Barre detalló que la resolución cuenta con tres fases fundamentales. La primera consiste en que el productor o institución presente el lugar físico para instalar el compartimento, de manera que la dirección oficial realice el estudio de riesgo.
La segunda radica en analizar el diseño de la infraestructura con ciertas características —las principales son el doble alambrado y áreas sucias y limpias— y la tercera, en el funcionamiento con los animales que provengan de establecimientos aptos sanitariamente y que posean caravanas de trazabilidad electrónica.
El funcionario destacó que esos compartimentos permitieron que Uruguay estuviera habilitado desde setiembre de 2017 a exportar carne ovina con hueso a Estados Unidos, mientras que se tramitan solicitudes desde México para comprar ovinos adultos y desde Perú e Israel para importar carne con hueso. También se han recibido consultas al respecto de países europeos.
“No existen topes en la cantidad de compartimentos, pero hay que cuidar esa herramienta, ya que costó mucho trabajo demostrar al mundo que se podía hacer a cielo abierto”, manifestó Barre, quien anunció que están en trámite cinco solicitudes, dos de ellas en Salto y las otras en Cerro Largo, Treinta y Tres y Soriano.
Uruguay dispone de tres compartimentos. El primero se implementó en 2014 en Cerro Colorado, departamento de Florida, en una experiencia público-privada por parte del Secretariado Uruguayo de la Lana y el Ministerio de Ganadería. El segundo se encuentra en predios del Instituto Nacional de Colonización y es explotado por 30 productores familiares en San Gabriel, también en Florida. El tercero es privado y se ubica en Santa Leopoldina, en San José. El total de bovinos en esos predios alcanza a unos 3.000.
“Los predios de compartimento ovino cuentan con innovación tecnológica, conjuntamente con cuidados sanitarios, cuya finalidad es elaborar productos diferenciales cárnicos que permitan abrir mercados internacionales según la normativa de la Organización Mundial de Sanidad Animal”, expresó el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Enzo Benech.
Esa reglamentación exige poseer una muestra de sangrado sin presencia de virus y que los ovinos se trasladen a un predio en condiciones de bioseguridad sanitaria, donde no estén en contacto con vacunos y sean sometidos a diversas formas de alimentación. Cuatro o cinco meses después, se podrán retirar hacia alguno de los dos frigoríficos habilitados para enviarlos a Estados Unidos.