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La Ganadería de Búfalos en Bolivia y sus Grandes Posibilidades

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El hato de búfalos en Bolivia va en aumento pese a la falta de una política de aprovechamiento de su carne y la leche, que ofrecen más ventajas que las del ganado vacuno y representan una oportunidad para el desarrollo de la ganadería en áreas inundables. El número de bubalinos se incrementó de 12.000 ejemplares en 2012 a 13.809 en 2013. Su carne tiene más proteínas y vitaminas, y menos colesterol y calorías que la de res.

Datos del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria de Bolivia (Senasag) dan cuenta de que hasta el 2013 en Bolivia había 13.809 bubalinos, de los que el 60% (8.328) está en la ciudad de Santa Cruz, el 39% (5.364) en Beni y el 1% (117) en Cochabamba y La Paz.

En Bolivia hay cinco de las 16 razas de búfalos: murrah, mediterránea, carabao, jafarabadi y niliravi, que se caracterizan por ser animales de agua y de pantano, lo que los convierte en una excelente opción para promover la ganadería en áreas inundables. Sus orígenes están en la India, Europa y Filipinas, aunque los ejemplares que fueron introducidos al país, hace más de 30 años, provinieron de Brasil, Uruguay y Argentina.

En 2013 el número de estos animales se incrementó en 13% respecto a 2012, puesto que ese año el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF) contabilizó al menos 12.000.

El empresario ganadero Wálter Kuljis calcula que cada año esta especie se multiplica un 10%.

Atributos. El INIAF hizo un estudio sobre las bondades de la carne y la leche de bubalinos y concluyó que sus propiedades son más ventajosas que las de la res común. El técnico de esa entidad, Julio Galarza, explicó que la carne de estos animales tiene 11% más proteínas que la de vaca, 40% menos colesterol, 55% menos calorías y 11% más vitaminas, entre otros beneficios (Ver infografía).

Su leche es 40% más densa que la del vacuno, por lo que su rendimiento es mayor. Por ejemplo, de 10 litros de leche de res se obtiene 1 kilo de queso, cantidad que se logra con 6 o 7 litros de leche bubalina, que sirve para la elaboración de queso muzzarella (para pizzas), entre otros alimentos.

Galarza informó que en Santa Cruz se faenan un número indeterminado de estos rumiantes, cuya carne es entregada a los frigoríficos para la elaboración principalmente de embutidos.

A pesar de sus propiedades, durante estos 30 años, la  crianza de búfalos no se ha expandido como la de los vacunos, afirmó el presidente de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz), Fernando Menacho.

Tampoco hay una política para impulsar su desarrollo, agregó Galarza, quien consideró que ese aspecto debe ser promovido por el Gobierno. “Estamos estudiando al búfalo para elaborar manuales que le digan al productor por qué es una alternativa cuando hay inundaciones”, reveló.

Menacho indicó que en Santa Cruz existen experiencias privadas “muy aisladas” de crianza de estos animales, una actividad que no se ha desarrollado debido a que la producción responde a los requerimientos del mercado.

El presidente de la Asociación de Ganaderos de San Ignacio de Velasco (Santa Cruz), Mario Hugo Castedo, detalló, por su parte, que el sabor de la carne de búfalo es diferente, su color es más rojizo —con apariencia de no haber sido desangrada— y tiene menos grasa. “Si se oferta carne de búfalo y de res seguramente un gran porcentaje de la población se va a decidir por esta segunda”, sostuvo.

Sin embargo, Castedo consideró que la mayor limitante para la crianza de los bubalinos en ese departamento cruceño es que la especie necesita de mucha agua o lugares pantanosos, porque es un animal que no posee glándulas sudoríparas, por lo que puede fallecer por falta de ese líquido.

Cría. En Santa Cruz, precisó, las estaciones son muy marcadas, pues si  bien hay una época de lluvias hay cuatro meses en los que no se tiene ninguna precipitación pluvial. Las regiones donde la actividad puede tener mayor éxito, subrayó, son Beni y Pando, porque en sus tierras hay pasturas con alta concentración de agua y pantanos.

Este año, solo en Beni se registró la pérdida de medio millón de reses producto de las lluvias.

Debido a que los búfalos viven en zonas de barro y agua turbia  son más resistentes a plagas, parásitos y enfermedades, agregó Galarza. “A un ternero de res recién nacido hay que desparasitarlo, vacunarlo y tratarlo, debe tener un cuidado mucho más estricto; en el caso del búfalo, cae al piso y su madre lo cuida. Nada más”.

Asimismo, estos animales no son selectivos en su comida. Consumen forrajes de baja calidad, como por ejemplo la paja. Por la rusticidad en su crianza, los costos de producción en cuanto a su manejo se abaratan, en un 50% con relación a otras especies, de acuerdo con el técnico del INIAF.

Entre otras ventajas está que su natalidad es alta (98%), la hembra se preña más rápido y alumbra una vez por año. “El búfalo puede ser una opción” para los ganaderos, enfatizó Galarza.

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    Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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    Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

    En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

    Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

    Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

    En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

    Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

    Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

    El Estudio

    En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

    Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

    Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

    Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

    También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

    Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

    También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

    Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

    El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

    También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

    “Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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