La Especie Bovina Comparte con los Humanos la Expresión de Genes de Agresividad en la Corteza Prefrontal

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Identifican 918 genes promotores y 278 supresores de respuestas agresivas que también se expresan en los seres humanos.

El ganado de raza de Lidia comparte con los seres humanos genes y rutas metabólicas asociadas a comportamientos agresivos en la corteza prefrontal del cerebro, según demuestra por primera vez una investigación liderada por la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

Tras comparar las diferencias de expresión genómica entre bovinos seleccionados por su agresividad (Raza de Lidia) y bovinos de razas comerciales en las que se evitan este tipo de comportamientos (Raza Wagyu), los investigadores hallaron, solo en la corteza prefrontal del cerebro, 918 genes promotores y 278 supresores de respuestas agresivas.

“Nuestro análisis de la transcripción génica asociada a agresividad en toros de la raza de Lidia proporciona información valiosa que nos puede ayudar a entender mejor los mecanismos genéticos subyacentes, aportando además un nuevo modelo experimental en la especie bovina”, destaca Paulina García Eusebi, investigadora del Servicio de Genética de la UCM y primera autora del estudio.

Algunos de los hallazgos, publicados en BMC Genomics, que destacan son la identificación de la vía metabólica de la Pesenilina y el gen Receptor de Dopamina D2, ambos involucrados en el desarrollo de comportamiento patológico agresivo humano.

Amígdala o hipotálamo, los siguientes

Este estudio comenzó hace tres años y para llevarlo a cabo, los investigadores han contado con la colaboración de la empresa Nuestro Buey Wagyu para las muestras de corteza prefrontal de la raza Wagyu, de los veterinarios de la plaza de toros de Las Ventas y de ganaderos que proporcionaron las muestras de novillos lidiados en la Feria de San Isidro de 2019.

García Eusebi señala que la información generada en esta investigación “podría ser útil para los ganaderos, en especial los de Lidia, quienes en un futuro podrían incorporar nuestros hallazgos en el diseño de programas de selección”.

“De este proyecto también se derivan datos importantes para el estudio de patologías relacionadas con conductas agresivas en la especie humana, proporcionando un nuevo modelo animal que, a diferencia de los que se han utilizado hasta ahora, cuenta con un largo proceso de selección”, añade Susana Dunner, directora del grupo Nutrigenómica Animal de la UCM y coautora del estudio.

Las veterinarias apuntan, como siguiente paso de la investigación, el estudio de otras estructuras cerebrales asociadas con este tipo de comportamientos, como la amígdala, el hipocampo o el hipotálamo.

Además de la UCM, en el trabajo han participado la Universidad de Barcelona (UB), el Instituto de Investigación de Sistemas Complejos (UBICS) y la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA).

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