Los productores de leche salvadoreños le apuestan a ofrecer productos con valor agregado para resistir la crisis ante la abundancia de importaciones de quesos de Nicaragua.
Ante “la falta de voluntad de las autoridades gubernamentales” de cambiar en el tema de los volúmenes autorizados de importaciones de productos lácteos a El Salvador, lo que ha provocado crisis en algunas ganaderías, los productores locales han optado por “un replanteamiento”.
Para superar dicha situación, algunos actores han comenzado ofrecer sus propias líneas con valor agregado para diferenciarse en el mercado.
“Ganaderos han empezado a procesar y ser ellos mismos los que lleguen al consumidor final, lo que los beneficia con mejores precios y productos de mejor calidad”, afirma Alfonso Escobar, presidente de la Asociación de Productores de Leche de El Salvador (Proleche).
Uno de los que también continúan en las mejoras de sus capacidades es la Cooperativa Ganadera de Sonsonate-La Salud. Esta cooperativa adquiere 180,000 litros diarios de leche de aproximadamente 600 ganaderos de la zona occidental del país y parte de Chalatenango.
Juan José Arce, presidente de La Salud, afirma que, a pesar de los obstáculos por la pandemia y la disminución del poder adquisitivo de los ciudadanos, prevé una mejoría y ya está trabajando en varios proyectos.
Han adquirido equipos pasteurizadores y homogeneizadores que actualmente se están instalando y aumentarán la producción. Esto forma parte de un plan a cinco años plazo que al final les incrementará 20 % la capacidad de envasado.
También adquirieron una máquina envasadora de leche de tecnología italiana que extenderá la vida en los anaqueles de las presentaciones en cartón y están pensando en nuevos productos saborizados y exportar a otros mercados.