Desastres naturales y una peste fuera de control son algunas de las razones que han hecho subir por quinto mes consecutivo el precio mundial de los alimentos.
«Es una tendencia al alza que viene desde enero, principalmente impulsada por los productos lácteos», le dice a BBC Mundo Ricardo Rapallo, oficial de Seguridad Alimentaria, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO.
De hecho, el valor de los productos lácteos subió 5,2 % en mayo respecto al mes anterior y 33% en comparación con diciembre de 2018, acercándose a su nivel más alto en cinco años.
El alza se explica por las sequías que se han producido en Oceanía, las cuales intensificaron el descenso de su producción lechera.
«En Europa también existe preocupación sobre la producción lechera», agrega Rapallo, mientras que «la demanda de leche a nivel mundial sigue siendo sólida».
La FAO mide las variaciones mensuales para una canasta de cereales, oleaginosas, productos lácteos, carnes y azúcar, y a partir de esa información, elabora un índice de alimentos.
Este índice alcanzó los 172,4 puntos el mes pasado, mientras que en abril llegó a 170 unidades.
¿Qué pasa con la carne?
Las carnes también han aumentado su precio, con un alza de 6,3% desde enero, principalmente por los efectos que está provocando la propagación de la peste porcina africana en Asia, entre otras razones.
De hecho, dado que más de un millón de cerdos han sido sacrificados por la enfermedad en China, el precio de la carne porcina en ese país aumentó 18,2% en mayo, en comparación con el mismo mes del año anterior, según los datos divulgados por Ministerio de Agricultura del gigante asiático.
Con este escenario, consultoras de análisis de mercado estiman que, en la medida que no se controle el brote, es probable que la producción de carne de cerdo siga disminuyendo y provoque un aumento de precios en el mercado de la carne en general.
«Esperamos ver una continua presión al alza en los precios de las proteínas animales hacia la segunda mitad de este año», le dice a BBC Mundo Justin Sherrard, estratega global del sector cárnico de la consultora Rabobank.
La situación se prevé que impacte en toda la cadena de producción y comercialización del producto, así como en los precios finales que pagan los consumidores.
Aunque no hay que dejar fuera de la ecuación, advierte Sherrard, los potenciales efectos de las políticas arancelarias de Estados Unidos.
Inofensiva para las personas y letal para los cerdos, la peste porcina africana fue detectada en China en agosto del año pasado y desde entonces se ha expandido por el resto de Asia, devastando granjas en Vietnam y Camboya y afectando los cultivos de otras naciones.
En América Latina, países como Argentina se han beneficiado con el brote, dado que en China está creciendo la demanda por todas las carnes.
A principios de junio, importadores chinos se apresuraron a cerrar negocios de carne vacuna desde Argentina, provocando un aumento de los precios por tonelada de carne de entre 20% y 30% respecto a un año atrás, según informa la prensa local.
El maíz y las malas condiciones climáticas
El valor de los los cereales también subió en mayo (1,4%), principalmente debido a un aumento en las cotizaciones de maíz, señala la FAO.
¿La razón?
Se estima que habrá una baja en la producción de maíz en EE.UU., cuyas zonas de cultivo están afectadas por inundaciones.
Estas condiciones climáticas desfavorables hicieron que el organismo de la ONU recortara su pronóstico de una abundante producción global de cereales para este año.
Pese a que el valor de varios de los productos alimenticios ha ido al alza, existen algunas excepciones.
Entre ellas, el precio del azúcar y el de las verduras disminuyó en mayo, aunque esa baja no logró compensar el incremento del resto de los productos que conforman la canasta de la FAO.