Según datos de la industria, este año la producción de leche superará apenas el millón de litros, lo que implica una caída de 4,52% respecto a 2019 y la confirmación de un descenso constante en la última década.
Si bien la pandemia de coronavirus golpeó de lleno a la economía argentina con una caída récord de la actividad en abril, la industria láctea viene profundizando un derrumbe que lleva ya diez años. Según un estudio privado, la producción de leche alcanzará este año los 1.187.000 litros, cifra que será 4,52% inferior a la de 2019, pero además la más baja de los últimos diez años, con una pérdida de 33% en relación con 2010, como consecuencia de la crisis que arrastra el sector que además se encuentra en medio de negociaciones salariales y reclamos gremiales.
Asimismo, de acuerdo al análisis de la consultora Claves, la producción de yogur llegará a las 357.025 toneladas, lo que implicará una baja de 2% interanual y un derrumbe del 27% en comparación con el año 2010.
El informe da cuenta de la tendencia decreciente registrada en el mercado lácteo argentino, desde 2010 a la fecha, con la salvedad de un suave repunte registrado entre 2011 y 2012.
La disminución en el consumo de productos lácteos encuentra un paralelismo al considerar la tendencia declinante del Producto Bruto Interno (PBI), que se redujo 13% durante la última década
“Considerando los valores de 2010, y en base a la actividad para el corriente año, las proyecciones dan cuenta que la elaboración de leche se reducirá en 593.000 litros en una década, en tanto que la retracción en materia de yogur alcanzará a 134.000 toneladas en el mismo periodo”, arrojó el informe.
Cabe destacar que los resultados de la última Encuesta Nacional de Hogares realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), previo a la pandemia, confirmaron un desplome del 22,6% del gasto de consumo destinado a alimentos y bebidas no alcohólicas.
Esta misma encuesta arrojó que un 87,9% incluye en sus hábitos de consumo a la leche, y un 72,8% al yogur. Sin embargo, del porcentaje que consume leche sólo el 53,4% la compra al menos una vez por semana, proporción que cae al 38,8% en el caso del yogur.
Considerando los valores de 2010, y en base a la actividad para el corriente año, las proyecciones dan cuenta que la elaboración de leche se reducirá en 593.000 litros en una década, en tanto que la retracción en materia de yogur alcanzará a 134.000 toneladas en el mismo periodo
“La disminución en el consumo de productos lácteos encuentra un paralelismo al considerar la tendencia declinante del Producto Bruto Interno (PBI), que se redujo 13% durante la última década”, destacó el informe de Claves. Y añadió que “en dicho período, hubo un crecimiento poblacional del país, según las estimaciones públicas y privadas, de más de 5 millones de habitantes”.
Mientras que en 2010 la producción de leche alcanzaba 1.781.111 litros y la de yogur 490.834 toneladas, las proyecciones sectoriales dan cuenta que este año el nivel de elaboración alcanzará aproximadamente 1.187.000 litros de leche y 357.000 toneladas de yogur.
Para el período abril/mayo 2020, la caída general fue de 10,1% y del 4,7% en el consumo de alimentos, según datos arrojados por la canasta que mide la consultora Nielsen, en comparación con el mismo período del año anterior.
No hay que perder de vista que la Argentina es un país cuya producción de lácteos se destina prácticamente en su totalidad al consumo interno.
La industria negocia salarios con el gremio
Este lunes, tras el vencimiento de una conciliación obligatoria, se realizó un nuevo encuentro en la negociación de paritaria entre las industrias lácteas y la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (Atilra), con el Ministerio de Trabajo.
Desde el gremio rechazaron una propuesta que implicaba un aumento del 13,6% hasta diciembre que compensaría la inflación, más una suma no remunerativa.
Según fuentes del sector, lo que aleja las posiciones entre las partes es un aporte extraordinario a la obra social del sindicato al cual el gremio denomina aporte solidario y que implica unos $14.000 por empleado.
Teniendo en cuenta que la industria láctea emplea a 19.600 personas, la erogación a la obra social sindical que deberían hacer las empresas lácteas sería de $274 millones.
No obstante, además del aumento del 13,6%, el gremio solicita una suma de $32.000 extra por empleado y no remunerativo que sumado a los $14.000 a la obra social, totaliza hacia fin de año $46.000 por empleado. De este modo, en la industria calculan que el impacto del aumento salarial sería de unos $1100 millones.
“Hasta ahora no se firmó el acuerdo y todo indica que, si el viernes no hay cambios, volverán las medidas de fuerza que hace 15 días atrás provocó falta de leche en los comercios de toda la Argentina”, señalaron las fuentes.