Metaestudio encontró que se puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) hasta en un 50 %

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Un equipo de investigación dirigido por la Universidad Estatal de Colorado (CSU) adelantó una evaluación de 12 estrategias diferentes para reducir las emisiones en la producción de carne de res en regiones como Asia, Australia, Brasil, Canadá, Latinoamérica y Estados Unidos.

Este metaestudio encontró que la industria puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) hasta en un 50 % en ciertas regiones, con el mayor potencial en los Estados Unidos y Brasil.

El estudio “Reducción de los impactos climáticos de la producción de carne de res: una síntesis de las evaluaciones del ciclo de vida en los sistemas de gestión y las regiones globales” descubrió que esto se puede dar con mejores prácticas de gestión en dos áreas distintas.

Esto incluye una mayor eficiencia para producir más carne por unidad de GEI emitida (el crecimiento de vacas más grandes a un ritmo más rápido) y mejores estrategias de manejo del terreno para aumentar el secuestro de carbono por parte del suelo y los forrajes.

Según la autora principal del estudio, Daniela Cusack, que funge profesora asistente en el Departamento de Ciencia y Sostenibilidad de Ecosistemas de CSU, existen soluciones que, si se adoptan ampliamente, la huella del cambio climático de la industria de la carne de res.

La investigación muestra que se logró una reducción del 46 % en las emisiones netas de GEI por unidad de carne de res en sitios que utilizan estrategias para secuestro de carbono, como el uso de enmiendas orgánicas y la restauración de árboles en bosques degradados y riberas de ríos.

Además, concluyó que se logró una reducción general del 8 % de los GEI netos en las fincas que usan herramientas para mejorar el crecimiento del ganado bovino.

“Nuestro análisis evidencia que podemos mejorar la eficiencia y sostenibilidad de la producción de carne”, dijo Cusack, también investigadora del Instituto Smithsonian de lo que reduciría significativamente el impacto climático de la industria Investigaciones Tropicales en Panamá.

Y agregó enseguida: “Pero al mismo tiempo, nunca alcanzaremos cero emisiones netas sino aplicamos más innovación y otras estrategias más allá de la gestión del terreno y una mayor eficiencia del crecimiento. Hay mucho espacio, a nivel mundial, para mejorar”.

Análisis global

Los investigadores analizaron 292 comparaciones de sistemas de producción de carne de res “mejorados” vs. “convencionales” en Asia, Australia, Brasil, Canadá, América Latina y Estados Unidos, concluyendo que la ganadería brasileña tiene el mayor potencial de reducir emisiones.

Encontraron una reducción del 57 % en las emisiones de GEI a través de estrategias como brindar un alimento de mejor calidad, elegir razas más eficientes y una mejor gestión de los fertilizantes.

El mayor impacto se encontró en el manejo integrado del campo, incluidos los esquemas de pastoreo rotacional intensivo, la adición de abono, la reforestación de áreas degradadas y la siembra selectiva de plantas forrajeras obtenidas para secuestrar carbono en el suelo.

Amanda Cordeiro, coautora y estudiante de posgrado en la Universidad Estatal de Colorado, explicó que su país de origen, Brasil, tiene más de 52 millones de hectáreas de pastizales degradados, más grandes que el estado de California, por lo que afirmó lo siguiente:

“Si podemos aspirar a una regeneración a gran escala de pastos degradados, implementar sistemas silvoagroforestales y adoptar otras estrategias de gestión local diversificadas para la producción ganadera, Brasil puede reducir drásticamente las emisiones de carbono”.

En EE. UU., los investigadores encontraron que acciones para capturar carbono como la gestión integrada del campo y el pastoreo rotativo intensivo, redujeron las emisiones de GEI de la carne de vacuno en más del 100 %, o emisiones netas cero, en algunos sistemas de pastoreo.

“Nuestra investigación muestra el importante papel que los ganaderos pueden desempeñar en la lucha contra la crisis climática global, al tiempo que garantizan sus medios de subsistencia y estilo de vida”, aseguró Clare Kazanski, coautora y científica de The Nature Conservancy.

Kazanki agregó que el estudio de la ganadería en EE. UU. y otras regiones “refuerza que los productores se encuentran en una posición clave para reducir las emisiones en la producción de carne de res mediante diversas estrategias de gestión adaptadas a sus condiciones locales”.

Los siguientes pasos

Aunque la investigación muestra una reducción significativa en las huellas de GEI de la producción de carne de res, los científicos aún no conocen todo el potencial de cambiar a estas prácticas dado que hay muy pocos datos sobre los niveles de su nivel de adopción en el mundo.

“Asia, por ejemplo, es uno de los mercados de carne de vacuno de más rápido crecimiento, pero existe un desequilibrio entre la cantidad de investigación que se concentra en mejorar la producción de carne de res y la creciente demanda de esta proteína”, anotó Cusack.

Y añadió: “Sabemos que con una adecuada gestión del suelo y las estrategias de eficiencia implementadas, es posible lograr grandes reducciones en las emisiones en todas las regiones geográficas, pero debemos seguir presionando por innovaciones adicionales para crear un cambio verdaderamente transformador en la forma en que opera el sistema mundial de carne de res para garantizar un suministro seguro de alimentos y un medio ambiente saludable”.

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