La Voz de Galicia expone que un trabajo coordinado por el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria mide el gas generado por los animales en las fincas y lo compara con su genotipo.
Basado en este estudio, la mejora genética del ganado vacuno ha llenado los establos de vacas más productivas y más sanas, pero parece que ahora también ayudaría a seleccionar aquellos animales que generan menor metano cuando se realiza el proceso de fermentación de alimento en el rumen.
El Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han llevado a cabo un trabajo en el que se ha logrado medir las emisiones de metano de 4.000 vacas distribuidas en fincas de producción de leche en cuatro comunidades autónomas y las ha relacionado con sus variantes genéticas.
Este estudio realizado en España muestra que, aplicando esos datos a distintos modelos estadísticos y matemáticos, los científicos han conseguido identificar algunos genotipos que hacen que determinados animales emitan, por medio de eructos, menos metano en el proceso de digestión de los alimentos.
De acuerdo a una mención en Infobae, el CSIC ha informado que el cálculo del “mérito genético” de los individuos es una de las herramientas más importantes en la mejora genética de las especies ganaderas debido a que permite identificar aquellos que transmiten unas mejores características a su descendencia.
Durante el proyecto se utilizaron sensores para no interferir con el comportamiento natural de los animales y que son, según dice el investigador del CSIC en el INIA Óscar González Recio, son sensores que “miden cada segundo la concentración de gases en los comederos de granjas con robot de ordeño mientras el animal come. Luego se obtiene una muestra de sangre o pelo del animal para estudiar sus variantes genéticas e identificar aquellas relacionadas con el tipo de microorganismo que pueblan el rumen de los animales y producen menos metano durante la digestión del alimento”.
Según ha mencionado el CSIC, este proyecto se ha realizado como ejemplo de investigación y transferencia al sector, debido a que España es el segundo país que publica evaluaciones genéticas de emisiones de metano, después de Canadá.
Además, España es el primero en hacer estas investigaciones utilizando medidas directas en la granja, pues en la actualidad se cuenta con información de casi 3.000 vacas situadas en siete comunidades autónomas.
González Recio concluye que “con estos datos y nuestros modelos matemáticos podemos identificar aquellos reproductores cuya descendencia emita unas menores emisiones durante la digestión del alimento, y sean más eficientes y sostenibles. Solamente necesitamos una muestra se grande o pelo para identificar las variantes genéticas del animal y calcular su mérito genético”.