En el Laboratorio de Inmunología Experimental del Instituto Nacional de Pediatría de México (INP), el doctor en ciencias Carlos Cedillo Peláez realiza estudios sobre la diversidad genética del parásito Toxoplasma gondii, causante de la toxoplasmosis, enfermedad infecciosa transmitida a partir de animales, y que afecta entre 30 y 50 por ciento de la población mundial.
El objetivo del grupo de investigación donde labora el doctor Cedillo Peláez es generar, entre otras áreas de estudio, nueva información sobre la diversidad genética del parásito en nuevos hospedadores en las diferentes regiones del país, y proporcionar elementos que permitan explicar cuadros clínicos no convencionales, atípicos y de coinfección.
El investigador señaló que existen más de 250 genotipos de Toxoplasma gondii, la mayoría de ellos está enfocado en el desarrollo de la enfermedad, mientras que otros aparentemente son asintomáticos. No obstante, la información sobre la diversidad genética de este parásito en el país es muy escasa, de ahí la iniciativa de este proyecto.
Así entonces, el trabajo del científico miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) consiste en analizar muestras del parásito mediante técnicas de laboratorio de tipo serológico, anatomopatología, de biología molecular y bioinformática.
Transmisión y Sintomatología
En palabras del especialista, existen diferentes rutas de transmisión, pero las más frecuentes son el consumo de agua o alimentos contaminados con ooquistes, que se eliminan a partir de las heces de felinos como el gato doméstico, o bien por el consumo de carne de bovino, porcino, ave, ovino o caprino mal cocida o cruda, pues el parásito puede mantenerse viable en los tejidos.
Otra de las vías de infección, señaló el investigador, es la transmisión congénita. “Si la madre gestante se infecta, puede transmitir por vía sanguínea el parásito, el cual alcanza la placenta y posteriormente el producto. Dependiendo del tercio de gestación, son los problemas clínicos en el bebé”, dijo.
Las posibilidades de que un individuo sea hospedador de este parásito son de 10 a 30 por ciento, pero en muchas ocasiones no se desarrolla gracias a las defensas del sistema inmunológico, pero si por alguna circunstancia este se abate, el parásito puede activarse, generar lesiones graves y comprometer la integridad del hospedador afectado.
Carlos Cedillo Peláez señaló que 95 por ciento de las infecciones en humanos suelen ser asintomáticas. En el cinco por ciento restante de los casos estos son sintomáticos, presentando varios cuadros clínicos como la toxoplasmosis congénita, ocular, neurológica o cerebral, cutánea, o incluso se han descrito cuadros diseminados. “Se pueden presentar casos que culminan con la muerte del hospedador afectado o la generación de abortos/secuelas neurológicas oculares en los casos congénitos”, dijo.
“Inicialmente esta enfermedad puede presentar fiebre y linfadenomegalia cervical, cuyos signos se pueden presentar en diversos cuadros febriles o con cuadros laríngeos o respiratorios restrictivos, aunque estos signos no siempre se presentan. En algunos casos, los cuadros pueden progresar con repercusiones más graves, esto dependerá de varios factores incluyendo los tejidos y órganos involucrados, la dosis del inóculo, así como el estadio y el genotipo del parásito”, explicó el especialista en patología veterinaria.
Resultados
La suma de los resultados de los estudios del investigador permitió comparar presentaciones clínicas entre diferentes hospedadores y correlacionar la genética de Toxoplasma gondii con los cuadros clínicos.
Hasta ahora, el grupo de investigación del también especialista en microscopía eléctrica ha descrito diversos genotipos del protozoario no documentados anteriormente, en diferentes regiones del país y en diferentes hospedadores animales.
“Esta información puede extrapolar a la presentación de casos en humanos (y otros hospedadores), como son los de toxoplasmosis ocular o congénita, ya que las circunstancias a las que se lleguen a exponer pueden ser similares; asimismo, este estudio da pauta a continuar investigando la diversidad genética en regiones del país donde no se cuente con esta información”, señaló el investigador.
Actualmente, el investigador está por iniciar un proyecto sobre toxoplasmosis ocular en población adulta y pediátrica, por lo que identificar los genotipos circulantes permitirá analizar si hay condiciones similares a las que pudieran estar expuestos estos pacientes.
“Por otro lado, los resultados de estas investigaciones nos ayudarán a tener un mejor entendimiento de la enfermedad, saber cómo afecta a los pacientes, a qué grado y posteriormente implementar técnicas para diagnosticarla antes de causar lesiones en pacientes humanos”, concluyó Carlos Cedillo Peláez.
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