Las nuevas oportunidades comerciales internacionales vendrán de la mano de nuevas y mayores exigencias en términos de inocuidad alimentaria
El uso irresponsable de garrapaticidas en bovinos genera resistencia, deja residuos nocivos en la carne y leche, al tiempo que contamina el medio ambiente, por eso es necesario realizar un cambio drástico en el enfoque del control y erradicación de garrapatas. Los expertos sostienen que los garrapaticidas, desde el punto de vista de la resistencia, deben ser considerados como un recurso no renovable.
En los últimos tiempos un conjunto de variables aceleró el fenómeno de resistencia a los garrapaticidas y antiparasitarios en general, situación que compromete seriamente la rentabilidad y sustentabilidad del sistema debido a la que la disponibilidad futura de nuevos productos para combatirlos se encuentra comprometida por los altos costos de investigación, desarrollo y validación.
¿Qué hacer entonces? Virar rápidamente la situación actual con un cambio drástico de enfoque, tanto en el control como en las estrategias de erradicación de garrapatas en bovinos, consignó un estudio desarrollado por el veterinario Julio Reggi, gerente de Ganadería de carne Norte del laboratorio Elanco.
El contexto
A nivel mundial se estima que 3.000 millones de personas ingresarán a la clase media hasta 2050, con la mayor parte de ese crecimiento concentrado en los próximos 4 años. Ese desplazamiento cambiará las conductas alimenticias lo que se reflejará en un aumento de 60% en la demanda de proteína animal (sólo en carnes el incremento será de 43% según datos de FAO). Los principales protagonistas para abastecer esa demanda serán los países del Mercosur, especialmente la Argentina en el segmento de carne de calidad y alto valor.
Estas nuevas oportunidades comerciales internacionales vendrán de la mano de nuevas y mayores exigencias en términos de inocuidad alimentaria (residuos), salud pública (toxicidad y seguridad), medio ambiente (contaminación) y bienestar y salud animal.
Quienes quieran colocar sus productos en el escenario internacional deberán responder a esos parámetros para no quedar fuera del negocio. Ya se han registrado situaciones de este tipo como el caso de Uruguay: de las 20.000 toneladas de carne vacuna exportadas a Estados Unidos desde octubre de 2015, 55 fueron interceptadas con restos del plaguicida, lo cual representó al 0.3% del total y no sólo significó pérdidas para el sector sino también un gran obstáculo en la continuidad de las exportaciones.
También Brasil ha arne tenía residuos, Argentina no fue ajena a esto y en menor medida en años pasados lo ha sufrido.
Este ejemplo evidencia la importancia de reenfocar el control y manejo del tema en la Argentina ya que las garrapatas en bovinos no sólo generan cuantiosas pérdidas en materia productiva y económica sino también en ventas externas por las complicaciones en exportaciones rechazadas por residuos.
La problemática, los riesgos
En nuestro país, la garrapata común del bovino (Rhipicephalus microplus) ha avanzado peligrosamente hacia el sur de dónde se la había erradicado hace 30 a 40 años, incluso más.
En Santa Fe, al sur del nuevo límite de la zona de erradicación están los departamentos de Castellanos y Las Colonias. Para tener en cuenta, Santa Fe es la segunda productora y la primera exportadora de lácteos de la Argentina, y justamente los departamentos mencionados concentran el 50% de la producción, además de tener una importante cantidad de establecimientos con novillos para exportación y consumo interno. Hay importantes estudios que indican que de llegar la garrapata a estos departamentos se haría endémica.
En el caso de la provincia de Corrientes, la reinfestación alcanza todos los departamentos del sur (no hay más zona indemne). Con una particularidad: Corrientes moviliza más del 85% de los terneros que produce a engordar a Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires. Situación parecida se da en los departamentos del norte de Entre Ríos. Hay estudios que indican que si ingresara la garrapata en el norte de la provincia de Buenos Aires se haría endémica.
Argentina puede recuperar mercados
Desde los ´90 la investigación sobre nuevas drogas para ser usadas en bañaderos de inmersión se detuvo por la contaminación que generaba en el medio ambiente. No se avizoran nuevas moléculas para el control de garrapatas antes de la próxima década y de ahí que, en las actuales circunstancias de avance de la garrapata y resistencia a los garrapaticidas se sostenga que los garrapaticidas, desde el punto de vista de la resistencia son, un recurso no renovable.
Al respecto, los expertos coinciden en que algunos de los garrapaticidas utilizados en la actualidad son aún efectivos, siempre y cuando se utilicen de la forma indicada.
El compromiso en la capacitación y el control del uso racional de los garrapaticidas debe ser renovado para postergar lo máximo posible la aparición de resistencia de esa categoría sino también resistencia múltiple en distintas especies o géneros de parásitos que afectan la producción, contaminen el medio ambiente y generen la presencia de residuos en la carne y la leche. Falta una visión sistémica de parte del Estado, del problema de las garrapatas y la resistencia a los garrapaticidas
1 comentario