El reporte fue entregado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca y aunque la cifra en cantidad suena grande, en términos porcentuales significó una caída del 1,7 %.
Según ese despacho, analizando los resultados por categoría se observa una leve disminución respecto al stock al de 2019 de Vacas y Vaquillonas, en el orden de las 160.000 cabezas (-0,5%), y una disminución de 650.000 (-4,4%) cabezas para las categorías terneros/as.
De acuerdo con el análisis del Ministerio, la diferencia en las categorías terneros/as era esperable y se explica en relación a la disminución de vientres registrados en el año 2019 respecto del año 2018. Los terneros/as de diciembre del 2020 son el resultado de las hembras preñadas/en servicio de diciembre 2019, las cuales fueron 790.000 cabezas menos que las registradas el año anterior (diciembre 2018). A esta situación se debe considerar además eventos climáticos adversos que afectaron los resultados reproductivos.
En cuanto al análisis de la evolución del stock estructural (todas las categorías menos los terneros y terneras), de la categoría vacas y de los terneros/as se observa una evolución favorable en lo que respecta a la cantidad de terneros logrados por vacas registradas.
Respecto a las categorías de machos castrados (Novillo y Novillitos) y Toritos, también se observa una disminución respecto al año anterior del orden de 152 mil cabezas (-2%).
Entre tanto un análisis publicado en el portal revistachara.com,ar señala que el indicador del inventario ganadero, aunque es negativo quiebra la hipótesis de un posible inicio de liquidación del cual tanto se temió durante los primeros meses de 2020.
En este sentido, con base a este stock de hembras al 31 de diciembre de 2020 y atentos a la caída de casi 12 puntos porcentuales en la faena de estas dos categorías durante el primer semestre de 2021 no se debería esperar una profundización de la liquidación durante el actual ciclo, a menos que se radicalice la posición del gobierno respecto del cierre de exportaciones.
Por el contrario, el stock de vientres debería tender a estabilizarse a fines de 2021 e, incluso, recuperar ligera y parcialmente las pérdidas registradas en los últimos dos años. En concreto, señala el informe, “no se percibe en base a estos números una intención de cambio significativo en el ciclo ganadero, en términos de retención o liquidación de vientres”.
Así mismo, otro indicador destacado de los últimos datos de existencias, es la fuerte caída de terneros y terneras respecto del ciclo previo, unos 657 mil menos que los registrados al 31 de diciembre de 2019, siendo la primera caída en producción de terneros desde 2014.
En este sentido, dice, “si bien las caídas en número de vientres en servicio sin dudas anticipan una probable caída en producción/destete, lo que más fuertemente termina condicionando la zafra de terneros son las condiciones climáticas bajo las cuales se desarrollan tanto la época de servicios como de pariciones. En este caso, ambos momentos estuvieron marcados por un clima muy poco favorable al desarrollo de estos eventos”.
No obstante, señala, como indicador positivo, se observa que en vientres –vacas y vaquillonas– el ajuste se modera significativamente respecto de la última caída. A diferencia de 2019, donde se registró una baja de 560 mil vacas y cerca 230 mil vaquillonas, en 2020 la extracción de hembras fue sin dudas más moderada permitiendo limitar la caída anual a 160 mil vientres totales (83 mil vacas y 78 mil vaquillonas).
Concluye señalando que el panorama para el próximo ciclo tampoco resulta demasiado alentador. Las perspectivas climáticas para la primavera-verano 2021-22 marcan anomalías de lluvias deficitarias para gran parte de las zonas productoras algo que, de concretarse, podría condicionar nuevamente los servicios de primavera, de cara a la próxima zafra.
A este interrogante climático se suma, además, el alto factor de incertidumbre que incorpora al negocio un año electoral y un contexto mundial que aún no logra despejar la salida definitiva de la pandemia. Factores que cobran mayor relevancia a la luz de un stock ganadero que encuentra serias dificultades para crecer.