso de Soluciones Innovadoras Banco Nación, organizado por la Fundación Empretec.

Este premio destacó la vacuna innovadora para prevenir la fiebre aftosa que utiliza cápsides vacías y genes recombinantes sintéticos, eliminando la necesidad de material infeccioso.

Este premio no sólo reconoció un avance científico-tecnológico sino también el esfuerzo de trabajo en equipo y compromiso para crear soluciones con impacto positivo a nivel mundial.

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