El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego ha declarado el 22 de noviembre de cada año como el “Día Nacional de la Llama”. Esta conmemoración tiene como propósito promover las cadenas asociadas a la producción de carne y fibra de la llama, un camélido sudamericano, para incrementar los ingresos de los productores ganaderos de la agricultura familiar.
Además, este día busca revalorar el manejo de las razas de llama Chaku y Kara. La declaratoria no solo beneficia al sector agrario y de riego, sino que también impacta positivamente en las cadenas productivas vinculadas a Cultura, Comercio Exterior y Turismo, Producción, así como Trabajo y Promoción del Empleo, dado el nivel de empleabilidad y la creación de fuentes de trabajo asociadas a la crianza de llamas.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la producción de camélidos sudamericanos domésticos es una actividad productiva clave en la zona altoandina, donde entre el 70 % y el 80 % del ingreso familiar anual depende de ella. Esta actividad es prioritaria para el Estado.
La llama, una de las cuatro especies de camélidos sudamericanos junto con alpacas, guanacos y vicuñas, se cría principalmente en las regiones del sur y centro de Perú, como Puno, Cusco, Arequipa, Huancavelica, Ayacucho, Apurímac, Pasco, Junín, Moquegua, Tacna y Lima. En estas regiones se concentra el 97.10 % (53 646) de las unidades agropecuarias y el 98.88 % (737 947) de los ejemplares a nivel nacional, desarrollándose principalmente en ecosistemas altoandinos a más de 4000 metros sobre el nivel del mar, donde la crianza de llamas es la principal actividad agropecuaria.
El 94.96 % de los criadores de llamas posee rebaños de menos de 50 ejemplares. La carne de llama, rica en proteínas y minerales, supera en valor nutricional a la carne de pollo, vacuno, oveja e incluso a la alpaca, convirtiéndose en una fuente vital de proteína animal para las poblaciones altoandinas y contribuyendo a la nutrición y la lucha contra la anemia.
La fibra de llama también tiene un alto potencial. Al igual que en Bolivia, donde se ha desarrollado para la producción de tops, hilos y prendas para mercados nacionales e internacionales, Perú puede impulsar este sector.
Además, la llama es uno de los camélidos domésticos nativos con mayor capacidad de adaptación al cambio climático. Aprovecha praderas naturales más pobres, convierte eficientemente material fibroso en proteína, consume menos agua y muestra habilidades maternas que favorecen la supervivencia de las crías, convirtiéndola en una solución para la seguridad alimentaria.
La medida fue oficializada mediante la Resolución Ministerial n.º 0293-2024-Midagri, publicada el 30 de agosto en el boletín de Normas Legales de El Peruano.