Cada diez minutos muere una persona víctima de rabia en el mundo. Cada año la rabia cobra cerca de 55 000 víctimas, aunque sin duda esta cifra es inferior a la real. El 99% de los casos humanos se deben a mordeduras de perros infectados. La rabia es la enfermedad infecciosa causante de más decesos en el mundo y que afecta en particular a la población infantil de los países en desarrollo.
En los países donde esta enfermedad sigue matando, el principal vector es el perro, por lo que la primera prioridad para prevenir los casos humanos mortales debe ser la lucha contra la enfermedad en los perros, en particular los perros vagabundos.
Algunos analistas estiman que con tan solo el 10% de los recursos financieros actualmente usados para tratar a las personas víctimas de mordeduras de perros supuestamente infectados, los Servicios Veterinarios nacionales del mundo entero podrían erradicar la rabia en su fuente animal doméstica y prevenir así casi todos los casos humanos. Efectivamente, el método preconizado para controlar y eliminar la rabia es la vacunación de los animales. Por motivos éticos, ecológicos y económicos, el sacrificio de los animales que son vectores potenciales no debe ser considerado como un método prioritario de control y de erradicación de la rabia. Todas las campañas que han tenido éxito en la erradicación de la enfermedad han combinado, por ejemplo, el control de las poblaciones de perros vagabundos y la vacunación generalizada de los perros que tienen dueño.
Es sabido que una estrategia eficaz de control de la rabia requiere la participación de numerosos intervinientes, por ejemplo, los servicios zoosanitarios, los agentes responsables del medio ambiente y las fuerzas de policía, así como las colectividades locales incluidos los ayuntamientos, las ONG y los propietarios de perros.
A escala internacional, la OIE, la FAO y la OMS desarrollan recomendaciones, en particular para garantizar una buena colaboración intersectorial. En 2010 se inició la revisión de las normas de la OIE en materia de rabia a fin de adoptar un enfoque de control de la enfermedad por etapas, privilegiando la importancia epidemiológica de la especie mayoritariamente implicada en los casos humanos (por lo general el perro). Un nuevo capítulo en preparación del Código Sanitario para los Animales Terrestres de la OIE contempla las nuevas modalidades de «estatus libre de rabia canina» para los países.
La OIE se ha fijado como objetivos no solo fomentar la transparencia en la notificación de la enfermedad sino también alentar a los gobiernos a invertir en programas de control prioritarios, tales como la prevención de la rabia en los perros, sobre todo en los países que no consiguen satisfacer los requisitos para declarar a corto plazo la situación libre de rabia de todas las especies domésticas y salvajes sensibles.
Los programas de control de la rabia representan un importante desafío financiero para numerosos países, ya que los costes son muy elevados, sobre todo de la vacunación: por consiguiente, es importante alentar la investigación y la industria a desarrollar vacunas que garanticen una inmunidad a largo plazo sin necesidad de dosis de refuerzo. A este respecto, las normas de calidad para la producción de pruebas de diagnóstico y de vacunas contra la rabia contenidas en el Manual de las pruebas de diagnóstico y de las vacunas para los animales terrestres de la OIE están en curso de actualización para tomar en consideración los últimos progresos de la ciencia.
La OIE y las principales organizaciones internacionales involucradas en la lucha contra la rabia estudian además el desarrollo de bancos de vacunas, a nivel regional y mundial. Entre otras cosas, este proyecto podría ayudar a garantizar la disponibilidad, sobre todo en periodos de crisis, de vacunas de alta calidad producidas según las normas internacionales de la OIE y su suministro en situaciones de emergencia, según las necesidades concretas en el terreno en los países en desarrollo. Desde el principio de 2011 la OIE ya trabaja en la constitución de un banco de vacunas para Asia.
Debemos hacer hincapié en que les compete a los veterinarios y a los Servicios Veterinarios nacionales dispensar sus conocimientos y sus competencias para contribuir al control de las zoonosis, incluida la rabia, a fin de romper el vínculo entre la fuente animal de la enfermedad y la infección humana. Todos los programas de control de la rabia deben tener en cuenta las necesidades de mejorar la eficacia y los recursos de los componentes públicos y privados de los Servicios Veterinarios nacionales, sobre todo en lo que toca a la conformidad con las normas internacionales de calidad publicadas por la OIE. Para ello, insistimos en preconizar la participación activa de todos los países en la iniciativa PVS (Evaluación de las Prestaciones de los Servicios Veterinarios) de la OIE a fin de determinar el nivel de necesidades de inversión y de formación de estos servicios.
La OIE organiza, en colaboración con la FAO y la OMS, una conferencia mundial sobre la lucha contra la rabia del 7 al 9 de septiembre de 2011 en Seúl, República de Corea. Esta conferencia dará la prioridad a los conceptos de buena gobernanza en materia de distribución de recursos públicos y privados, locales, nacionales e internacionales destinados a las acciones preventivas prioritarias, en primer lugar respecto a los animales, en colaboración con los servicios de salud pública.
Están invitados numerosos donantes potenciales para apoyar los programas de países en desarrollo.
Fuente: OIE